A solas

1.7K 88 4
                                    

Lo que me quedaba de corazón, estaba destrozado, cada segundo que pasaba me sentía más y más sumergida en la miseria y la desesperanza. Ya me habían soltado las amarras, me dolían las muñecas y los tobillos, el lugar era horrible, paredes llenas de moho y un ambiente muy húmedo y encerrado. Había una mesa al centro, sobre ella el tipo moreno que hasta el momento era el único que me hablaba, puso un teléfono desechable. 

- Vas a llamar a tu madre, le dirás que no llegarás a dormir - me dijo

- Y dónde me quedaré - pregunté con terror

- Aquí

Sentí que algo se me atoraba en la garganta. 

- Cómo se va a quedar aquí, se va a enfermar ni siquiera trae sweater - alegó Amelia que aún seguía amarrada a la silla

- Cállate - le dijo el sujeto con violencia 

- Suéltala - le dije yo 

Me miró y levantó las cejas.

- Cuidado con la manera en la que me hablas - me respondió con furia en los ojos

Trague saliva y me armé de fuerza.

- Si no quieres que tengamos problemas, sueltala

No tenía mucho que perder intentando defenderla. Al segundo después de haber abierto la boca el tipo me agarró por el cuello y me comenzó a asfixiar. 

- Tú a mí no me das ordenes mocosa estúpida - me gritó a centímetros de mi cara

Todo me tembló por dentro, pero me mantuve fuerte en el exterior.

- Necesita que le curen las heridas, la golpearon como unos salvajes, no me voy a quedar... callada - dije a penas - hasta que la suelten 

Sentía que me agarraba con tanta fuerza que llegaba a levantarme del suelo.

- ¿Por qué no la sueltas como lo hiciste conmigo? - le pregunté tratando de safarme de sus manos para poder respirar mejor

- Porque se comporta como una loca insoportable - gritó y la miró

La cara me ardía, sentía que mi cuello se quebraba.

- Sueltala - dije con mi último aliento - por favor... y ya no te vamos a molestar

Se quedó pensándolo, miró a uno de los tipos que aún seguía con capuchas, este le asintió con la cabeza. Se me agotaba el resto de aire que me quedaba en los pulmones.

- No puedo... - dije apenas audible, sentía que los ojos se me salían.

Finalmente me soltó, pude respirar y la sangre al fin me llegó al cerebro, fue increíble sentir como volvía a la vida. Me caí al suelo.

- Oh mierda - dije con las cuerdas vocales destruidas 

Uno de los sujetos se acercó y soltó a Amelia. Al menos mi insolencia no había sido en vano.

- Olvídate de que siquiera te voy a traer una bandita - me dijo el moreno, luego salió del cuartucho

De los otros dos que quedaban ahí uno tomó el teléfono desechable y me lo lanzó.

- Llama, ahora, y cuidado con lo que dices - me ordenó con una voz profunda

Amelia me miraba con los ojos llenos de lágrimas, podía ver la profunda tristeza en su alma a través de su mirada. Ya podríamos conversar.

Marqué al número de la casa. Sonó un par de veces, estaba sumamente nerviosa, no quería que mamá se diera cuenta de que algo raro estaba pasando. 

Quiero Salvarte (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora