El rey de la selva, agobiado por los años y casi sin poder moverse, estaba en su guarida.
Todos los animales habían decidido vengarse por los malos tratos que les impuso cuando él era joven y fuerte: el caballo le daba una coz, el lobo una dentellada, el buey una cornada...
El león aguantaba sin quejarse, hasta que vio correr al asno hacia su morada. Entonces exclamó:
–¡Esto es demasiado! ¡Acepto morir, pero sufrir tus insultos es morir dos veces!
★★★★★★Moraleja: Recibir un castigo de personas preparadas es aguantable, pero recibirlos de los ignorantes es deprimente
