Charlemos

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Cuando termine la llamada me encontré en el baño de chicas, no sabía como había llegado hasta ahí, pero el mejor lugar en el que podía estar en ese momento. 

Piensa rápido. Piensa Cristine, no puedes dejarte caer de nuevo, vamos piensa. PIENSA!

- Piensa maldita sea! - grité golpeando el lavamanos con mis puños

Una chica salió de uno de los cubículos del baño. Me miro con cautela 

- ¿Necesitas ayuda? - me preguntó

Negué con la cabeza. La chica se fue, su pregunta me recordó a Evan, era su clásico dialogo

- Evan... - susurré 

Por alguna extraña razón tenía ganas de verlo, de que estuviera ahí conmigo. Okay, no lo pensé más. Agarré mi móvil y le envíe mi ubicación.


No sabía si Evan iba a llegar, pero comencé a tomar más y más y al final dejo de importarme eso. El dolor estaba ahí de nuevo, mi corazón seguía latiendo a mil por hora. 

Esto esta mal, esto esta muy mal, necesito ayuda en serio ¿Qué fue lo que me hizo? esta no soy yo, ya no tengo nada ni siquiera mi propia vida. Me lo quito todo, empezando por mi cordura.

Tomaba y tomaba, ya no pensaba mucho a decir verdad. No tenía idea de donde estaba Casey, yo estaba sentada en un taburete de la barra con la cabeza en el mesón. Estaba cerrando los ojos cuando alguien tocó mi espalda. Me levante y vi su atractivo rostro mirándome con una sonrisa

-Evan 

- Wow creí que estarías más animada - me dijo 

No le dije nada, pronto comenzó a darse cuenta de que no estaba bien y tomó mi rostro entre sus manos

- Cris - susurró, la música estaba muy alta y apenas lo escuchaba - estás ardiendo

- Estoy bien - le dije - solo quiero... - me costaba hablar

- ¿Salir? 

Asentí. Quito sus manos de mi rostro y tomó mi mano.

- Vámonos 

Salimos del antro. El aire fresco me sentaba bien, era cierto que la piel me ardía y estaba sudando, no me sentía para nada bien encima del lío que tenía en la cabeza. 

- Debe haber un Starbucks por aquí cerca - me dijo Evan - tienes que tomarte un café

- No me gusta el café de Starbucks - alegue tambaleándome sobre mi lugar

- Sí bueno, pero son las 2 de la madrugada Cris, es el único café que esta abierto a esta hora

No le seguí discutiendo. La verdad ya ni quería seguir bebiendo. Buscó en su celular alguna tienda y cuando lo hizo me dijo que lo siguiera. Por ratos tenía que afirmarme de su hombro porque perdía el equilibrio, él pasaba su brazo por mi cintura. Evan olía tan bien. 

Cuatro cuadras después, llegamos a un auto negro, no vi ni qué marca era, Evan abrió la puerta y se subió al asiento del conductor, luego abrió la puerta del copiloto 

- ¿Robaremos un auto? - le pregunté desconcertada 

- No - me respondió con una sonrisa - este es mi auto

- No sabía que tenías un auto 

- Hay muchas cosas de mí que no sabes todavía

Me subí y Evan me obligó a ponerme el cinturón, con todas las nulas capacidades que me quedaban lo hice. Encontramos un autoservicio de Starbucks, estaba vacío por supuesto. Fuimos a la caja y la chica detrás de la ventana nos preguntó qué queríamos ordenar. 

Quiero Salvarte (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora