Capítulo #16 "La Verdad" Segunda Parte.

946 103 9
                                    

-¡¡¿¿PORQUE??!!
-...
-¡Mamá si no piensas decir nada, entonces déjame tranquilo!
-Es que... ¡Hipo Abadejo es tu padre, Sinan!
-¿Eh?
-...
-¿Hipo... Abadejo... Es mi padre?
-Es la verdad...
-Todos estos años... ¡Todos estos años sin tener un padre y resulta que es el hombre más genial que existe! ¡¿Pero porque me ocultaste tal cosa, mamá?!
My se puso de pie al ver a Sinan con ambas manos en su cabeza, su respiración agitada y la ansiedad que de repente tenía; My respiro profundamente, estaba buscando una solución a esto, no quería que nada terminará mal.
-Sinan, se que no puedo decir nada para arreglar el pasado, pero por favor vámonos a casa...
-Debe ser una broma... ¿Enserio crees que después de esto volverá todo a la normalidad?
-Es lo que quiero...
-Lo siento mamá, no... No quiero saber nada de ti...
-¿Que?
-Quiero vivir con mi padre ahora, quiero estar con él y recuperar el tiempo perdido...
El chico limpió las lágrimas y sus pasos se alejaban de ella, Nubosa tomó asiento a un lado de su jinete y fue ahí donde el miedo de My salió a flote, pero al querer gritar todo, no pudo hacerlo y mordió su labio inferior.
-Sinan...
-No creó poder perdonarte después de esto, mamá... Al menos no hasta entender porque me has mentido todo el tiempo...
Desde el cielo, Hipo pudo ver a My y a Sinan alejandose por lo que soltó un suspiro ya que todo se le estaba juntando, dejo de seguir a la hembra y aterrizó justo frente a My quien no tenía el ánimo para hacerle cara como siempre.
-My... ¿Todo bien?
-No Hipo, Sinan se ha enterado de que eres su padre...
-¿Enserio? Pero... ¿Porque se ha ido tan de repente? Parecía molesto...
-Nunca lo entenderé, pero he sacrificado mi relación con él con tal de que no te odie a ti...
-My, ¿No me digas que...?
La mujer lo miro con una sonrisa forzada llena de tristeza, el castaño corrió a ella y la abrazo fuerte pero sin recibir la misma acción. La voz de My se dejó escuchar en un susurro.
-No quiero que se entere de los errores del pasado, ni que te odie por ello...
-My, My, por eso te dije que volvieramos a ser una familia...
-Nunca fuimos una familia, Hipo, pero te diré una cosa, una petición que sólo se hace una vez en la vida...
Sus rostros se encontraron, la súplica y el ruego marcaban la cara de la mujer, Hipo tomó su rostro por los costados y beso sus labios para separarse y recargar sus frentes.
-Por favor mantén alejado a mi hijo de la tribu, si Astrid lo encuentra no quiero saber que sería capaz de hacer...
-Lo se, también quiero protegerlo... Descuida, estaré con él todo el tiempo...
-Gracias, muchas gracias... Yo... Te amo Hipo...
Tras escuchar esas palabras, Hipo sintió que lloraria, volvió a besarla más apasionadamente y esta vez fue correspondido, después de todo eran el uno para el otro desde siempre.
-Lamento que esto pasará...
-Descuida Hipo, sólo promete que lo cuidaras...
-Si, lo prometo, pero tampoco permitiré que te trate de esa manera, es hora de un correctivo paterno bien elaborado...
Al separarse para ir cada uno por su lado, se dieron cuenta de que sus dragones estaban compartiendo caricias como siempre que se ven y tienen una oportunidad. Hipo recordó a la Furia Nocturna de hace un momento, hablo con My sobre eso y resultó que en efecto era hija de sus dragones, Chimuelo es su padre.
-Te pediría que no la asustes, no sabe nada del mundo y es el dragón de Sinan...
-Descuida, nosotros nos encargaremos de que todo salga bien...
Una sonrisa por parte de todos y como despedida. El castaño salió volando hacia la tribu, buscaría a su hijo y a su hija, intentando que todo salga lo mejor posible.
En la cabaña familiar del jefe de la tribu, Aila estaba en su habitación empacando las cosas predichas, en eso su madre hace acto de presencia.
-Aila...
-Hola mamá...
-¿Qué estas haciendo, hija?
-Sólo empaco algunas cosas que ya no me sirven, apoyaré a mi tío Patapez en algunas cosas si lo ayudo a recolectar cosas que la gente no utiliza...
-Ah ya veo, Aila, quiero hablarte de algo...
-¿Que sucede?
-Están pasando cosas extrañas fuera, quiero que te quedes aquí en tu habitación...

☆ Música ☆

La expresión de su madre no iba de acuerdo con las palabras que decía, en lugar de preocupación, había un odio bastante profundo, algo que sin duda hizo que Aila desconfiara de ella.
-Descuida mamá, se defenderme...
Aila tomó sus cosas y con una sonrisa camino a la puerta, pero fue detenida por la mano de su madre que se sujetaba con fuerza a su ante brazo.
-Tal vez no fui lo bastante clara, NO saldrás de aquí, es una orden...
-¡¿Eh?!
Astrid nunca le había puesto una mano encima a su hija, pero en esta ocasión Aila aseguraba que ella no era su madre. Sin esfuerzo, Astrid arrojó el cuerpo de su hija a la cama, ignorante del miedo que sus acciones y su rostro amargado causaban en ella.
-Quédate, vendré por ti cuando todo se haya calmado...
-¡Espera! ¡Mamá por favor no!
La rubia logró cerrar la puerta de la habitación y le puso llave para evitar que saliera. La habitación no contaba con ventanas por lo que su única salida estaba bloqueada; Aila golpeaba la gruesa madera llamando a su madre, Astrid miró a la puerta y soltó un suspiro, dejando la llave en la mesa del comedor.
-Lo siento nena, pero no puedo permitir que veas lo que pasará, todo es por tu bien, hija...

Astrid salió rapidamente a la parte trasera de la casa, donde tenía a Tormenta lista cargada con sus armas y la montó para dejar el suelo lo antes posible.
Hipo logró verlas debido a que sobrevolaba los cielos, Astrid también los vio y ambos se acercaron, deteniendose frente a frente.
-Astrid, ¿Que haces aquí? Sabes que debes de cuidar la tribu cuando yo no este...
-Hipo, ¿Donde has estado?
-Verificando la zonas peligrosas del bosque, recuerda que últimamente los dragones anidan demasiado cerca de...
-No me cuentes historias, se que My esta aquí...
-¿Que? Debes estar confundida, ella no...
-¡Deja de mentir! ¡Soy tu esposa Hipo, no merezco que me engañes de esta manera!
-Astrid, te vez mal, respira...
-¡¿Qué me veo mal?! ¡¿Como quieres que me vea cuando me estas mintiendo en mi propia cara?! ¡Atrevido!
-¡Pero te quieres calmar! ¡¿Quién te ha dicho semejante estupidez?!
-No es una estupidez Hipo, lo vi con mis propios ojos, nadie me contó y lo más seguro... Lo más seguro es que la has estado viendo todo este tiempo...
-Astrid, yo...
-Las crías de Chimuelo están sobrevolando Berk, con ellas se vino My y tu nos has estado en la tribu por días... ¿Cuando ibas a decírmelo? O... ¿No lo ibas a hacer?
-Pues no, la verdad es que no... Lo siento Astrid, yo... Yo no te amo...
-¿Pero que cosas dices?
-Es la verdad, todos estos años no he hecho más que pensar en ella, extrañarle, llorarle...
-¡¿Entonces porque te casaste conmigo?! ¡¿Porque tuvimos a Aila?! ¡Fue sólo un juego para ti!
-¡Oye cuidado! ¡Yo amo a mi hija por sobre todo!
-¡Si claro!
-¡Es verdad! ¡No te permito que cuestiones mi amor por ella! ... Lo que pasó... Me casé contigo... Yo... No lo se... Creí que lograría olvidarla contigo a mi lado, pero nunca funcionó...
Al ver la seriedad de Astrid, el enfrentamiento entre sus miradas, la tensión de sus dragones, Hipo sintio tristeza por su hija al enterarse de esto, pero no por eso se detuvo y le aclaró finalmente las cosas a la rubia.
-¡No funcionó y jamás funcionará porque en realidad la amo a ella!
-¡Tormenta!
El dragón disparó a una zona del bosque como distracción, lo cual funcionó muy bien y lograron escapar de ellos rápidamente.
-¡Astrid!
Al no saber a donde ir, Hipo voló a casa esperando encontrarla, llevandose la sorpresa de ver la llave de la habitación de su hija en la mesa, eso, más los gritos de Aila le dieron mala espina. Tomó la llave y corrió para liberarla; Aila salió y lo abrazo.
-¡Papá, que bueno que estas aquí!
-¿Que sucedió, Aila?
-Fue mamá, se está comportando raro, su rostro daba miedo, ella parecía que mataría a alguien... Tengo miedo papá...
-Aila...
Hipo la abrazo fuerte, beso su frente y después la tomo por los hombros bajando a su altura para hablarle con un tono preocupante que no podía evitar.
-Hija, hay algo que tienes que saber y es la razón de que tu madre este actuando así...
-Papá...

En una parte de la tribu...
Sinan caminaba con frustración, las manos hechas puño y la mirada al suelo. Al dar unos cuantos pasos más, su corazón dolió, se relajó y miró hacia atrás soltando un suspiro de tristeza.
-Mamá...
En ese momento vio a un Nadder azul precioso que caminaba entre la multitud, sin pensarlo corrió hacia el, su raza favorita de dragón estaba frente a él y era el primero que veía desde su estancia en la isla. El dragón lo miró con la cabeza inclinada y se acercó para olfateralo, sin impedir que el chico le acariciara la cabeza y lo abrazara.
-Wow, es un dragón precioso, ¿Que edad tienes chico?
-Es chica...

Una mujer rubia bajo de la espalda del dragón, la sorpresa apareció en su rostro y Sinan reconoció esa cara. El dragón se apartó, manteniéndose detrás de lo que seria su jinete.
-Tú...

Cómo Entrenar a Tu Dragón: El Legítimo Heredero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora