Chapter 2

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- Mira Taeyong, como omega y madre te aconsejo que cambies de actitud. Cuando joven, también tenía mis dudas pero eso no duró mucho. Así que levántate y ve al instituto ahora.

Mi celo había sido más largo de lo que esperaba. Una semana entera estuve encerrado en la habitación con mis libros, sin embargo no pude distraerme ni un solo minuto. Me sentía humillado.

Toda la vida mostré una imagen fuerte pero ahora solo era un chiste, una burla para todos, la clase más baja de la sociedad y un blanco fácil para cualquier alfa hormonal. No lo valía.

Y lo más detestable era el simple hecho de depender de alguien para pasar los celos. En ese estado jamás saldría a la calle, ni de broma. Tampoco quería hacerlo ahora porque todos se burlarían de mi.

Mi fisiología no era muy voluptuosa que se diga, en tal aspecto siempre había mostrado indicios de mi naturaleza pero nunca quise aceptarlo. Y menos ahora, que era real.

- No lo haré madre, no insistas.

- Vamos cariño, no puedes encerrarte por siempre aquí, sabes que tenemos que ir a la iglesia todos los domingos, ya has faltado a uno pero es justificable, ahora ya no, retoma tu vida nuevamente. El instituto es parte de tu desarrollo - insistió

La religión no iba conmigo, cuando iba a la iglesia me apartaba de mis padres. Mientras ellos creían que me iba a la zona juvenil, salía del sitio y me colocaba mis auriculares con la música a un volumen moderado. Buscaba un lugar donde sentarme y una que otra vez me quedaba dormido.

- No saldré con este tedioso aroma en mi cuerpo a ningún lado. No quiero que nadie lo sepa, es bochornoso.

Abrió su boca para decir algo pero al final no hizo. Suspiró rendida y salió de la habitación. Después de un par de minutos volvió con dos sprays en mano y  los tendió en mi dirección.

- Toma - murmuró con pesadumbre - póntelo en todo el cuerpo después de bañarte, así pasarás desapercibido ante cualquiera. No soy de la idea que lo hagas por mucho tiempo, porque tarde o temprano vas a terminar aceptando lo que eres, escúchame lo que te digo. Te habla la voz de la experiencia. - me dio un beso en la frente y volvió a dejarme solo.

- Jah! Como si eso fuera a suceder - murmuré para mi mismo.

Me levanté, tomé una nueva mudada de ropa y un boxer e ingresé al baño. Mientras dejaba llenar la tina de agua caliente me quedé parado frente al espejo mirando mi silueta, mi piel estaba pálida al igual que mi cabello rosa. La pubertad me pegó fuerte, ya no era más un muchacho, mi cuerpo ya era adulto.
Podría considerar que había crecido un par de centímetros más en esta semana.

Cerré la regadera y entré a la bañera ya sin ropa. Tardé aproximadamente unos quince minutos en bañarme, luego salí y me rocié uno de los sprays que mi madre me había dado y salí con la toalla en mis hombros y cintura para que mi cabello no chorree el agua que había quedado.

Me puse una polera color negro y unos vaqueros rasgados, unos calcetines y  zapatos casuales.

Tomé mi celular y vi la hora, estaba a tiempo. Para mi buena suerte, había despertado más temprano de lo normal.

Guardé un par de libros y un cuarderno junto con mi celular y un paraguas en una maleta y salí de la habitación. Bajé a la cocina, mi madre estaba preparando el desayuno y mis dos hermanos se encontraban sentados en el comedor.

- Creí que ya no vivías - dijo Ten en son de mofa

- Para tu mala suerte, aún lo hago - solté sarcástico

- No lo molestes Ten, sabes que los omegas son muy sensibles - intervino Seulgi

- Cierra la boca, Alfa

- ¿Celoso?

- Vete al carajo - murmuré

Ten chocó las manos con Seoulgi en son de victoria, lo cual me irritó aún más.

- No peleen en la mesa, y mucho menos con esas palabrotas - dijo mi padre dando presencia en la cocina.

- Lo siento - susurré

- Buen día padre - dijimos al unisono

- Taeyong ¿te encuentras mejor? - preguntó inquirioso.

- Algo...

- Me alegra saberlo, es cuestión de tiempo hijo

Solté un suspiro pesadamente y asentí. Las cosas sonaban tan sencillas, pero no lo eran. Al menos no para mi, mi mente se reusaba a aceptarlo y a mi lobo le molestaba.

Y si, ya podía sentirlo, de vez en cuando.

Era lo opuesto a mi, eramos uno ahora pero eso no significaba que teniamos que estar de acuerdo en todo. Reprochaba cuando me reusaba a mostrarlo al mundo pero a mi me daba igual. No le daría el gusto, no sabiendo que podría dar paso a un sin número de consecuencias.

- Sabias palabras - dijo Seulgi

- Tu hermana pasó por el mismo proceso que tu, sabes. Tu estuviste a su lado cuando eso sucedió.

- Lo se, pero por favor no me fuercen. Cambiemos de tema o me iré - murmuré incómodo

-...

- ¿Que tal va el trabajo papá?

- De maravilla cariño, la empresa está incrementando sus ingresos semanalmente. Nuestra promoción es buena.

- Me alegra escuchar eso, honey - mi madre se acercó a él y le proporcionó un dulce y cálido beso.

- Te amo - se susurraron para sí mismos ignorando nuestra presencia.

- Que cursis - dijo Ten tapándose los ojos - ugh

Su actitud infantil siempre hacía presencia cuando estabamos juntos.

- Algún día te veré bien encaramelado con tu noviecita Ten, y me burlaré de ti - rió

- No, ¡cállate Seulgi! - ambos empezaron a jugar corretendose por la casa.

- Me tengo que ir

- Adiós cariño - dijo mi madre desde la cocina

- Cuídate hijo

Salí y cuando estaba a la altura de la acera, después de haber cruzado el jardín, Seulgi gritó desde la puerta - ¡Adiós mi omega favorito! - y estuve a punto de ir tras ella y hacerle unas buenas cosquillas, como las que tanto detesta.

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Una linda semana, bellezas

Y gracias por leer ☂

❣ Saranghaeyo



A Rainy Night ☔ l JaeYong NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora