Capítulo #06 "Secretos de Corazones Ardiendo"

1.2K 102 7
                                    

A la mañana del día siguiente.

Aila se levantó temprano ese día, bajó y sus padres estaban desayunando como siempre, en el gran comedor, se acercó a la mesa para tomar una fruta y comerla ahí mismo.
-Buenos días hija, siéntate, ya estoy por servir los alimentos...
-No gracias mamá, tengo que irme, me llevó la fruta...
-¡Aila, espera!
-¡Aila, obedece a tu madre!
Sin importar cuánto la llamarán sus padres, era tarde, pues ella ya no estaba cerca para escucharlos. Astrid sirvió comida en el plato de Hipo mientras ambos se miraban con algo de seriedad.
-¿A donde crees que va tan temprano?
-¿A donde crees, Hipo? Ya he visto esto antes...
-Tienes razón, la seguiremos, ¿Verdad amigo?
Hipo arroja a Chimuelo su desayuno y este lo atrapa con el hocico, lo mastica y lo traga para seguir a Hipo fuera. El castaño revisa el equipo y en eso Astrid sale de la cabaña.
-¿Seguro que sabes a dónde ir?
-Lo más probable es que este viendo un dragón a escondidas...
-Espero que así sea y puedas dejar de insistirle en eso...
-Astrid, sabes que las cosas importantes tienen prioridad, su ceremonia lo era y ella la rechazó de igual forma...
-Hipo, es sólo una niña...
-¿Olvidas que yo tenía su edad cuando conocí a Chimuelo? Por eso se impuso esa edad en las ceremonias, es especial...
-Si, si, por cierto, Heather y Dagur volvieron a su isla hoy, que te desean lo mejor y muy buena suerte también...
-Gracias por el recado...
Hipo tomó la mano de su esposa y sonrió, pero cuando la rubia iba a besarlo, el castaño la soltó y montó a Chimuelo, algunas cosas no habían cambiado aún.
-No se cuando regrese, espero encontrarla...
-Hipo...
-Chimuelo...
El dragón despegó y mientras los miraba alejarse, la rubia sostenía con su mano sus mechones de cabello que se movían alocadamente por las ráfagas de aire creado por el despegue del Furia Nocturna. Su mirada reflejaba tristeza y preocupación, no sabía porque Hipo comenzó a comportarse distante ahora que su hija tenía doce años, no lo comprendía, era extraño ya que desde su matrimonio hasta hace unos meses todo parecía ser miel sobre ojuelas.
-Es hora de descubrir que es lo que Aila hace a mis espaldas...
-Grraaw...
-Eso espero amigo...
Chimuelo bajo en medio del bosque mientras seguía el aroma y las huellas de la chica. Hipo caminaba mirando a todos lados y a un lado de su dragón que se detuvo en un punto, abrió las alas para proteger a su Jinete y tenía los ojos en un lugar en específico.
-Chimuelo, ¿Qué sucede amigo?
-Grrr...
Un gran dragón blanco salió de detrás de los árboles, sus grandes alas desplegadas llenas de hermosas plumas verdes y sus molestos ojos azules, le recordaba al castaño al dragón de su sueño.
-Nubosa...
El dragón sacudió su plumaje, y la mirada de desprecio paso a ser de completo desinterés hacia ellos. Chimuelo se emocionó tanto al verla que se acercó a ella sin pensarlo, Hipo extendió una mano para detenerlo y se sorprendió bastante al ver que los dragones se acariciaban, jugueteaban y lamian sus cabezas tiernamente.
-Ahora entiendo como fue que  pudieron aparearse...
Hipo se acercó a Nubosa quién lo olfateo un poco y permitió que la acariciara al reconocerlo. El castaño pasaba sus dedos entre las suaves plumas del dragón y el gran cuerpo de la misma, sonrió.
-Ustedes continuaron queriendose a espaldas de nuestros problemas, y lo siguen haciendo aún después de tantos años...
Chimuelo sonrió tierno mirando a Hipo, saltó sobre él completamente emocionado y acercó su rostro al de su Jinete.
Hipo lo acariciaba y recargo su frente con la de su dragón, una vez tomó asiento en el suelo.
-Amigo, ¿Qué me estas tratando de decir?
-Grraaw...
Ambos con los ojos cerrados, frente contra frente, intentando conectar sus corazones para caer en la misma conclusión y tratar de averiguar que hacer.
(Música aquí)
El castaño se relajo, su respiración fue lo único que se escuchaba en cámara lenta y una voz en su cabeza hacia eco, hasta que...
-Nubosa...
-Esa voz...
Los ojos del castaño se abrieron hasta más no poder, aún después de que Chimuelo se apartara para mirar a la chica con seriedad.
-My...
El castaño no se atrevía a mirar, temía que si lo hacía desaparecería, temía que sólo fuera una ilusión, una mentira más de su cabeza, no quería mirar por muchas razones que le atemorizaban.
-Hipo, ¿Qué estas haciendo? No esperaba encontrarte por aquí exactamente...
-My...
Finalmente el castaño la miró, su sorpresa seguía intacta al ver a semejante mujer delante de él. Comenzó a caminar a ella, pero se detuvo al ver como la chica retrocedió a su avance.
-Lo siento tanto, My...
-¿A que viene eso ahora?
-Nunca quise abandonarte, me deje influenciar por lo que Viggo me dijo, quede ciego ante tanta negación...
-Eso ya no tiene remedio, Hipo, Ahora tenemos vidas distintas y será mejor que continúe así...
-No puedo olvidarlo hasta que me perdones, fui un idiota, yo... Me arrepiento por no haber estado con ustedes...
-Olvidalo, no vale la pena...
-Debí comprender que por algo no querías alejarte de mi...
-Olvidalo Hipo...
-Debí saber que mi futuro era contigo, independientemente de todo lo que pasará...
-¡Hipo!
Ese grito resono por el bosque que hasta los Terrores Terribles  asustó escapando en parvadas de los árboles, My tenía la mirada molesta apuntandole y no parecía importarle la tristeza de su ex pareja. Hipo se puso de pie y de igual forma, su triste rostro intentaba ser serio.
Los dragones miraban, un tanto incomprendidos, la situación.
-Hipo, si te digo que no importa, es porque mi hijo no sabe que existe su padre...
-¿Qué?

Cómo Entrenar a Tu Dragón: El Legítimo Heredero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora