Un águila atrapó a una tortuga. Como el animal se metió adentro de su caparazón para protegerse, el águila se pasó un buen rato dando picotazos sin poder romper éste.
—¿Eres tonta? –le dijo una corneja que estaba mirando–. Tírala desde lo alto y verás cómo se hace tortilla contra el suelo.
El águila así lo hizo y, además, invitó a la astuta corneja a comerse la tortuga con ella.
★★★★★★
Moraleja: Hay que tener cuidado de los poderosos, más aún si reciben consejo de los maliciosos