13.

598 71 2
                                    

Conduzco dentro de los límites de velocidad y me detengo en los semáforos y señalizaciones pero sí fuera por mí habría hecho caso omiso de todas esas cosas. Y no sé por qué estoy ansioso cuando momentos antes prácticamente no quería saber de él.

Por fin llego al bar de Namjoon y bajo del auto lo más rápido que puedo. Ingreso y el sonido por poco y me deja sordo, mi ropa no va para nada con las personas que hay en este lugar y por lo mismo recibo unas miradas de extrañeza completas. Pero no he venido por ellos, he venido por él.

Desisto cuando no lo encuentro, dispuesto a sacar el celular para llamarlo diviso a Namjoon entre el gentío. Este al verme sonríe abiertamente y camina hacia mí. Da un apretón en mi brazo y yo le sonrío ladeado.

- ¿Qué te trae por aquí, Jimin? Es raro verte.

- Vengo por alguien -él sube las cejas y asiente.

- Claro. Creo que lo vi afuera, en la parte de atrás, está bebiendo más de lo normal, ¿qué pasó? -miro mi celular y luego a Namjoon que frunce el ceño.

- Nos hemos distanciado, y no hace mucho llamó para que viniera por él.

- Jimin al rescate como siempre. Entonces ve por él, no vaya a ser que haga una tontería.

-Gracias, Namjoon.

Dejo la silla y paso por el lado del novio de Jin para ir a buscar a Yoongi. Me cruzo con algunas personas y entonces alejado del montón lo veo de espaldas. Su cabello negro brilla en el lugar, de repente estoy nervioso. Me acerco a él y toco su hombro, él se gira con una botella entre sus manos. Lo odio.

- Jiminnie... ¿vienes de la oficina? Tienes ese abrigo que te di, yah... El negro realmente te queda bien -esboza una sonrisa y yo niego tratando de quitarle la botella, él la aleja-. Quieto, quieto, necesito esto. ¿Dónde estabas?

- En una cena de negocios, dame esa botella, Yoongi -intento tomarla pero fallo de nuevo, él chasquea su lengua.

- ¡Mentira! Estabas con alguna conquista, ¿o no? Yon me dijo lo bien que la pasaste con Rachel -aprieto mi mandíbula.

- Sí me has llamado para discutir bien pudiste tomar un taxi, Min. Nos vemos cuando estés en tus sentidos.

Me doy la vuelta y empiezo a caminar fuera del lugar, Yoongi es un idiota. Creyéndole a Yon. Subo al auto y encajo las llaves, entonces la otra puerta se abre y pronto veo a Yoongi a mi lado viendo al frente.

- Conduce.

- No me das órdenes, Yoongi.

- ¡Conduce, mierda! ¡Ya me cansé de que estés dejándome hablando solo! Conduce.

- Está bien, te dejaré en tu apartamento, llamaré a Yon.

- ¿Te he pedido acaso que lo hagas?

- Alguien debe hacerse cargo de ti esta noche.

- ¿Por qué no puedes tú? -su tono de voz se normaliza y ya no está exaltado, ahora me ve. Esa mirada que pone cuando está a solas conmigo y ebrio-. Quiero que Jiminnie me cuide, no Yon.

- No es bueno que lo haga yo, haremos la rutina de siempre, Yoongi.

- Entonces solo conduce, Jiminnie.

Después de considerarlo suspiro y arranco saliendo de ese barrio. Yoongi y yo seguimos en silencio todo el camino, incluso cuando empiezo a ver gotas de lluvia en el espejo del auto. Genial. Cuando llego al apartamento de mi amigo este está dormido y luce tan sereno. Quizá en otra dimensión él y yo ni siquiera nos conozcamos.

Abro la puerta de su lado para intentar sacarlo pero entonces él se aferra al cinturón de seguridad y de la silla del auto. Me dan ganas de reírme pero lo reprimo.

- Dime que no estás actuando como un niño, Yoongi -abre los ojos y me ve frunciendo el ceño.

- Es la única forma que dejes de ser tan frío conmigo. Solo quiero dormir al lado de mi Jiminnie y tú no quieres. Quiero que me cuides tú, como siempre hacemos, no Yon, ella no.

- Te estás comportando como un niño, Yoongi. Baja del auto y ve a tu apartamento, Yon no tardará en venir.

- ¿La has llamado?

- No, pero sí se trata de ti ella vendrá pronto.

- Jiminnie...

- ¿Hum? -le miro desde arriba con los brazos cruzados mientras él ve al tapete del auto.

- Por favor -abro mis ojos y mis brazos caen a los lados-. no me dejes, tú eres todo para mí, no me importa Yon o alguien más. Esta noche, por favor cuídame... aunque sea la última.

- Yoongi...

- Sube al auto, conduce y vamos a tu apartamento. Déjame estar contigo.

Y entonces mi razonamiento se detiene cuando lo veo llorar. ¿Por qué lo hace? ¿Está jugando conmigo? ¿Y por qué ahora estoy dentro del auto conduciendo a mi apartamento? Soy un idiota con todas las letras. Yoongi no vuelve a hablar, ni cuando subimos al ascensor o cuando entramos a mi hogar. Él solo tiene la mirada gacha.

- Traeré sábanas para ti, dormirás en el sofá.

- No quiero.

- ¿Qué?

- De esta manera no, no lo estás haciendo como siempre. Lo siento como sí fuera una obligación.

- Yoongi por Dios, tienes 24 años y estás actuando como un pequeño de 6. ¿Qué te pasa? -por primera vez en todo el rato me mira. Lo juro, nunca había visto sus ojos tan rojos-. ¿Por qué lloras?

- ¡No quiero perderte y siento que entre más avanzan los días más sucede!

- Seguimos siendo amigos, no me estás perdiendo.

- Sí está pasando y no me mientas, Jimin. No sé qué mierdas está pasando entre tú y yo pero me está pasando algo raro.

- ¿Qué quieres decir? -él abre y cierra la boca y juega con sus manos y yo ruedo los ojos-. Iré por las sábanas, estás ebrio.

Entro a mi habitación y abro el armario buscando una almohada más y cobijas pero entonces la puerta de mi habitación se cierra y por el susto todo se me cae de las manos y cuando enfrento a Yoongi este me abraza.

- No estoy en mis cinco sentidos pero no me siento ebrio, ahora mismo no. ¿Podemos hablar? ¿Aquí? Quiero hablar contigo aquí, así no huirás y me escucharás.

- Está bien.

¡Mírame, Min Yoon Gi!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora