Chapter 27

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- Tae, despierta - susurró cerca de mi oído - ya llegamos

Moví ligeramente mi cuerpo, estaba incómodo. La espalda de Seulgi era bastante cálida, sus brazos  sujetaban fuerte mis muslos para que no caiga. Rodeé su cuello con mis brazos para fijar aún más el agarre.

- ¿Dónde estamos? - árboles se divisaba alrededor

- Espera un poco y lo verás

No sé cuánto tiempo había estado caminando pero temía ser una carga para Seulgi.

- Puedo caminar

- Oh no, claro que no, estás muy débil - se opuso

- Pero eres una chica

- Tranquilo, sabes... hoy me di cuenta que es cierto que los alfas tenemos más fuerza de lo normal - rió - pero tengo que confesar que a pesar de estar tan delgado, tienes el peso de dos personas - se quejó

- Que grosera, bájame ya

- No lo haré - negó con su cabeza

- ¿En qué momento dejamos la casa?

- Alrededor de las cinco de la mañana, Tae

- ¿Y qué hora es?

- Quizá las seis treinta - mencionó

- ¿Cómo es que no me di cuenta?

- Bueno, últimamente tu sueño es muy pesado, no despiertas ni porque la casa se venga abajo - dijo en tono burlesco - intenté levantarte cuando bajamos del auto, no funcionó. Después de casi media hora de caminata estuve más de diez minutos llamándote, tuve que pellizcar tu pierna varias veces para que abrieras los ojitos.

- Te causé muchos problemas

- Eso es pan de todos los días

- Oyeeee - reproché

- Ya estamos aquí - alcé la vista y me encontré con una escena muy peculiar, una casona humilde se encontraba instalada en medio de toda esa rica flora y fauna. Todo era muy verdoso, el canto de los pajaritos era relajante y muy acogedor, había un discreto camino de piedra que llegaba hasta la puerta de entrada.

- Es hermoso - mencioné

- ¿No lo recuerdas?

- No, es la primera vez que lo veo

Seulgi a paso rápido se adentró al lugar y una vez en la puerta, la tocó. No hubo respuesta

- Voy a bajarte, ¿está bien?

- Si - asentí. Cuando mis pies tocaron el suelo, mis piernas temblaron, no pude mantenerme de pie y por ende escapé a caer de bruces al suelo pero los brazos de Seulgi lo evitaron.

- Taeyong, ¿¡estás bien!? - otra vez esa mirada llena de preocupación

- N-no - lloriqueé - no p-puedo caminar

- Tranquilo, todo va a estar bien, lo prometo - beso mi mejilla y nuevamente me cargó en su espalda - no llores ¿si? - dijo con un hilo de voz - o yo también lloraré

La puerta finalmente se abrió y una mujer adulta, de unos sesenta años, se plantó en la misma. Observó unos segundos, asombrada. Llevó la mano sobre sus labios y sus ojos se llenaron de lágrimas.

- Niños, ¡cuánto tiempo! - exclamó

- Señora Jung, por favor, salve a Tae - dijo con desesperación

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⏰ Última actualización: Dec 25, 2019 ⏰

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A Rainy Night ☔ l JaeYong NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora