En Berk al medio día.
La iniciación de Aila había comenzado, primero, y cómo la tradición lo indica, el jefe de la tribu da un gran discurso, es él quien realiza la apertura del evento. Aunque ese lugar traia el mal sabor de boca a Hipo, estar en el lugar donde su padre y los de la tribu atraparon a Chimuelo por defenderlo de un Pesadilla Monstruosa, aún así, el castaño daba su mejor sonrisa y sus mejores palabras dedicadas a toda la tribu, en especial, a la pequeña en frente de las cuatro puertas.
-Este día, como otros, es importante en la historia de Berk, Aila Abadejo Hofferson será a partir de hoy una gran integrante vikinga de los Gamberros Peludos y una Jinete de Dragones...
El jefe hablaba de pie, con su esposa sentada a su lado y el resto escuchandolo en la misma posición; Aunque, su madre prestó atención a la chica de pie, ella miraba al suelo y tenía las manos hechas puño a la misma vez que un mal semblante la rodeaba. Su hija era de un castaño cobrizo y con unos profundos ojos color azul. Astrid supo que algo no estaba bien con la niña.
-La elección es tuya Aila, elige el dragón que tu corazón señale, eligelo y únete a nosotros, se parte de esta gran tribu vikinga como un miembro importante de la misma... ¡Abran las puertas!
Al decir eso, inmediatamente después, el castaño tomó asiento junto a su esposa mientras miraba a su hija con orgullo sin notar su extraño comportamiento.
-Hipo, creo que algo raro le ocurre a Aila...
-Claro, emocionada tanto como su padre, esa es mi hija...
-No, cielo, creo que...
-Mira, mira, ya están abriendo las puertas, me preguntó cual elegirá...
Las puertas se abrieron, de una puerta salió un Nadder Mortífero color violeta con espinas amarillas, de la segunda puerta salió un Pesadilla Monstruosa color azul cielo con negro, en la siguiente puerta apareció un Cremallerus rojo y naranja bastante mono y por último un pequeño Gronckle color gris. Cabe mencionar que este último era uno de los hijos de Albondiga, el dragón de Patapez.
Al ver que la chica nisiquiera los miraba, Hipo comenzó a sospechar, así que la alentó desde su gran silla.
-Adelante Aila, elige el dragón que más te llamé la atención...
-Hipo...
Astrid intentaba llamar la atención de su esposo para poder decirle lo que pasaba, pero sin escucharla, el castaño se puso de pie con una mirada entre preocupada y molesta.
-Aila...
-¡No voy a elegir ningún dragón!
El asombro se dejó escuchar en todos los presentes que no tardaron en murmurar entre ellos, Hipo los miraba y al final detuvo sus ojos en su hija, que finalmente había levantado la mirada y que demostraba molestia, tenía los mismos gestos que su madre y la misma pose retadora de esta.
-¿Qué es lo que estas diciendo?
-¡Que no pienso continuar con esta tontería!
-¡Aila!
-¡Si esto lo hiciste tú no quiere decir que yo también tenga que ser igual a ti!
-¡Es tradición señorita, si no lo haces...!
-¡Prefiero largarme de aquí y no ser parte de esta tribu!
-¡Aila!
Ese último grito lo dio su madre al ver como corría a la salida y escapaba del lugar, mientras Astrid salía del lugar junto con todos para buscarla, Hipo permaneció de pie con la mirada perdida, sin poder creer que es lo que había pasado, la sorpresa en su rostro lo decía todo, pero su sentimiento interno gritaba "Deshonra" a todo pulmón.
Su hija lo había defraudado frente a todo Berk, frente a todos.
-¿Qué hice mal durante su crecimiento?
-¡Hipo! ¡¿Qué haces aún aquí?! Tenemos que buscarla...
-No, dejenla tranquila Patán...
-Se como te sientes Hipo, pero el punto es saber porque actuó de esa manera en un día tan importante para ella...
-Si, sabemos que ella no es así...
-Es cierto hermano, la conocemos desde su nacimiento...
Sus amigos estaban con él, intentando animarlo antes de que pensará cosas que no son. Hipo los miró a cada uno y suspiro.
-Anda Hipo, no vas a decirnos que no te preocupa tu hija...
-No es eso Patapez, es sólo que ella debe reconocer su error, regresará cuando este lista...
-Pero si no es así, ¿Qué pasará después?
-Piensa en Astrid, ella no estará tranquila...
-Ni nosotros tampoco hasta que nos des órdenes del que hacer...
Heather y Dagur habían llegado en ese momento y el pelirrojo fue el portador de la última frase.
El castaño volvió a suspirar una vez más, tomó asiento, recargo su mentón en una mano mientras con la otra acariciaba a Chimuelo.
-Bien, Dagur, vigila los muelles, que te den conteos de barcos y todos los registros de salida...
-De acuerdo hermano...
-Brutacio, Bruthilda, conocen mejor el bosque que ningún otro vikingo, hagan trampas inocentes en el perímetro del mismo para mantenerla alejada de ahí...
-Entendido Hipo...
-Vamos hermano...
-Patán, ve al centro de almacenamiento de provisiones de tu padre y dile que te ayude a vigilar bien esa zona en caso de que Aila aparezca...
-Como digas Hipo...
-Por último, Patapez, tú y Heather se quedarán cerca de la Academia de Dragones, creo que este es un punto importante también...
-¿Y tú que harás Hipo?
-Yo y Chimuelo surcaremos los vientos para volar sobre el bosque, en caso de que Aila traspase las trampas de los gemelos...
Hipo tenía la seriedad y las palabras de un verdadero líder, tanto así, que Heather no pudo evitar sonrojarse un poco por su manera tan varonil de hablar.
Hipo se despidió y salió caminando seguido por su dragón; Patapez tomó la mano de Heather y ambos caminaron a donde los dragones rechazados para mandarlos a descansar por ahí. Heather suspiro y soltó la mano de Patapez quien se sorprendió por el acto.
-¿Heather?
-Patapez, hay algo que debes saber...
-¿Qué sucede? Te vez preocupada...
-Es sobre My...
-¡¿My?!
-Volvió Patapez, volvió y tiene un hijo de Hipo...
-¡¿Qué?! Hipo jamás mencionó algo así, ¿Hace cuanto la viste?
-Ayer, su hijo está perdido y lo está buscando con desesperación pero no quiere que Hipo se enteré, me pareció ver que ahora lo odia...
-Después de lo que él le hizo no me sorprende, pero, ¿Porque me cuentas esto?
-Sabes que confío mucho en ti, tenía que desahogarme...
Heather tomó sus manos entre las suyas y besó los labios de Patapez con ternura beso que también fue correspondido por el chico.
-Más aparte se que tú estarás ahí para calmarlos si se llegan a encontrar, ¿Verdad?
-Claro, aunque sinceramente es Astrid la que me preocupa...
-Tienes razón, ahora que es esposa del jefe, no creo que sea tan misericordiosa con My...
-Déjate de lo que piense hacerle a My, lo que hará cuando se entere que Hipo tiene un hijo con ella...
Mientras la parejita hablaba sobre como manejar la situación, Hipo llegó hasta un grupo de personas que estaba organizando Astrid.
-Hipo, que bueno que llegaste...
-¿Qué es todo esto, Astrid?
-Vamos a buscar a Aila, ellos son...
-No Astrid, las cosas no se hacen así...
-¿Qué cosas dices? Es tu hija la que corre peligro...
-¡Escuchen, nadie buscará a Aila como tal!
-¡Hipo no!
-¡Continuarán su vida normal, como si nada hubiera pasado, en caso de que la vean no intenten detenerla, sólo avisen a Astrid, tengan a la mano Terrores Terribles para enviar el aviso!
-¡Hipo!
-¡Esa es la orden! ¡Adelante!
Después de eso, todos se marcharon a sus respectivas labores, Astrid lloraba en ese momento y lo miraba con el ceño fruncido, cuando el castaño giro en su dirección, una cachetada se enterró en su mejilla.
-¿Porque lo hiciste, Hipo? Es tu hija y actuas como si no te importará... ¡¿Porque?!
El castaño miraba al suelo y el ardor en su mejilla lo mantenía así, no decía ninguna palabra para justificarse, fue ahí cuando Astrid dio media vuelta para montar a Tormenta y seguir su búsqueda por su propia cuenta.
-Si la buscamos con más razón no aparecerá...
Esas palabras congelaron a la madre quien lo miro sorprendida mientras Hipo la miraba seriamente y con una mano marcada en su rostro.
-Por eso fue esa orden, si sabe que la buscamos menos regresará, ella es como tú a su edad, ¿Acaso ya lo olvidaste? Fuiste tú quien lo notó conforme ella crecía...
-Hipo...
-Mis amigos vigilan las zonas más importantes también, no la busques Astrid, es la orden que te doy...
-Creí que...
Cuando la rubia caminaba hacia él para disculparse, Hipo monto a Chimuelo y salió volando rápidamente dejándola sola con su dragón. Mientras volaban, Chimuelo hizo un sonido de preocupación, aunque ya se había acostumbrado a Astrid, aún no se acostumbraba a que golpeara a su amigo; El castaño acarició la cabeza de su amigo.
-Esta bien amigo, creo que a Astrid aveces se le olvida que también soy su padre...
-Grr...
-Nosotros si tenemos que buscarla, pero será mejor ir a pata para no dar sospecha...
Bajaron en una parte del bosque y caminaron a la vez que Chimuelo buscaba rastros de ella.Mientras tanto, Aila logró llegar a otra parte del bosque, fue justo cuando dejo de correr y se desplomó en el terrozo suelo para respirar desesperada.
-Oye, ¿Estas bien?
-¿Eh? ¿Quién... Eres... Tú?
-Tranquila, ¿Necesitas ayuda? No pareces estar bien...
-Entonces alejate y déjame respirar...
-Ok, ok, respira...
Ambos se sentaron en el suelo y cuando la chica se recuperó, inicio la charla común.
-¿Qué hace una chica sola en el bosque?
-Sólo camino, ¿Y tú? No eres de nuestra tribu, ¿Qué haces aquí?
-Soy un explorador, mi amiga y yo estamos en busca de alguien muy especial...
-¿Hay más? ¿Puedo ir con ustedes?
-Si quieres, adelante, nuestro campamento está más adelante...
Se pusieron de pie e iniciaron la caminata siguiendo el pequeño sendero creado por sus pies.
-Por cierto, me llamo Sinan...
-Soy Aila...
-Mucho gusto Aila, a Diurna le vas a agradar mucho...
-Gra-gracias...
Aila se sonrojo un poco por el encanto natural del chico, y se sintió aliviada por no estar sola.
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Cómo Entrenar a Tu Dragón: El Legítimo Heredero.
Fiksi PenggemarHan pasado años desdé que Hipo y My supieron algo de ellos, ahora su hijo tiene 14 años y ya es jinete de dragones. El más atrevido, arriesgado y estupendo jinete de dragones, quiza lo heredo de sus padres. Un mal día, Sinan y Diurna, terminan por...