Me rindo

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Había terminado definitivamente con las fiestas, en parte estaba arrepentida, y en parte no. Tenía que volver a mi casa, reconciliarme con mamá si es que la encontraba y volver a la universidad. El chico de las fiestas prácticamente me había salvado la vida, jamás me había borrado de esa manera, y no se sintió bien para nada. Eso para significó tocar fondo, tenía que seguir con mi vida aunque no quisiera y "la situación" me rondara la cabeza a cada instante. 

Sinceramente, estaba tan cansada de tener ese constante pensamiento por tanto tiempo  sin importar lo que pasara. Y por más que quisiera terminar con todo esto, sabía que en el fondo no podía, no podía, no podía MALDICIÓN. 

Estaba ya en frente de mi casa tratando de abrir la puerta, y juro que por un segundo creí que no abriría, que mi mamá había cambiado la chapa y todo mi plan se había ido a la mierda. Pero entre sin problemas, ella no estaba como lo supuse, trabajaba todo el día.

- Okay, empecemos - me dije a mi misma

Ducha, una larga ducha. Lavandería, porque ya no tenía ni ropa interior limpia. Comida, gracias a satán mamá había dejado una olla con estofado. Empacar, horror. 

Eli me mando un mensaje al móvil 

<< Estoy aburrida en clases, y ya te extraño>>  

La extrañaba en verdad. Me reconfortaba que sufriera mientras yo también lo hacía al luchar contra mi empaque. Decidí responder enviándole una foto del desastre que tenía que hacer entrar en mis maletas, pero me encontré con una sorpresa al deslizar hacia la izquierda la pantalla táctil de mi móvil para desbloquear la cámara y me encontré con una fotografía que claramente yo no había tomado. Era una selfie de Evan con una expresión muy graciosa, había escrito algo con mala caligrafía 

<< No me olvides 870 4310 012>> 

Era su número... me quedé mirando un rato la foto, y si estaba segura de algo, es que no lo llamaría. Muchas cosas no me cabían en la cabeza con respecto a este chico, y algo me decía que tenía que alejar de él aunque no supiera por qué. Pero su foto me causaba risa, la iba a conservar. 

Sentí a mamá llegar, la pelea se venía seguro. Sabía que estaba en casa por la música alta que tenía puesta, así que subió directo a mi habitación. Tomé aire y me senté en la cama justo cuando abrió la puerta. No parecía 100% enojada. 

- Volviste - soltó, luego me miro más de cerca y gritó horrorizada - ¡¿Qué te pasó en la cara?! estas toda arañada

- Tenía que recoger mis cosas para irme a la universidad, por eso volví... y los rasguños fueron de parte de un gato callejero que me pillo desprevenida

- ¿Ahora te importa la universidad? 

- Siempre me ha importado, mi carrera lo es todo para mí, aunque no te guste mamá

- Jamás te he dado la espalda, siempre te he dado todo lo que necesitaste, eres mi única hija, eres mi familia, pero no te reconozco

Tampoco me reconocía,  las ultimas dos semanas de mi vida había sido otra persona, ¿O en realidad esa era mi verdadera yo?

- Sé lo que quieres, quieres una disculpa, y te la daré... mamá lo siento, en serio. 

Eso no fue suficiente

- No solo quiero una disculpa, quiero una explicación

- No hay ninguna explicación

Dios, si mi madre supiera acerca de "la situación"... DIOS, se mataría, y me mataría. Es que ni siquiera me gusta pensar al respecto. 

Quiero Salvarte (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora