El Escape

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Íbamos en una de las camionetas a toda velocidad, ya era de noche y las calles estaban repletas, Richie estaba histérico, Mia iba sentada a mi lado y se veía muy neutral, era su manera de afrontar los problemas, Paul, que iba de copiloto, me miraba a veces de reojo, también parecía angustiado. Yo intentaba mantenerme calmada pero mi colon estaba vuelto loco, mi corazón estaba disparado y tenía ganas de largarme a llorar desconsoladamente, tenía miedo, mucho. No sabía que era peor, que nos agarraran o que terminara en México con toda esa manga de locos que querían aporrearme cada vez que abría la boca. 

Mire a Mia con cautela ¿quien era? ¿en qué se había convertido? ya no la reconocía, y sí, sabía que en parte yo había provocado eso pero... a pesar de que la odiaba, me entristecía todo esto. Intentaba respirar hondo para calmar todos mis sentidos pero apenas funcionaba. Cuando logramos librarnos de todo el tráfico de la ciudad avanzamos por la costa, en diez minutos estábamos en un muelle desierto lleno de containers, todos nos bajamos, los matones de las otras camionetas comenzaron a bajar unos bolsos enormes, Mia se quedó a mi lado mientras Richie y Paul se acercaban a la orilla. 

- ¿Por qué haces esto? - le pregunté a Mia

Ella ni siquiera me miró. 

- Mia te estoy hablando - reclamé 

Pero no hubo caso, se quedó en silencio hasta que apareció Paul y nos hizo una seña para que nos acercaremos. Ya era hora. Mire a mi alrededor, era la última vez que pisaría tierra estadounidense, todo se había ido a la mierda, no tenía más opciones que afrontar lo que seguía. 

- Muévete - me dijo Mia más adelante

Camine con los ojos llenos de lágrimas que me rehusaba a dejar salir. Estaban preparando una lancha grande en donde cabíamos perfectamente los cuatro, los matones estaban haciendo unos ajustes de motor y poniéndole combustible, hacía mucho frío y yo solo llevaba una playera sin mangas que hacía que los huesos se me congelaran. 

- Esto es lo que haremos, yo conduciré - nos dijo Richie - Mia y Cris, ustedes se quedan en la parte de atrás, Paul tú vigilas todo... toma - le entregó unos binoculares y un radio - si algo sucede en tierra firme, los chicos te avisaran, tienes que estar alerta

Mia y Paul intercambiaron miradas.

- Estamos listos - dijo ella 

- Bien, nos vamos

Mi corazón se detuvo. Paul se subió a la lancha anclada al muelle, ayudó a Mia a subir y luego a mí.

- Estás congelada - me dijo asombrado al tocar mi mano

- No traje un sweater, no traje nada de hecho... - susurre

Entre a la lancha al mismo tiempo que dejaba atrás toda mi vida (otra vez, ya era como la cuarta). Paul se quitó su chaqueta y me cubrió la espalda con ella, me senté en la orilla de la lancha, no volví a mirar atrás. 

- Apresurense, pueden llegar en cualquier momento - dijo uno de los matones

En un par de minutos, Richie se despedía de sus hombres y entró a la cabina del conductor, cerró, dejó la puerta abierta y le daba instrucciones a Paul, encendió el motor al mismo tiempo que Paul desanclaba la lancha, escondí mi rostro entre las palmas de mi manos. Mia se sentó a mi lado, movía la pierna con nerviosismo. De a poco la lancha se comenzó a mover y en pocos segundos agarró velocidad, la brisa húmeda parecía hielo, el pelo intentaba cubrirme la cara por el fuerte viento, comenzó a mojarse la orilla de la lancha, así que me levanté. El radio de Paul comenzó a sonar.

- Están en el muelle - dijo un tipo, se escuchaba asustado - tienen que acelerar antes de que los vean, nosotros escaparemos

Tenía una fuerte tentación de mirar hacia la costa pero sabía que al hacerlo no podría contenerme y me pondría a llorar, tenía que ser fuerte. Mire a Paul, él miraba el radio indeciso... fruncí el ceño.

Quiero Salvarte (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora