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Maratón 2/?

Las personas suelen decir que el cambio es bueno, que puede traer muchas cosas buenas. Pero, ¿que ocurre cuando el ser que más amas cambia? ¿Que sucede cuando ya no es la misma persona? Claro está, la persona no cambia físicamente, sino, su personalidad no es la misma.

Todo en la vida tiene su propósito, o por lo menos, eso dicen. Esa frase es más bien un cliché sin sentido. Las cosas ocurren porque tienen que ocurrir y punto. El destino no existe, mucho menos existía algo similar. 

La sociedad tiende a poner excusas para cada evento, echándose la culpa los unos a los otros, cuando en realidad, todos eran culpables. Erick, a su corta edad, prefería tomar responsabilidad por sus acciones, era lo correcto. Su madre le había enseñado lo correcto. 

Su madre.

No había un día que pasara que Erick no pensaba en ella. Ella muy bien sabía que el era homosexual, se lo había dicho a los doce años. Si ella lo había apoyado todo este tiempo, ¿porqué rechazar su relación con Joel? El era un buen muchacho. Era respetuoso, tenía modales, y sobre todo, lo amaba. No había nada malo sobre Joel. En otras palabras, Joel era perfecto. No sólo físicamente, sino, emocional y personal. 

El cubano había adoptado una nueva costumbre: llorar antes de dormir. Sabía que le hacía daño, pero era una muy buena manera para desahogarse al final del día cuando las palabras fallaban y sólo sus pensamientos lo acorralaban.

Las personas también suelen decir que la mente es el peor enemigo que el ser humano puede tener. No se equivocan cuando lo dicen. No hay nada más horroroso que cuando uno se despierta  a la medianoche, tu mente esté ahí, recordándote lo miserable que es tu vida y lo mal que te va. 

Si, Erick tenía el amor y apoyo de Joel, pero hay veces en las que uno necesita más que eso. Hay veces en las cuales uno necesita a su familia. La familia que ahora no lo quiere ver. Además, el prefería guardarse todas sus turbulencias para no molestar a Joel. Nunca le había dicho que lo molestaba, pero el sabía que sus problemas le hacían mal. 

Unas cuantas noches atrás, Erick escuchó como Joel hablaba por teléfono. En esa conversación Joel le decía a Johann lo difícil que era poder hacer que el dinero alcanzaba. Estaban a principios de diciembre lo cual significaba que en el estudio era tiempo muerto. La clientela llegaba ya mediados de diciembre para tomar las fotos para las preciadas tarjetas de navidad que mandarían a sus familiares. Esas eran unas de las muy pocas épocas del año en las que Joel no se preocupaba de donde iba a conseguir dinero. Su plato de comida estaba seguro en esos tiempos. 

-Johann- le escuchó decir. -realmente no sé que hacer, bro. No le puedo pedir a mi mamá por dinero. No otra vez. Mucho menos le puedo decir a Erick que se vaya. Jamás le haría eso. Creo que buscaré un trabajo estable y te dejaré a cargo del estudio.- vió como el semblante de Joel cambió. Un poco de tristeza se reflejaba en sus cafés ojos. -No te preocupes, yo sé lo que estoy haciendo. Johann, no puedo estar más orgulloso de mi. Comencé desde cero, creé mi propio negocio, hago lo que me apasiona, le demostré a mi madre que pude ser alguien en la vida. Estoy rodeado de personas que me aman. Tengo a la persona que más amo. Tengo a Erick.-

Erick se tuvo que alejar de la habitación ya que no pudo escuchar más, no quería escuchar más. No podía creer que Joel estaba renunciando a su sueño sólo por el. Se sentía culpable. Por su culpa Joel no tenía dinero. 

¿Cuál era el propósito de esto? ¿Era el destino? No. Era su karma por algo que había hecho y no era consciente de ello. Muchas veces era así. La vida inconscientemente te daba lecciones y te pagaba con el karma doble. 

A pesar que en público Joel y Erick parecían una pareja perfecta, no lo eran. Jamás lo serán. Por más que trataran, ellos siempre estarán lejos de la perfección. Estaban destinados a ser imperfectos. 

Nadie sabe lo que los demás esconden, sólo saben lo que dejan ver. 

爱 | photographie ;; joerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora