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maratón 1/? (cada parte será corta y tendrá su porqué. también, ninguna parte estará conectada con la otra.) 

Joel entró a su apartamento tirando las llaves hacia un lado y su chaqueta hacia otro. Caminó hasta la cocina y se sirvió un vaso de agua.

Erick, en la otra habitación, escuchó la puerta abrirse y de inmediato supo que era Joel. Rápidamente salió de la cama y fue hasta la cocina. Allí se encontró con Joel.

—Joel...— dijo Erick más bien en un susurro.

Joel volteó al escuchar su voz. —Erick, bebé, perdóname por cómo te traté ayer. No sé qué me pasaba.

—Joel, no te preocupes. No... no importa lo que hiciste. Además, no quiero saber lo que hiciste

—Erick, ese es el problema. Anoche no hice nada, o por lo menos, no recuerdo haber hecho algo. Lo único que recuerdo es haber tomado un poco, bueno, mucho, si soy sincero. Luego, fui al departamento de Vanessa. El resto es un poco borroso.

Erick se detuvo un momento, analizando lo que Joel recién le decía. Quería creerle, pero a la vez algo en su interior le decía que lo había engañado.

En la otra mano, Joel estaba pensando sobre la noche anterior...

La pequeña morena se encontraba sobre el cuerpo del contrario, dejando pequeños besos sobre su anatomía.

—Joel, tu novio no te merece. Mira todo lo que eres... deberías dejarlo y vernirte conmigo.— decía la morena.

—Mmm, Vanessa, creo que ya estás cruzando la línea. ¿No crees?

—¿Yo? ¿Por qué? Yo sólo estoy diciendo la verdad, o, ¿acaso no estás disfrutando esto?

—Para ser honesto, no. No lo estoy disfrutando. Mi novio besa mejor, y me excita más. Lo siento, pero, creo que es mejor que me vaya al sofá a pasar la noche. Que tengas bonita resto de la noche.— dijo Joel y salió de la habitación colocándose su camisa nuevamente.

Al final, Joel no lo había engañado, le había sido fiel pero sabía que decirle a Erick sólo le haría más daño. 

Realmente no estaba de humor cómo para tratar de explicar así que se dirigió a la habitación para dormir un rato.



Erick, aún en la cocina, estaba sentado en el piso llorando. No sabía que pensar. En parte, él había tenido la culpa, si no hubiese dejado a Joel con las ganas, nada de esto hubiese pasado. 

Era un tonto, un estúpido, siempre lo había sido, pero ahora lo notaba. 

Erick se levantó del suelo y se sirvió un vaso de agua. Abrió el gabinete y sacó un pequeño frasco de pastillas para el dolor. Dios, tanto llorar le había causado un dolor de cabeza. Tomó una y la bebió con el vaso de agua para luego dirigirse a la habitación.

Oh, querido, ¿no sabes que no debes tomar pastillas si estás en un embarazo?

爱 | photographie ;; joerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora