Quiero Salvarte (COMPLETA)

Inevitable

Me miraba en el espejo indecisa, no sabía que ponerme, ni siquiera sabía a dónde iría. Decidí tomar un par de jeans, una blusa negra y sandalias bajas. Me solté el pelo y me colgué el bolso al hombro.

- Tú puedes - me dije dando ánimos 

<< Estoy afuera >> decía el mensaje que segundos después me recibí. Era el momento, así que tomé toda mi valentía, mi móvil, y partí. Baje con el alma en un hilo, pero cada vez más segura de mi decisión.

- Estás haciendo lo correcto - dije - no te arrepientas, sigue caminando 

Cuando salí del edificio y lo vi, todas las dudas se disiparon y lo único en lo que podía pensar era en él. Camine hasta tenerlo al frente...

- Hola - dije nerviosa pero fingiendo que no lo estaba, era muy buena actriz

- Hola cumpleañera - me dijo. Vestía unos jeans negros y camiseta burdeo, se veía bien, igual que siempre. 

- Tenía muchas ganas de verte - dije sin pensar

- ¿Te sientes bien? - me preguntó con el ceño fruncido y una sonrisa

- Sí, Evan estoy bien 

Nos mirábamos como si fuera la primera vez. Y de un segundo a otro Evan me rodeaba con sus brazos y apoyaba su mentón en mi cabeza.

- Feliz cumpleaños - me susurro 

- Gracias galán - le dije bajo un gran grado de relajación 

- ¿Galán? - repitió entre risas

- Así te llama Eli, y Andy, otro amigo muy husmeador 

- Me gusta que tus amigos hablen de mí

- No te des tanta importancia - le dije dándole un golpe suave en el torso luego de haberme despegado de él

Fuimos hasta su auto, me senté en la asiento del copiloto y partimos. No pensé en si me iba a arrepentir o si elegirlo a él me traería consecuencias, solo hice lo que se me antojaba. 

Cerca de las ochos llegamos a su casa, habíamos compartido historias de adolescencia durante todo el camino acompañados de buena música. Me gustaba escuchar a Evan porque jamás me traía problemas, siempre sonreía y no lo hacia de manera fingida, todas sus risas eran genuinas.

Al fin empiezas a entender que Evan más que un problema puede ser tu solución.

No nos anticipemos. 

Cuando entramos a su departamento, un exquisito olor a comida me envolvió. La casa se mantenía limpia y ordenada como siempre, la mesa estaba decorada y habían cuatro puestos para cada uno de nosotros. 

- ¿Qué cocino Robert? - le pregunté a Evan

- Ni yo lo sé 

Robert, como por acto de magia, apreció en la sala con una sonrisa. Llegó hasta mí y me abrazó. 

- Feliz cumpleaños Cris - me dijo

- Gracias, y gracias por todo esto, no era necesario

- Claro que sí, ya eres como parte de la familia - dijo dejándome perpleja, me di vuelta a mirar a Evan el que se aclaraba la garganta y miraba al suelo totalmente avergonzado - tranquilos, solo es una broma

No sabía que Robert apegado a su estilo, como era él, hacía bromas. Pero me agradaba más así. 

- ¿Y Hans? - preguntó Evan para cambiar de tema 

- Está en su habitación, ve a buscarlo - le ordenó - porque la cena ya esta lista

Se miraron con complicidad, como tratando de comunicarse sin palabras. Evan finalmente le hizo caso y partió a buscar a Hans dejándome sola con Robert.