El Gran Plan

1.5K 98 1
                                    

Se acercó y se abalanzó sobre mí con mucho cuidado, pero con fuerza a la vez. Yo a penas me podía mover pero estaba tan feliz, que nada me importaba, Evan me estaba abrazando. 

¿Qué demonios había pasado? ¿Cómo había llegado ahí?

- No lo puedo creer, en serio estás aquí, estás conmigo esto al fin está pasando - decía mientras me tenía entre sus brazos, se apartó y recorrió cada centímetro de mi rostro con su mirada - ¿cómo te sientes? ¿te duele mucho? tu madre fue por el doctor para que te ponga más antiinflamatorios

No dejaba de hablar cuando estaba nervioso, era tan tierno. Yo no podía dejar de mirarlo maravillada, como una babosa.

- Estoy... - dije con la voz temblorosa y desafinada

- No no, no hables, el doctor dijo que tu garganta estaba muy dañada 

Me tocaba los brazos con cuidado. 

- Estoy bien - terminé de decir 

Él sonrió y se alejó para darme espacio.

- Sí que lo estás, estás bien, estás conmigo y con tu madre y tus amigos están aquí también 

Acerqué mi mano a la suya y cuando se dio cuenta de que quería tomarla la sujetó y se la llevó a sus labios para besarla con suavidad. 

- Te miro... y juro que no puedo creer que esto esté pasando - susurró con tanta felicidad que se le salía por los poros - te busque tanto, tanto... Estoy tan feliz de al fin haberte encontrado

Cerró los ojos. 

- ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente? - le pregunté 

- Dos largos días, te dieron muchos medicamentos, calmantes, estuviste muchas horas con respiración artificial conectada a máquinas 

- Evan - decir su nombre era como un sueño a pesar de todo el dolor que me causaba - no entiendo, cómo me encontraste, qué pasó

Recién había despertado y no entendía nada, me sentía muy perdida intentando de procesar todo. 

- ¿No te acuerdas? - me preguntó acariciándome el cabello

- No muy bien... recuerdo que estaba en el mar

La cabeza me dolía mucho y no me dejaba pensar en otra cosa que no fuera el terrible dolor. 

- Maldito dolor hijo de perra - reclamé

Él soltó una pequeña risa y besó mi frente dándome escalofríos en la espalda. 

- El doctor ya viene - me dijo a tan solo centímetros de mi rostro

Lo miré, me miró, y su olor fue lo único que comencé a sentir además de unas ganas descontroladas de besarlo, de tocarlo, de nunca más alejarme de él. 

- Jamás creí que te volvería a ver - dije 

- ¿Qué? ¿me estás diciendo que perdiste las esperanzas? - preguntó indignado

- Desde el primer momento - admití

Él rió. 

- Pues parece que no me conoces en lo absoluto ¿creíste que te dejaría? 

Suspiré. 

- Jamás me rendí, ni por un solo segundo 

- Esperaba que lo hicieras, tenía las manos atadas

Comencé a sentir una picazón en la garganta que me obligó a callar para no desatar una tos que de seguro me iba a causar mucho dolor.

- No te esfuerces - me dijo él dándose cuenta - tienes que recuperarte

Quiero Salvarte (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora