23.

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Ya habían pasado tres días desde que ambos chicos se habían mudado a aquel hotel lejano de mala muerte, Jimin había recibido tantas llamadas y mensajes de su madre, de algunos amigos cercanos, de HyeSun y hasta con su mejor amigo con el cual tenía una ligera separación. Jungkook cansado y molesto de tantas llamadas, le había sacado el chip a su celular.

Los días allí habían sido más tranquilos de lo esperado, aunque Jungkook tenía que salir como siempre por sus asuntos y también para traer cosas que necesitaban, al final Jimin no había conseguido ayudar como tanto quería a su novio ya que él no lo dejaba salir por lo que esos tres días no había visto la luz del día.

— Hola.— Saludó Jungkook entrando por la puerta. Se acercó y dejó un beso en los labios del rubio quien sonrió por el acto.— Te traje algo.— Puso la mochila sobre la cama, donde se encontraba sentado Jimin, y la abrió sacando la caja de bombones de chocolate que tanto le gustaban a Jimin.

— ¡Waaa! Gracias.— Jimin tomó la caja entre sus manos sonriendo.— Pero no tenías que hacerlo.

— Quise hacerlo, hace mucho que no te regalaba algo.— Jungkook plantó un casto beso en los labios del mayor.— Voy bañarme.

Jimin asintió abriendo la tapa para observar los deliciosos bombones de chocolate, luego miró la mochila de su novio de donde habían salido estos.

— No toques nada.— Jungkook entró al baño pero él no sonó molesto no uso un tono de advertencia, su voz fue neutra.

Por lo que Jimin creyó que tal vez había algo más que le quería dar como sorpresa así que de acercó a la mochila y rebuscó dentro de ella. Lo primero que vio fue la sudadera de Jungkook que seguro se la había quitado por el calor, metió su mano arrimando un poco la prenda que ocupaba todo el espacio y no lo dejaba ver nada, hundió su mano hasta que sintió la punta de algo filoso por lo que sacó su mano rápidamente por el repentino toqué que le había hincado. Metió su mano de nuevo y fue palpando alrededor con cuidado, sintió algo pero estaba tapado por la tela de la mochila fue entonces cuando notó que estaba en un pequeño compartimiento que está tenía, lo abrió y deseo no haberlo hecho porque justo en ese momento apareció Jungkook que se había olvidado algo.

— ¡Te dije que no tocaras nada!— Jimin soltó el cuchillo dejándolo caer en la mochila la cual Jungkook cerró y la alejó de él.— ¡¿No entiendes?!

— Y-Yo lo siento. E-Es solo que pensé que-que había otra cosa.— Jimin estaba asustado, no solo por su comportamiento sino también por lo que había encontrado.

Jungkook se acercó a Jimin molesto pero al verlo tan asustado a punto de llorar, trató de controlarse y respiró profundo para relajarse un poco. Tomó su mochila se la pasó al hombro y salió de allí.













La señora Park había demandado a Jungkook y lo había acusado de vender drogas pero los inútiles policías de su país le dijeron que no lo habían encontrado en la dirección que ella había dado pero que seguirían buscando, cosa que probablemente era mentira porque a ellos les valía. Cuando fue a la habitación de Jimin él ya no estaba ahí buscó por toda la casa rastro de su hijo pero definitivamente no estaba allí, y al recordar que a Jungkook tampoco lo habían encontrado se asustó. Bien podría haber la casualidad que este estuviera en otro lugar pero algo le decía que no era así, que ese chico malo estaba con su pequeño.

Para sacarse las dudas llamó a Taehyung quien le dijo que no hablaban desde hace ya un tiempo, ni siquiera en el Instituto. La mamá de Jimin le dijo que preguntara si algunos de sus amigos estaban con él, tal vez estaba siendo exagerada pero le aterraba pensar que su hijo estaba con una persona como Jungkook, aunque quizás Jimin solo había ido a tomar un poco de aire.

Habría llamado a HyeSun pero ella misma dijo que Jimin no le tenía esa confianza que solían tener tiempo atrás, por lo que le quedó esperar a que su hijo regresara.

Cuando se despertó en la mañana siguiente y notó que su hijo aún no llegaba, se alarmó, estuvo esperando toda la noche por él hasta quedarse dormida. Pensó en llamar a la policía pero sabía que la situación no cambiaría. Pensaba y pensaba una manera en la cual encontrar a su hijo, en poder tenerlo entre sus brazos, de pronto recordó que mucho tiempo atrás, en un tiempo en el que Jimin se había vuelto muy rebelde, su mamá le había puesto un chip rastreador en su celular por cualquier cosa, algo que nunca utilizó; sin embargo esta vez sí le serviría.

Porque la madre de Jimin encontraría a su hijo aunque tuviera que ir al otro lado del mundo.

Posesivo《KOOKMIN》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora