18.

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Ha pasado desde entonces, una semana en la que he estado rodeado de Yoongi y mucha de mis cosas han ido a parar su apartamento y viceversa. Pero anoche no, decidí tomarme un tiempo para mí, debo decir que a él no le agradó mucho la idea. Pero tengo una buena razón, desde de esa mañana aprovecha cada momento a solas para tocarme o hacerme gemir, solo con el pretexto de que le encanta cuando estoy así.

He huido de Jin todos estos días, menos mal no se le ha dado por venir a mi lugar de trabajo sino ahí sí tendría que recibirlo y bueno, quizá vuelen algunas cosas en la oficina.

— Sr. Park —mi secretaria toca dos veces y procede a ingresar. La miro con un lapicero en mi mano.

— ¿Qué sucede, Hye?

— El Sr. Min quiere verlo en su oficina. Dice que hay temas qué discutir —claro, temas...

— ¿No dio indicios de cuáles?

— No, señor. Dijo que era urgente —suspiro.

— Gracias, Hye.

Da media vuelta y sale de mi oficina. Veo el computador y bueno, la hoja de contabilidad será para más tarde. Dejo la silla y antes de salir acomodo mi atuendo que curiosamente hoy también combina con el de Yoongi.

Toco dos veces antes de entrar y entonces Yoongi me abre con una sonrisa, cuando cierra deja un beso en mejilla. Se sienta en el sofá mientras yo estoy de pie observando sus acciones.

— ¿Qué pasa? —pregunta.

— ¿Para qué me llamaste? ¿Necesitas ayuda con algo?

— Hum... ¿cuánto debo esperar para hacer el amor contigo? —abro mis ojos y le cubro la boca.

— ¡Yoongi! ¡Calla! —sus ojos se achinan y sé que se está riendo. Aparto mi mano y ruedo los ojos—. ¿De esto querías hablar?

— No —alarga la palabra y me toma de la cadera para hacerme sentar en sus piernas.

— Alguien podría entrar —murmuro tímido.

— No se puede, di órdenes de que me avisaran antes. No quería hablar de eso, Namjoon me llamó —busca mis ojos y su cara se torna confundida—. ¿Por qué estás evitando tanto a Jin?

— Quiere hablar de lo que ha pasado con nosotros y yo no quiero, aún no.

— ¿Por qué no? Estamos en algo oficial, algo real. No es un juego.

— Lo sé, pero... —lo oigo suspirar y entonces aparta sus manos de mi cintura.

— Aún tienes miedo, ¿no? No sé qué más hacer. He sido atento, te consiento, soy cursi, te masturbé, Jimin —mis mejillas se tornan rojas—. Y mira, te busco para hablar. ¿Qué más quieres para estar seguro?

— Es solo que aún no creo que sea real, Yoongi. Fue un sueño tanto tiempo y ahora míranos, tengo miedo.

— Te dije que me los dieras a mí, yo soy fiel en una relación, Jimin. Y tú eres mi mejor amigo, la persona con la que estoy saliendo... Mira, ve a hacer lo tuyo, recordé algo.

— ¿Dije algo malo? —me levanto de su regazo y entonces él camina hasta la silla tras su escritorio y empieza a revisar el computador.

Me quedo de pie esperando a que me diga algo pero nada, solo sigue revisando su computador. Bufo y salgo de ahí caminando a la mía.

Trabajo toda la tarde y de nuevo estoy rindiendo porque hice muchas cosas y el tiempo pasó en menos de nada. Cansado y con mucha sed me estiro en la silla y al instante mi espalda suena. Bien, necesito dormir un año como mínimo. Pero cuando estoy dispuesto a salir del lugar la puerta de mi oficina se abre y Yoongi aparece.

— Dime que no te vas aún.

— Estoy cansado, hasta hora me levanto de esta silla.

— No, no te puedes ir o al menos no sin mí.

— Yoongi, no voy a dormir en tu apartamento hoy.

— Bien, está bien —asiente viendo al suelo y sale de mi oficina sin decir nada.

Me paso las manos por la cara y respiro profundo antes de salir, despedirme de Hye y caminar hacia la oficina del pequeño Yoongi, porque sí, ahora parece adolescente... al igual que yo.

— Perdón, ¿sí? Pero vamos a comer y luego a dormir, dormir, ¿está bien?

— Trato —sonríe de nuevo y sale del lugar conmigo detrás.

Llego a su apartamento en mi auto, él parquea más adelante mientras yo me ubico cuando lo hago salgo y me encamino a él. Llegamos al ascensor y cuando estamos frente a su puerta él cubre mis ojos.

— ¿Qué haces?

— Solo disfruta.

Escucho la puerta abrirse y a Yoongi empujándome dentro. Cierra la puerta y pone una mano en mi cintura, luego siento sus labios en mi oreja.

— No lo había dicho de la manera correcta pero, ¿quieres ser mi novio, Jimin? —me muerdo el labio y él quita la mano de mis ojos.

La luz es tenue, algunas velas y una pequeña mesa en el centro con pétalos. También veo una botella de vino, sonrío y volteo a ver a Yoongi.

— Ni siquiera tenías qué preguntarlo —beso sus labios brevemente—. ¿Esto era lo que habías recordado milagrosamente por la tarde?

— Sí, estaba tan concentrado que ni me di cuenta que te fuiste. ¿Te gusta?

— Eres muy tierno y dulce, Min.

— Ese es el plan, Park.

¡Mírame, Min Yoon Gi!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora