Capítulo #05 "Padre vs Hija"

1.2K 107 16
                                    

Al caminar un poco entre las ramas y los árboles, los chicos llegaron a un pequeño campamento en donde había un techo hecho de ramas y una fogata recién apagada.
Aila miraba alrededor y Sinan la invito a sentarse debajo del pequeño techo, algo que ella hizo sin pensarlo.
-Bueno, nada mal para un chico...
-¿Eh? Gracias...
Aila se sorprendió al ver como el chico se sonrojaba un poco y sonreía, inmediatamente desvío la mirada antes de que eso le pasará a ella también.
-Oye, ¿Y porque corrias?
-Escapaba de algo estúpido...
-¿Algo como qué? Me pareció entender que eres parte de una tribu, ¿Porque huir?
-No lo entenderias, un viajero no tiene que atarse a decisiones que lo atormentaran el resto de su vida...
-Tal vez después de comer, te animes y nos cuentes, mi amiga fue a buscar comida, ya no ha de tardar...
-Ah, cierto que no vienes sólo...
-¡Mirala, ahí viene! ¡Justo a tiempo Diurna!
Aila se puso de pie y retrocedió al ver como un dragón, idéntico al de su padre, salía de los arbustos todo mojado mientras cargaba una bolsa de tela que se movía un poco. Sinan se acercó al dragón y este se sacudió para mojarlo, el chico soltó risas y acaricio a Diurna quien colocó la bolsa en el suelo y de ella salieron peces.
-¿Tu amiga es... Un dragón?
-¿Eh? Si, se llama Diurna, ella ha estado conmigo desde pequeño...
-¿También te atreviste a tomar esa decisión? ¡¿Como pudiste?!
-¿De que hablas?
-¡Eres igual que todos!
Aila se marchó molesta de ese lugar, Sinan y Diurna se miraron sin comprender nada, entonces el chico la montó y fueron tras ella, alcanzandola más rápido de lo que creían. Sinan se detuvo frente a Aila y Diurna abrió las alas para impedir el paso.
-¿Porque te pones así? ¿Qué acaso no te gustan los dragones?
-No es eso, es sólo que no me atrevería a elegir a uno por encima de los demás... Creo que es estúpido y... Muy hiriente...
-¿Entonces por eso escapaste? ¿Ibas a tomar una decisión y decidiste huir a enfrentar el problema? Eso no arregla nada...
-¡Yo no quiero que un dragón me elija sólo porque yo lo escogí!
-Diurna fue quien me eligió, se lo que debes sentir, pero créeme que una vez pasa, las cosas cambian en ti...
-¡Déjame en paz!
Aila camino y paso por debajo del gran ala de Diurna, Sinan solo giró rápidamente pero no la siguió. Aila seguía caminando con el rostro entre triste y molesto.
-¡Dejanos enseñarte!
-¡...!
Esas palabras provocaron que los pasos se detuvieran y el asombro apareciera en ella. Sinan caminaba lentamente hacia ella ahora que tenía su atención.
-No puedes decir que no lo harás nunca, si no has probado intentarlo antes...
-¿De que serviría? No me siento lista para la elección, ya tome mi decisión...
-Tengo idea de quien puede ayudarte...
Una mano se posó en el hombro de Aila y al girar, Sinan le estaba ofreciendo montar a su dragón.
El chico la tomó de la mano y la acercó a Diurna que sin dudar la lamio cuando estuvo cerca.
-Diurna no, sabes que eso no se quita jaja...
-Sinan, no creo que deba hacer esto... Enserio... Aún no me siento lista para volar...
-Entiendo, entonces iremos a lavar los peces y tendrás tiempo para socializar con ella...
-Si tu lo dices...
Los tres iniciaron su andar al río para lavar los peces y limpiarlos antes de comerlos, en el camino, Diurna saltaba alrededor de Aila con emoción, quería animarla e insitarla a jugar.
-Tu dragón es... Muy sociable...
-Lo se, le encanta hacer amigos, por eso no dude en presentarlas...
Al llegar al río, mientras Sinan limpiaba los peces, Aila estaba en la orilla intentando atrapar más, en eso Diurna se acerca y la empuja con la cola al agua.
-¡Waaa!
La dragón comenzó a reír y a moverse como un perrito juguetón, Aila la miraba desdé el agua y fue ahí cuando sonrió, la sonrisa provocó que Sinan se sonrojara a la misma vez que se alegraba por ellas. Aila comenzó a jugar con la dragón, la perseguía y a su vez se mojaban.
Al terminar, los tres regresaban al campamento, Sinan caminando y detrás de él, Diurna con Aila encima. Llegaron al campamento, Diurna se echó en el suelo a la misma vez que Aila se recargaba en ella para descansar.
-Aila, ¿Pensaste mejor que harás?
-No... No me siento lista aún, pero admito que me gusta tener una amiga dragón...
-Pues de eso se trata, el dragón que elijas será más que tu amigo, será quien llene tu vacío y desaparezca tus dudas...
-Si... Supongo que tienes razón...
Ambos sonrieron, comieron algunos peces y ya más tarde, Sinan miró a Aila.
-Será mejor que regreses a casa, ya casi anochece y tus padres deben estar preocupados...
-Mi padre no creo, él sólo quiere que tome una decisión a como de lugar... No le importa como me siento...
-Tal vez es porque no le dices tus sentimientos...
Aila se sorprendió por eso último, se puso de pie despidiéndose de Diurna y cuando se iba, se detuvo para mirar a Sinan.
-¿Este es el adiós?
-Para nada, regresa cuando quieras, nosotros estaremos aquí para ti...
-Gracias...
Aila se marchó finalmente, sus nuevos amigos se quedaron en la oscuridad y a la luz de un cálido fuego. Sinan daba de comer a Diurna mientras esperaba pacientemente que otros de sus peces terminarán de cocerse y sonríe al recordar a Aila.

La vikinga llega a casa en donde su madre se encontraba rezando por la protección de su hija inexperta en el mundo exterior.
-Mamá...
-¿Aila?
Astrid abrazo a su hija muy fuerte mientras lloraba, Aila se separó antes de que la mojara más.
-¿Estas mojada? ¿Estas bien? ¿Te paso algo? ¿A donde fuiste?
-Tranquila mamá, estoy bien...
-No vuelvas a hacer eso hija, por favor no lo hagas...
En ese momento llegó su padre junto con su dragón, quien al verla, no la abrazo, sólo se miraban con seriedad. Astrid, nerviosa por la situación, tuvo que romper el hielo por ellos.
-Hipo, Aila regreso sana y salva...
-Aila, ¿Me puedes explicar que fue todo lo que te atreviste a hacer en la ceremonia de iniciación?
-¿De que hablas? ¡Aaahh! ¿De que me negué a continuar con esa tontería?
-Eso, sin mencionar en cómo me hiciste sentir frente a todos...
-Ay por favor papá, que tu hija no eliga un dragón no es nada comparado a todo lo que has vivido...
-El tiempo más importante es el presente, soy tu padre, el jefe de la tribu y el más importante entrenador de Dragones...
-Dragones, dragones, dragones, siempre hablas de lo mismo papá y nunca te preguntas como me siento...
-¿Y como te sientes? ¿Feliz por haberme defraudado así?
-¡Ahí vas otra vez! ¡Escuchame papá! ¡¿No vez que lastimas con tu forma de comportarte?!
-¡¿Qué yo te lastimó a ti?! ¡Bien, entonces estamos a mano!
-¡Hipo!
Como siempre, Astrid tenía la última palabra, y al ver como Aila salía corriendo a su habitación para encerrarse, Astrid lo miró mal y fue tras ella. Hipo se sentó en una silla y colocó una mano en su entre cejo todo estresado.
-Lo que me faltaba... Vamos amigo...

El castaño también decidió irse a volar con Chimuelo, desde el cielo nocturno, se podía ver una extraña luz en el bosque. Obviamente fueron a investigar, y al llegar, los esperaba una emboscada con redes que los capturaron a ambos.
-¡¿Qué haces tu aquí?!
-¡¿My?!
Chimuelo se liberó y a su vez liberó a su Jinete que cayó de pie sin poder creer lo que veían sus ojos. Frente a él, una mujer castaña con unos ojos dorados resplandecientes lucia no tan feliz de haberlo encontrado a él.
-My, ¿Qué haces aquí?
-No tengo tiempo para esto Hipo, no eres a quién buscaba...
Nubosa apareció detrás de unos árboles y My la montó para desaparecer de ahí. Hipo no se rendiria a perderla tan fácil, no otra vez, la siguieron a gran velocidad pero al llegar a un punto del cielo, Nubosa endurecio las alas de Chimuelo y ambos se vieron cayendo en picada.
-¡My no!
Los ojos de Hipo notaron la macabra sonrisa de My, pero los gritos desesperados de Chimuelo lo hicieron abrazarlo mientras intentaba calmarlo, el castaño podía salvarse, pero no lo dejaría morir sólo. Lágrimas salieron de sus ojos verdes y cerró los ojos, al final, trozos del ataque de Nubosa quedaron esparcidos por todos lados manchados de sangre.

...

Hipo se despertó sudando frío, su corazón acelerado le daba una mala sensación. Se encontraba en casa, sentado en su silla, Astrid y su hija dormían; Pero él no creería volver a hacerlo, menos aún por esa extraña pesadilla.
-My...

Cómo Entrenar a Tu Dragón: El Legítimo Heredero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora