Thomas y Alexander se encuentran llorando.
Ambos sentados sobre un gran y cómodo sillón, acurrucados uno contra el otro, lágrimas corriendo sin parar por sus mejillas y comiendo helado.
Habían pasado todo el día en ese mismo sillón leyendo juntos. Literalmente, ambos se habían metido tanto en la historia que desayunaron, almorzaron y merendaron en ese mismo lugar, leyendo el mismo libro y turnándose para narrarlo.
El final había sido tan dolorosamente desgarrador que los dejó en ese estado.
-Voy a encontrar al...escritor de ese libro.-Murmuró Hamilton, sufriendo de hipo por haber llorado.-Y lo voy...lo voy a matar. Lo juro.
-Eh. Creo que primero deberíamos pedirle una explicación lógica sobre por qué quiso jugar así con nuestros corazones, y luego un buen lugar para ocultar su cadáver.-Murmuró Jefferson, su voz ligeramente más grave debido al llanto. Pasó uno de sus brazos por los hombros del hombre a su lado, atrayéndolo más hacia él.
Hamilton rodeó su cuello con sus brazos y se subió a su regazo. Ambos hombres se quedaron un rato en silencio, abrazados.
Finalmente el menor levantó su cabeza para depositar un tierno beso en los labios del mayor. Una vez terminado el beso, se mantuvo cerca, sus labios sólo a milímetros de distancia.
-Te amo, ¿Lo sabés?
El corazón de Thomas se derritió dentro de su pecho.
No literalmente, claro.
Sonrió.-Yo te amo mucho más, Alexander...
-Realmente lo odias, ¿Huh?
Una nueva pero a la vez familiar voz se hizo audible.
Thomas frunció el ceño. De pronto, ya no sintió más a Alexander en sus brazos.
Los ojos de Jefferson se abrieron, sus manos palpando sus piernas cómo si buscara a algo.
Oyó una risa a su lado. Thomas se encuentra sentado en su escritorio, aparentemente se había quedado dormido ahí.
James Madison se encuentra sentado a su lado, utilizando el escritorio del mayor cómo fuente de apoyo para la hoja en la que se encontraba escribiendo.
-¿Eh?-Thomas se restregó los ojos.
-Oh, al fin te despertás. Te quedaste dormido hace cosa de una hora o dos.
-Hmm. Gracias por despertarme.-Dijo sarcásticamente.
Madison se encogió de hombros.-No iba a perderme el espectáculo.
-¿Que espectáculo?
-Hablás dormido.
-¿Q-Qué?-Thomas miró a su amigo con los ojos muy abiertos.-¿Y que dije?
-¿Exactamente?-Preguntó James y Jefferson asintió.-Alexander. Alexander. Alex. Alexander. Alex. Alex. Alexander...
-¡Pará!-Jefferson alzo sus manos en señal de que se detuviera, sus mejillas acaloradas.
Y se acaloraron más al recordar el sueño.
Diablos. Diablos. DIABLOS.
¿Cómo pudo soñar eso? ¿Y por qué?
-Oh, y me faltó un Alexander más.-James sonrió burlonamente.-O dos. No, estoy seguro de que fue un Alexander más seguido de dos Alex.
-¡Pará!
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Dependencia || Jamilton.
FanfictionLo último que Thomas Jefferson se habría esperado era desarollar otro tipo de sentimientos por su rival. Lo último que Alexander Hamilton se habría esperado era que aquel evento ocurriera.