YOU HAVE ME // Teen Wolf [01]

11. Adam & me

C a p í t u l o   o n c e
❝ADAM & YO❞

ﮫ

—Así que, ¿ya sanaste por completo? —traté de esconder lo más que pude una sonrisa burlona.

     El chico de los ojos azules se encontraba comiendo solo antes de que Boyd y yo tomáramos asiento para hacerle compañía.

     —¿De verdad te interesa? —respondió después de rodar los ojos y me volteó a ver por un momento.

     —Mñeh... —me encogí de hombros —. En realidad solo es curiosidad —agregué, antes de darle una mordida a mi pedazo de pizza. Boyd rió un poco.

     —¿No deberías estar con Scott, su fiel secuaz y su no novia? —cuestionó mientras encorvaba una ceja, a lo que yo empecé a reír un poco.

     —En serio, Lahey... para con la hostilidad —le di un sorbo a mi botella de agua —, o empezaré a pensar que disculparme contigo sería una gran pérdida de tiempo.

     —¿Disculparte? —Isaac me miró iluso.

     —Sip, ¿recuerdas? —di otra mordida a mi comida —. Por patearte el trasero anoche -dije con simpleza aun masticando.

     —Espera, ¿tú le diste esa paliza? —Boyd rompió al fin su silencio.

     Me encogí de hombros mirando hacia otro lado.

     —No tenía idea, ¿cierto? —preguntó, a lo que yo negué un par de veces mientras comía —. Yo hubiese pagado por ver eso.

     —Okay... estoy perdido. Pero aceptaré tu disculpa si me explicas qué diablos fue todo aquello de anoche —dejó salir Isaac, con un tanto de confusión pero más que nada intriga.

     —¿Todo aquello? —cuestioné, haciéndome la desentendida.

     —Uhm, sí, ¿acaso eres una especie de ninja o algo así? —agregó, entre un par de risas.

     Le miré con toda seriedad, para luego inclinarme hacia adelante y poder quedar más cerca de él.

     —¿De verdad quieres saber? —susurré sobre su oído. Él me miró serio y asintió con los labios un tanto entreabiertos —. Tal vez te cuente... quién sabe —regresé a mi posición encogiéndome de hombros.

     Isaac rodó los ojos y frunció los labios en una sonrisa irritable. Boyd se mantenía riendo por lo bajo ante la situación.

     —¡Está bien! —lancé ambas manos al aire —. Pero después de la escuela... ¡Por dios, Isaac! Relájate un poco, ¿quieres? —rodé los ojos, antes de arrojarle un pedazo de peperoni; el cual cayó sobre su suéter.

     —Trato hecho —tomó aquel pedazo de comida y lo metió a su boca.

.     .     .

—¿Me explicarás ahora? —estaba segura que mi corazón se había detenido por un momento.

     —¡Mierda, Lahey ¿de dónde diablos saliste?! —exclamé, llevando una mano a mi pecho.

     —Oh... lo lamento —frunció los labios en una media sonrisa, para luego llevar las manos a sus bolsillos delanteros.

     Cerré la puerta de mi casillero y me dediqué a caminar fuera de las instalaciones de la escuela. Isaac a mi lado.

     —¿Cómo llegas a la estación de tren? —pregunté, mirándole por un momento.