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Continuación del capítulo anterior.

Al abrir la puerta y encender la luz, el menor vió como el lugar estaba decorado, estaban sus amigos, habían presentes, y por último había un pastel. Sus ojos se llenaron de lágrimas de felicidad. Se tornó hacia Joel y dijo:—gracias, no me lo esperaba, no tenías que hacerlo.

A lo cual Joel respondió:—como dije, lo mejor para lo mejor.— Dejó un fugaz beso en sus labios antes de continuar hacia el festejo.

Erick se dirigió a saludar el pequeño grupo de personas que se encontraba en aquel lugar. Entre los invitados, se encontraban Richard, Johann, Christopher junto a su novio Zabdiel, y... ¿su hermana?

Erick sonrió y corrió hasta donde ella se encontraba, hacían varios años que no la veía.

—¡Yanelis!— exclamó el menor, dándole un abrazo.

—¡Erick!— respondió la mujer. —¿Cómo estás? Hace tanto tiempo que no te veo.

Joel observaba la tierna escena desde distancia, apreciando la felicidad que se mostraba en el rostro de su pequeño.

[...]

Joel tomaba su bebida de un vaso rojo cuando sintió unos brazos rodearlo por la cintura, se volteó para ver sobre quien se trataba, y se encontró con un Erick sonriente.

—Gracias, Joel, mil veces gracias.— dijo cerrando sus ojos. 

—Ya, si me dices "gracias" una vez más, te juro que duermes afuera— respondió Joel con una risa. Llevó sus manos a las mejillas del menor y sonrió.

—¿Qué? ¿Tengo monos en la cara? ¿Porqué te ríes?

—Estoy sonriendo porque ahora me doy cuenta de que soy el hombre más afortunado de este mundo, sólo porque te tengo a ti.— dijo acortando la distancia que había entre ambos. Erick tomó la iniciativa y unió sus labios en un casto y corto beso.

—¡Ey! Enamorados que dan asco, vengan acá. Es hora de partir el pastel.— dijo Richard parado en el medio de una mesa. Ninguno de los dos sabía que hacía el moreno en la mesa, pero tampoco se molestaron en preguntar.

.

—Cumpleaños felíz, cumpleaños feliz, cumpleaños querido Erick, cumpleaños feliz. ¡Ehhhh!— cantaban todos a coro.

Erick con sus mejillas levemente sonrojadas debido a la atención que obtenía, rodeado por personas que lo amaban, esa era la imagen que Joel quería grabar en su mente y poder vivir todos los días. 

—Sopla la vela— le indicó Joel. 

Erick hizo como le fue indicado y escuchó como el pequeño grupo de personas gritaba felicidades. Se sentía feliz, realmente feliz. 

De la nada, Richard tomó su dedo y lo pasó sobre la crema del pastel, y la llevó al rostro de Erick, causándole que su rostro se ensuciara. La boca de Erick tomó la forma de una 'o' y comenzó a golpear levemente a Richard.

[...]

La gente había comenzado a irse, sólo quedaban muy pocas personas—Joel, Erick, Johann, Richard.

Habían comenzado a recoger todo cuando Joel sintió la pequeña caja que tenía en su bolsillo. Había olvidado el regalo que le tenía a Erick.

—Bebé, ven acá—dijo extendiendo una mano. Erick se acercó y la tomó.

—Que pasó? Todo bien?

—Si, si, es que tengo algo para tí.—dijo y sacó la pequeña negra caja de su bolsillo. Tenía una bonita cobertura externa de satín. De lejos, se veía como un objeto de gran valor. En realidad, lo era; le había costado mucho el conseguirlo pero valía la pena.

Erick tomó la caja y la abrió, dejando al descubierto un objeto, que al verlo, causó que sus ojos se llenaron de lágrimas.

En el interior se encontraban dos collares, cada uno con una placa que leía las iniciales del otro junto a sus fechas de cumpleaños.

—J-Joel—comenzó a decir Erick, pero no encontraba las palabras suficientes para agradecerle.

—Shh, no digas nada. Te lo mereces. Te mereces todo esto y mucho más— respondió mientras lo rodeaba con sus brazos.

爱 | photographie ;; joerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora