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Últimamente Erick no se había estado sintiendo bien. Le dolía la cabeza, tenía náuseas. Todo le daba asco: las personas, la comida, todo. Solo aguantaba la presencia de cuatro personas: su madre, Johann, Joel, y su mejor amigo Richard.

—Mi amor, te hice el desayuno— dijo la señora Daysi pasándole un plato a su hijo.

—Gracias ma—Erick no pudo terminar de hablar ya que el olor de la comida causó que se fuera corriendo al baño a vomitar.

No era la primera vez que le pasaba. De hecho, no era la primera vez que salía corriendo a vomitar esa mañana.

Le parecía raro debido a que no había comido nada, pero aún así no le dió mucha importancia.

Su mamá entró al baño para ver cómo estaba. Erick le contestó con simple "bien" y le pidió que le trajera su teléfono. La señora Daysi regresó con el teléfono de su hijo y se marchó.

El muchacho desbloqueó su teléfono y buscó entre sus contactos a Richard. Le iba a marcar pero decidió que mandarle mensaje era mas fácil. 

Richard, ven a mi casa. Me muero...

Sabía que exageraba pero si no decía así, su amigo lo ignoraría. 

Dame 5 minutos y estoy allá

Erick rió satisfecho. Su amigo lo mataría cuando se percatara que era mentira pero no le importaba. Lo que sí le preocupaba era que su amigo manejara en altas velocidades. 

Erick se lavó la boca para deshacerse del mal olor y sabor y se dirigió hacia su habitación. Se sentía cansado debido a que no durmió por la noche a causa de que se la pasó con dolor de cabeza. Erick se recostó en su cama y puso su brazo sobre sus ojos. Justo cuando empezaba a quedarse dormido, su amigo entró a su habitación gritando.

—Erick! Erick! Abre los ojos, amigo! Estás bien? Tu mamá me dijo que saliste vomitando esta mañana. Oh, Erick perdóname por no ser un amigo perfecto— decía el moreno con desesperación en su voz.

—Richard, cálmate. Estoy vivo, solo trataba de dormir— dijo el ojiverde con una carcajada.

El moreno sólo lo miró con la boca entreabierta. No podía creer que su amigo le había hecho una broma de tan mal gusto. 

—Eres un idiota, Erick. Lo sabías? Creo que mejor me voy, no me necesitas.

—No! No te vayas! En realidad sí te necesito.

—Que quieres?— preguntó Richard sentándose junto a Erick.

—No me he estado sintiendo bien. Me la he pasado vomitando, con mareos y dolor de cabeza. No sé que me pasa.

Richard lo miró pensativo. —Tu aún sigues con aquel tipo? El que era mayor que tú. Se llamaba Joel, no?

  Erick sonrió a escuchar su nombre y asintió. 

  —Y... han tenido relaciones?

—Pues... sí. Una o dos veces...

Richard suspiró aliviado. Era casi imposible lo que el estaba pensando. 

  —A la semana...— terminó de decir Erick. Richard abrió  sus ojos como platos. Ahora si era posible.

—Y han usado condón?—  preguntó esperando que su amigo dijera que sí.

—Condón?

  —Sí, está hecho de látex. Se usa cuando...

—Sí, sí, yo sé lo que es un condón y sé cuando se usa. Pero, no. Nunca hemos usado un condón, no pensamos que era necesario.

—Tu dices que has estado vomitando y has tenido relaciones sin condón?— dijo Richard muy obvio con lo que quería decir. 

—No entiendo...

  —Niño! Eres estúpido? Es obvio que estás embarazado!

—No, no, no, no... no es posible...—  dijo Erick lentamente. —Richard, yo no puedo estar  embarazado.

  —Felicidades amigo,  por lo que parece, estás embarazado. 

  —No puede ser, yo no estoy listo...

  —Estarías más seguro si te haces una prueba de embarazo?

Erick asintió. 

Tenía miedo. No importaba lo mucho que quería a Joel, el no estaba listo para tener un hijo, y mucho menos para mantenerlo. Esperaba que cuando se hiciera la prueba, ésta saliera negativa. Si resultaba ser positiva, no tenía ni la más mínima idea de como le diría a Joel, y mucho menos a su madre. 

Richard manejó hasta llegar a la farmacia. Decidió quedarse en el auto, no quería hacer sentir incómodo a Erick. 

Erick no sabía a dónde ir para buscar por la prueba, y mucho menos iba a preguntar. 

Caminó por el área de bebés, sería lógico que se encontrasen allí. Para su sorpresa, no se encontraban allí. Decidió ir al área femenina, sería entendible que se encontraran entre los tampones. Nuevamente, estaba equivocado. Giró su cabeza buscando en dónde más se podrían encontrar. Justo cuando se iba a dar por vencido, encontró un letrero que leía «Paternidad Planificada.» Definitivamente tendrían que estar allí. Sintió un alivio al encontrarlas allí.

Se dirigió hacia la registradora. Quería saber los resultados lo más pronto posible.

—Buenos días— dijo la cajera.

—Buenas— respondió Erick con una medio sonrisa.

—Encontró todo lo que necesitaba?— preguntó la cajera antes de agarrar la pequeña caja.—Vaya, no crees que estás muy joven para estar comprando esto?

Erick sólo la miró y le sonrió. Odiaba cuando la gente se metía en lo suyo.

  —En fin, no es mi problema. Espero que tu novia y tú sean felices con el bebé.

Solamente rodó los ojos y le entregó el dinero. Salió de ese lugar lo más pronto que pudo y entró al auto con Richard. Erick le dió instrucciones para que parara en una gasolinera para hacerse la pruba.

Cuando llegaron a la gasolinera, Erick salió corriendo hacia el baño. Una vez estaba adentro, abrió la caja y leyó las instrucciones.

—Espero dos minutos y ahí está el resultado. Dos líneas es positvo, una es negativo. Okay, no es muy complicado.

Erick siguió las instrucciones cuidadosamente. No quería cometer error y tener el resultado equivocado. No quizo esperar los dos minutos solo, así que se fue al auto con Richard. 

  —Estás embarazado?—  preguntó el moreno tan pronto el menor entró.

—No sé, aun tengo que esperar.

Aunque eran tan sólo dos minutos, parecían dos eternidades. 

—Ya, ya pasaron los dos minutos— dijo Erick ansioso.

Le dió vuelta a la prueba para ver los resultados, sus manos le temblaban. No quería ni mirar el resultado, el miedo dominaba. 

  —Felicidades, Er. Vas a ser papá. 

爱 | photographie ;; joerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora