La fotógrafa y la contadora

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Capítulo largo en forma de agradecimiento.

Leer la nota al final del capítulo, enjoy!

La carretera era estrecha y serpenteante. En tiempos de las colonias había sido una vía pública importante y los muretes de piedra construidos a mano con mucho trabajo aún se mantenían en pie a ambos lados. Aunque las cosas habían cambiado mucho en doscientos cincuenta años. Ya no era una carretera principal. Ni siquiera una secundaria. Se había quedado en un camino en bastante mal estado que salía de la ciudad y no llevaba a ninguna parte.

En verano, cuando los árboles tuvieran hojas, proporcionarían verdor y sombra al lugar, pensó Jade. Pero en las fechas en que estaban el lugar era un estudio en negro y gris y nieve sucia.

—Es una suerte que la mayor parte de la nieve que dejó el temporal se ha derretido ya— comentó Jade mientras el jeep de alquiler de Perrie rebotaba entre los surcos del camino—. No creo que las quitanieves lleguen hasta aquí arriba.—

—Probablemente esa circunstancia influyera en su decisión de comprar este lugar —Perrie parecía sentirse muy cómoda luchando por mantener el vehículo sobre el estrecho paso de camino de erosionado asfalto—. Una buena manera de descorazonar a las visitas imprevistas.— Al principio se les pasó, lo cual obligó a Perrie a dar marcha atrás hasta encontrar el pequeño sendero que conducía hacia la casa de color gris pálido oculta entre los árboles. Al menos el constructor había pensado en crear un sendero de herradura para acceder y facilitar así la salida al camino principal. Se acercaron hasta la puerta principal y detuvieron el coche.

—¿Y si Niall está ahí dentro? —preguntó Jade de pronto.

—Si está ahí dentro lo habremos encontrado y nuestro problema estará resuelto.—

—Sólo si decide cooperar.—

—Puede que te sorprenda —Perrie apagó el contacto—. No creo que vivir como un fugitivo sea para partirse de risa. Y aunque no quisiera cooperar seguiría estando acorralado.—

—Pues los animales que se sienten acorralados son los más peligrosos —sentenció ella.

—¿Estás llamando animal a tu ex prometido? —preguntó Perrie divertia mientras salían del coche.

Jade se detuvo un momento.

—Bueno, yo...—

—Relájate —Perrie le dirigió una sonrisa—. De todas formas no creo que tengas que preocuparte. No hay ningún coche en la entrada, ni sale humo de la chimenea. Dudo que esté aquí.—

—Pero no sabemos si usará una estufa para calentarse.—Perrie señaló una pila cubierta con un plástico de color azul brillante.

—Veinte pavos a que debajo de ese plástico hay un montón de troncos. Y... —llamó con los nudillos a la puerta. Silencio—. Vacía.— Jade lo miró con el ceño fruncido.

—¿Te cansas alguna vez de tener siempre la razón? —preguntó. Perrie esbozó una generosa sonrisa.

—Jamás. ¿Echamos un vistazo alrededor de tu casa?— Su casa. Era una sorpresa, pero, técnicamente, suponía que era cierto. La escritura estaba a su nombre según habían descubierto, aunque no tenía la más mínima idea de dónde estaría el dichoso documento.

¿Cómo se las habría ingeniado Niall para que la redactarán sin que ella lo supiera, sin que hubiera tenido que estar presente en la firma? Claro que cuando alguien tenía suficiente dinero, un abogado servicial y una compañía propia, y Niall tenía las tres cosas, cualquier cosa era posible, al parecer, tal como les había dicho un agente hipotecario.

All I want for Christmas it's you|| Jerrie ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora