C a p í t u l o c u a t r o
❝ÉL NO ES UN ASESINO❞ﮫ
—Demasiado loco, ¿no crees? —dije, con la boca llena. Como cada miércoles, nos encontrábamos sobre la alfombra de mi habitación comiendo pizza y escuchando música.
—Quizá haya sido su karma —Boyd se encogió de hombros y limpió sus labios con una toalla de papel —. Lydia Martin es una perra con todos, quizá se lo tenía merecido.
—No seas idiota, Vernon —negué una y otra vez manteniendo el ceño fruncido —. Casi muere desangrada.
Boyd rodó los ojos a mi respuesta, ¿qué diablos le pasaba? Claro que Lydia Martin era una perra narcisista, pero nadie merece morir tan joven.
—Pero, en serio, todo esto si está de locos —retomé —. Primero Lydia, luego la tía de Allison Argent...
—Sí, retiro lo dicho... esa mujer es la verdadera perra.
—Una perra asesina psicópata —agregué —. Viejo, dejó que culparan a un hombre inocente por el asesinato de su propia familia. Toda su familia incinerada viva.
—Este es el perfecto ejemplo de cómo no debes juzgar a las personas por su apariencia, ¿sabes? —tomaba otra rebanada de la caja de cartón.
—Claro que lo sé, Kate Argent era más ardiente que esta pizza, y bueno Derek —tomé un sorbo de soda —, no... en realidad Derek Hale también es bastante ardiente —reí un poco —. Pero si tiene más pinta de asesino serial.
Él rió un poco y luego aclaró su garganta.
—¿Desde cuándo te fijas en otro chico que no sea Isaac Lahey? —me miró con una mueca y yo empecé a ahogarme con el pedazo de pizza que me encontraba masticando. Boyd empezó a reír aún más.
Me levanté por un poco de agua y tomé hasta dejar de toser.
—No es gracioso, imbécil... casi muero.
—Valió la pena, créeme. Pero, ¿qué hay con él de todas formas?
—No hay nada, ¿okay?
—¿Tema delicado? —trató de esconder su sonrisa burlona.
—No, es sólo que en serio no hay nada. Siempre que intento iniciar una conversación, es en vano —tomé otro pedazo de pizza —, ¿a los cuantos intentos de conversaciones fallidas se pierde la dignidad? —pregunté, haciendo una mueca.
—No tengo idea —dijo entre risas —. Pero, ¿sabes? Ahora que lo pienso, Isaac Lahey también podría ser un asesino psicópata. Así que mejor agradece que no haya nada entre ustedes —asintió varias veces masticando.
—¿De qué estás hablando? —reí un poco.
—Noll, el chico es más apuesto que un muñeco Ken —dijo, como si fuese lo más obvio del mundo —, y aún así, ¿lo has visto alguna vez con amigos?
—En realidad, no —respondí, después de pensar por varios segundos —. Pero eso no prueba nada. Tal vez solo le guste estar solo. En verdad estás siendo demasiado dramá... espera, ¿lo llamaste apuesto? —reí.
—Sólo soy realista, como si tú no pensaras que el bastardo es apuesto —tomó de su soda —. También están todos esos rumores...
—¿Cuáles rumores? —pregunté con intriga.
—He escuchado un par de veces que su padre lo golpea sin razón alguna —se encogió de hombros.
Eso me había tomado demasiado de baja. Sentí cómo se formaba un hoyo en mi estómago. No entiendo cómo alguien podría maltratar de alguna forma a su propio hijo. El maltrato en casa es algo tan ajeno a mi persona, que nunca logrará tener sentido para mí.
Desde la cuna me enseñaron que la violencia sólo generaba más violencia, y que el deporte que practicabamos era por amor a la disciplina y por autodefensa.
—Lo vi hoy, él... él tenía un ojo morado, ¿crees que...? —no pude terminar.
—Probablemente —Boyd se encogió de hombros y frunció los labios.
—Él no es un asesino —murmuré, intentando sonreír pero la verdad, aquella noticia me había roto el corazón.
Pobre chico.
. . .
—¿Es en serio? —murmuré para mí misma mientras revoloteaba mi mochila en búsqueda del candado de mi bicicleta. Me puse de cuclillas y vacié mis pertenencias sobre el suelo solo para confirmar que de hecho, había olvidado el candado en casa.
—Uhm, puedes usar el mío...
Miré hacia arriba y claro que era él. Ya conocía aquella voz a la perfección.
—Gracias —sonreí con labios apretados, y mientras me dedicaba a meter todo de nuevo a mi mochila, él se hizo cargo de encadenar ambas bicicletas.
—Ya quedó —dijo, con una media sonrisa.
—Lo lamento, de verdad creí haberlo metido en mi mochila —reí un poco.
Ambos empezamos a caminar rumbo a la entrada.
—No hay problema, creo que nuestro último periodo es el mismo, así que no es ningún inconveniente —contestó.
Me quedé por varios segundos mirándole. Su ojo estaba perfectamente bien. No había señal de golpe alguno como el día anterior. ¿Cómo era posible?
—¿Te encuentras bien? —cuestionó un tanto extrañado, debí haberlo mirado de más.
—S-sí, sólo...
—¿Son mis ojos de nuevo? —trató de esconder una sonrisa un tanto burlona.
¿De verdad tenías que recordar eso?
Reí un poco de forma nerviosa. Estaba odiándolo en ese momento, pero honestamente nunca había tenido una charla tan larga con él hasta ahora, y no iba a dejar la oportunidad pasar.
—En realidad, sí... —cruzamos las puertas de la escuela —. Ayer tenías un golpe justo ahí —señale su ojo izquierdo —, ahora desapareció por completo —abrió la boca para decir algo pero no lo dejé —. Y dudo definitivamente que uses maquillaje, así que... —me encogí de hombros —. Sólo me pareció algo extraño.
Lo vi apretar la quijada y tragar un poco de saliva.
—Nada se te pasa, ¿no es así? —dijo con una sonrisa llena de nerviosismo, y en ese preciso instante el timbre sonó —. Debo ir a clase, te veo en último periodo —dijo apresurado, para luego empezar a alejarse.
Dejé soltar un suspiro bastante fuerte y me dirigí a mi primera clase. En realidad no sabía cómo sentirme al respecto, si derrotada o victoriosa.
El resto del día pasó y ya me encontraba a un lado de mi bicicleta esperando por Isaac. Después de diez minutos, él llegó. Se disculpó por haber tardado y en cuanto quitó el candado, se despidió y subió a su bicicleta para irse enseguida. Todo sin voltear a verme por más de dos segundos.
Ahora sí sabía cómo sentirme al respecto. Rotundamente derrotada.
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YOU HAVE ME // Teen Wolf [01]
Fanfiction❝ YOU HAVE ME ❞ | Donde Isaac Lahey aprende que aún hay personas por las que vale la pena quedarse & luchar. TEEN WOLF SEASON 02 THE LAHEY SERIES, BOOK #01 { Isaac Lahey x...