Encuentro 27 "El Rescate De Sophie" (Segunda Noche)

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"Se encuentra la persona"



¿Cómo pudo pasarnos esto? Con razón Michelle sabía tanto de este lugar, era parte de él, esa maldita infeliz.

Cerré la bitácora para ir hacia la habitación y mostrarle a Kyle lo que había descubierto, pero él, no estaba allí. Me asusté puesto que no pasó mucho tiempo desde que le dejé aquí. Busqué y busqué dentro de las habitaciones, en los baños y hasta en el almacén, pero no había rastro de él, como si la cabaña se lo hubiese tragado. Al regresar a la segunda planta escuché el sonido de la puerta principal, como si alguien la hubiese cerrado, rápidamente corrí hacia ella, pero al llegar el sofá había sido movido, la puerta se encontraba abierta y huellas de pasos se postraban marcadas en el suelo, y allí, justo en ese instante, alguien golpeó mi cabeza. Haciéndome quedar inconsciente.

...

Yo odio a las personas entrometidas... las detesto –Escuchando al sujeto que hablaba frente a mí, mientras yo comenzaba a despertar—, es... obsceno, ¿sí? Tener que soportar a uno que otro entrometido bajo la idea de que somos una industria al servicio del cliente. ¡MENTIRA! Todo es una mentira, una estúpida idea de mi hermana por mantener vivo el negocio de la familia.

— ¿Dónde estoy? ¡Suéltame! –Sacudiendo mis brazos, me tenía amarrado en una esquina mientras que él me miraba sentado en una pequeña banca, con un arma en sus manos.

Tú sabes dónde estás...

— ¿Por qué a nosotros? –Indiqué mirando a la basura de Antonio Veranti.

— Yo, de verdad que no tengo idea. Yo me opuse ante ella porque nunca quise que vinieras.

— ¿A qué te refieres? –Mencioné observando disimuladamente el lugar.

— ¡A todo!, al hecho de que vinieras aquí con mi hermana, para disfrutar de las vacaciones, ¿cuáles malditas vacaciones? debiste hacerle y hacerme caso, ¡pero no!, querías entrometerte en asuntos que no te convenían, tú y esa gamberra con complejo de documentalista barata.

— ¿Sabías todo desde un principio? –Indagando cada vez más, el odio crecía conforme a sus palabras.

— ¡Pues claro! Desde el momento en el que encendiste el auto hasta que llegaste a El Jardín –Indicó levantándose para acercarse a mí.

— ¿Pero cómo? No, no lo entiendo.

— Es claro y evidente, que no lo entiendas, pues veras; cuando decidieron tomar la opción de venir a El Jardín, ella me avisó, y en el momento que llegaron a descansar, ella no lo hizo, vino directamente a nosotros para indicarnos que hacer en caso de que hicieras lo que de vez en cuando algún turista empedernido realiza; "husmear". Y pues, planeamos todo con el fin de que no supieran absolutamente nada. Sin embargo, las cosas se salieron un poco de control –Respondiendo con una risa entre dientes.

— ¡Malditas basuras! ¿Cómo pudieron hacernos esto? –Intentando levantarme.

— ¡No, no, no! No lo intentes –Colocando el arma en mi rostro-, sé que intentas hacerte el valiente, pero créeme, aquí, tal cosa, no vale la pena –Pateando mi rostro.

Caí nuevamente inconsciente por un buen rato, y al despertarme estaba en una habitación vacía, solamente con una silla, un balde con agua y el libro en el cual escribo las anécdotas del viaje. No sabía el motivo por el que nos hicieron esto, por el que ella nos hizo esto, sentía ira, rencor, decepción, tenía sobre mí muchos sentimientos encontrados. Debía buscar la manera de salir de aquí. Por fortuna, pude zafarme y liberar mis manos, y siguiente a esto me percaté que la habitación solo tenía una puerta de madera con muchos clavos colocados de manera que se me hiciera imposible abrirla, yo no tenía idea de donde podría encontrarme.

The Factory Behind The Forest © (La Fábrica Detrás Del Bosque)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora