YOU HAVE ME // Teen Wolf [01]

18. Like a beast... a monster.

C a p í t u l o   d i e c i o c h o
❝COMO UNA BESTIA... UN MONSTRUO❞

ﮫ

Alex

En las ocasiones en que nuestros horarios coincidían, Melissa y yo nos reuníamos en cualquiera de nuestras casas para charlar y tomar café que para variar no supiera a cartón como el del hospital. Esta vez, ella nos condujo hasta su casa, ya que Noelle me había pedido el auto para esta noche.

     —¿Crees que los chicos lleguen muy tarde? —Melissa se dirigió a mí mientras bajaba del auto.

     —¿Los chicos? —cuestioné confundido, quitando mi cinturón de seguridad.

    —Noelle y Scott —aclaró ella.

     —Dudo que Noll llegue con Scott —agregué, siguiéndola hacia la puerta de su casa.

     —¿Por qué lo dices? —cuestionó extrañada —. Pensé que habían ido juntos a la fiesta de Lydia Martin —ella se dispuso a abrir la puerta y ambos nos adentramos —. Después de lo de Allison, debo admitir que a mi hijo no le vendría nada mal salir con alguien que no fuese Stiles; y Noelle es una gran chica.

     Caminamos hasta la cocina y yo tomé asiento en uno de los bancos altos, mientras que Melissa ponía la cafetera a funcionar.

     —Noelle iba a casa de Boyd —reí un poco —. Y lamento romper tus ilusiones, pero estoy bastante seguro que el corazón de mi amada sobrina ya le pertenece a alguien más —contesté con certeza, sin borrar la sonrisa de mi rostro.

     —Qué lástima —chasqueó con su lengua y sobre el rostro tenía una mueca graciosa de decepción —. Así que, ¿ella y Boyd? —preguntó un tanto intrigada sacando dos tazas de un estante.

     Yo reí un poco más.

     —No, Boyd no...

     —¿Erica? —preguntó un tanto confundida e impresionada a la vez.

     —Isaac —aclaré riendo aún más.

     —¿Isaac Lahey? ¿Noelle gusta de Isaac? —cuestionó ella impresionada, mientras ponía leche y azúcar sobre la barra.

     —Y él de ella —asentí entre risas —, pero tu mejor que nadie sabes cómo son los chicos adolescentes... nunca se dan cuenta de lo obvio —agregue encogiéndome de hombros.

     —Y que lo digas...

     Estuvimos unos cuantos minutos más charlando, y en el momento en que Melissa estuvo a punto de servir el café, su teléfono celular empezó a sonar.

     —Hola, cariño... sí, si tengo cómo contactarlo, pero en realidad él está aquí conmigo —me miró algo confundida.

     Al parecer Scott preguntaba por mí. Esperaba que no tuviese nada que ver con Noelle, pero en cuanto Melissa me extendió su teléfono empecé a preocuparme.