20

1.1K 126 28
                                    

La pareja se encontraba en la cama haciéndose mimos el uno al otro. Erick recibía cosquillas por parte de Joel y el último mencionado recibía castos besos en su rostro. Cada día se despertaban de la misma manera, era una buena forma de comenzar sus días. 

Hoy, a diferencia de otros días, Erick se veía extremadamente feliz. Las razones eran obvias, era su cumpleaños, pero Joel decidió hacerse el de la vista larga para no estropear la sorpresa que le tenía preparada. 

Erick le pedía a Joel que parara entre risas, lo cual causaba que el mayor estallara en risas y le hiciera más cosquillas. 

El mayor observaba como los pequeños ojos del menor se convertían en diminutas media lunas cuando reía. Paró de hacerle cosquillas al notar que su rostro se había convertido en un claro color carmesí debido a las risas.

—Te amo, Erick. Te amo— dijo Joel antes mirándolo a los ojos. —Te amo, quiero que el mundo entero sepa que eres mío y que te amo.

Joel le dió una última mirada enamoradiza, arrugando su nariz, antes de unir sus belfos con los del menor. Tomó la cintura, ya no tan delgada, de su novio e hizo círculos invisibles en su espalda. Sintió como la respiración suya y la del menor se sincronizaban en un mismo respirar, tomó el rostro del menor y se distanció unos cuantos centímetros. 

—Eres hermoso, te lo he dicho? Quiero besarte a cada rato, parar solo para apreciar tu belleza, tenerte en mis brazos siempre, y nunca dejarte ir. Erick, no entiendes lo enamorado que me tienes. Te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, y nunca me cansaré de decírtelo.— dijo sobre sus labios. 

Erick lo miró a los ojos y volvió a unir sus labios con aquellos del mayor para darle una contestación. 

—Yo te amo muchísimo mas, Joel. No me arrepiento de nada de lo que haya pasado, tu me haces feliz y es lo único que me importa, quiero estar a tu lado hasta el fin de mis días. 

Ambos jóvenes se dedicaron una tierna mirada, antes de ser interrumpidos por el teléfono de Erick.

—¿Para qué llamas tan temprano, Richard? ¿Acaso no tienes una vida?— dijo el menor al contestar.

—Eh, eh, tranquilo bro. Dios, ni llamarte para felicitarte puedo.— contestó el moreno causando que el menor riera. —Feliz cumpleaños idiota. Recuerdas aquel cumpleaños que pasaste en mi casa y le robamos el alcohol a mis padres y nos emborrachamos?

—Gracias, Rich. Y sí, recuerdo aquel cumpleaños. Al otro día tuvimos una horrible resaca pero no me arrepiento de nada. Tus padres casi nos matan al enterarse.—  dijo Erick con una carcajada.

El par de amigos siguieron hablando por lo que parecieron horas, dándole tiempo a Joel para asegurarse que todo estuviera listo para la noche. Al finalizar la llamada, Erick se dirigió hacia la cocina, en donde se encontraba Joel. Lo rodeó con sus brazos y depositó un beso en su espalda, causando que el mayor se volteara y lo mirara. 

  —Así que es tu cumpleaños?— preguntó Joel con una sonrisa.  

  —Sip— respondió haciendo énfasis en la p.

—Ah, pues mira— comenzó a decir Joel dejando un beso en la nariz de su adorable novio. —Feliz cumpleaños, amor.— dijo y bajó hasta la--levemente--abultada barriga de Erick.—Hola, bebé. Soy papi Joel y hoy es el cumpleaños de tu papi Erick. ¿Qué crees si lo llevo de compras o lo llevo a comer?

Erick lo miró con una enternecida al verlo hablarle a su barriga, pero mirándolo a los ojos.—¿Que tal ambas?— dijo en respuesta. Joel sonrió y ambos se dirigieron al cuarto para cambiarse de ropa.

[...]

Joel bajó del auto y caminó hacia la puerta del pasajero, la abrió para que Erick saliera. Le tomó la mano y ambos caminaron hasta entrar al restaurante. Allí ambos esperaron hasta ser guiados a una mesa y se sentaron en el lugar indicado. 

 —Gracias, Joel.— dijo Erick con una gran sonrisa.

—Gracias? Por?— preguntó Joel un poco confundido.

—Por esto, por traerme a comer, por estar conmigo hoy, por ser el mejor novio que pude haber pedido.— respondió con una sonrisa.—Aunque no lo notes, Joel, me haces feliz día a día.

Joel sonrió al escuchar esas palabras.—Mi amor, tu igualmente me haces feliz a diario. Y, no tienes que darme las gracias por haberte traído. Yo le doy lo mejor a lo mejor, y deja te digo, tu eres lo mejor que me ha pasado. Y, con la pequeña criaturita que está en camino, soy el hombre más feliz de este mundo. 

El par de jóvenes siguió su conversación hasta que la comida fue puesta frente a ellos. Ambos dijeron un "gracias" y comenzaron a comer, de vez en cuando diciéndose cuanto se amaban o algún plan que tuviesen para un futuro. 

[...]

—Joel, porqué estamos en el estudio?— preguntó Erick un poco confundido.—Mejor dicho, que hacen las luces prendidas? No se supone que Johann esté en su casa?

—Si, eso se supone. ¿Que tal si vienes conmigo?— Erick solo asintió un poco confundido aún.

Ambos bajaron del auto y el mayor tomó al ojiverde por la cintura, entrando al estudio. El rizado lo dirigió hacia una habitación en lo profundo del estudio, el cual parecía estar vacío.

Al abrir la puerta y encender la luz, el menor vió como el lugar estaba decorado, estaban sus amigos, habían presentes, y por último había un pastel. Sus ojos se llenaron de lágrimas de felicidad. Se tornó hacia Joel y dijo:—gracias, no me lo esperaba, no tenías que hacerlo.

A lo cual Joel respondió:—como dije, lo mejor para lo mejor.— Dejó un fugaz beso en sus labios antes de continuar hacia el festejo.


爱 | photographie ;; joerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora