A Rainy Night ☔ l JaeYong NCT

Chapter 26

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La compañía de Seulgi se volvió indispensable. Era de temer, cuando salía a la Universidad me sentía desamparado, vacío, intentaba relajarme pero no era posible hasta que llegaba a casa. La inquietud de Ten y mi madre era evidente, pero ni yo mismo entendía esa dependencia que se había creado.

- Taeyong, ven a comer

- No tengo hambre

- Vamos, no puedes esperar a que vuelva Seulgi, necesitas alimentarte adecuadamente

- No quiero

Tras insistir varias veces, se cansaban y se iban. Mi día a día se habían convertido en un eterno descanso, la mayor parte del tiempo me la pasaba durmiendo y el resto, viendo por la ventana.

- Tae, me han dicho que no comes, ¿qué sucede?

- No es nada, solo... no tengo apetito

- Pero cuando estás conmigo tú si-

- Es una simple coincidencia

- Me preocupas - mencionó

- Estoy bien

A decir verdad esta situación se me hacía familiar, ya la había experimentado... con él. Por qué otra vez, por qué me pasaba ahora con Seulgi, qué andaba mal conmigo. Me lo reprochaba a mi mismo una y otra vez.

- Cariño, hoy vendrá tu prometida

- Mamá...

- Lo siento, prepárate

No cambié mis ropas, únicamente me coloqué una chamarra sobre el pijama y cuando anunciaron su llegada, bajé a regañadientes en chanclas. Pude ver a una pareja, ambos betas, junto a una bella joven sentados en la sala de estar.

- Señor y señora Bae, él es nuestro hijo, Taeyong.

- Es muy apuesto - mencionó la beta

- Definitivamente se parece a usted Sr. Lee

Hice una reverencia y tomé asiento en uno de los sofás vacíos. Eran alrededor de las seis de la tarde, mi cuerpo se sentía pesado, mis ojos apenas se mantenían abiertos y la charla que llevaban los adultos me resultaba realmente molesta. Quería volver a mí habitación y esperar dormido a que Seulgi llegara.

- Dime Taeyong, ¿cuántos años tienes? - preguntó el hombre, que ahora sabía que llevaba apellido Bae

- Diecinueve, muy joven ¿no cree?

- ¡En lo absoluto! Nuestra Irene tiene dieciocho, deberían conocerse, charlar, salir y bueno... ustedes saben, cosas de pareja

- Papá - refunfuñó la muchacha

- Tienen que estar listos, después de todo la ceremonia es en un mes

Sus palabras me resonaron, se tornaron un insoportable dolor de cabeza y no pude evitar hacer un gesto de desagrado. El Sr. Bae le susurró algo a su hija y ésta, con timidez, cambió de sitio junto a mi.

- Hola - susurró y sonrió

Sin respuesta, asentí e intenté sonreír de vuelta pero el dolor de cabeza se intensificó, el perfume que llevaba la muchacha no ayudaba, me resultaba insoportable.

- Disculpa - me levanté de mi sitio, apenas di el primer paso un terrible mareo se hizo presente

- ¿Te encuentras bien? - dijo levantándose de inmediato y sujetando mi brazo para estabilizarme.

Sus movimientos solo hicieron que el olor se expandiera... una arcada, luego dos, inmediatamente me solté de su agarre y apoyándome en la pared logré llegar lo más rápido al retrete y deshacerme de lo poco que había comido en la mañana. Había sido un día terrible, estaba más inestable de lo normal. El malestar no cesó, mis lágrimas brotaron, mis piernas temblaban y abrazado a ellas permanecí en un rincón.

- Cariño - dijo mi madre tras la puerta - ¿te encuentras bien?

No respondí, mi voz era apenas un hilo en mi garganta.

- ¿Está bien?

- No estoy segura, pero será mejor dejarlo a solas

- Pero-

- Vámonos - insistió

Una vez se alejaron mi respiración se relajó un poco, más sin embargo, mis lágrimas no cesaron, la opresión en el pecho se intensificó y nuevamente mi cuerpo se heló. Después de un tiempo, rendido de tanto llanto, acurrucando mi propio cuerpo estuve a punto de caer dormido cuando la puerta se abrió de par en par.

- ¡Dios! Taeyong - exclamó y no esperó nada para cargarme y llevarme a la habitación - otra vez no - me miró deshecha, me posó sobre la cama y deslizó las cobijas sobre mi - espera un poco - dijo y desapareció tras la puerta, tardó cinco minutos en volver, se incorporó a mi lado y me abrazó.

- Seulgi, tus ojos... están hinchados

- Mmh ¿qué? - rió nerviosa - es de cansancio - afirmó y aunque se mostró lo suficientemente segura, sabía que había estado llorando

- No te preocupes por mi

- Dime cómo, si cada día que vuelvo a casa te veo más delgado y pálido, el destello de tus ojos se ha desvanecido, ya no comes y apenas caminas por ti mismo - sollozó - te estoy perdiendo

- Lo siento

- No te disculpes, no lo hagas... por favor

- Lo s-siento tant-to

- No lo soporto

-...

- Te contaré un pequeño secreto, mañana al amanecer

- ¿Q-que?

- No preguntes, mañana no estaremos aquí, solo... duerme hasta que llegue el momento

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🌂

L@s adoro

Besitos

Nos leemos pronto

Bye

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