All I want for Christmas it's you|| Jerrie ✔️

Lazos

El capítulo estaba planeado que fuera corto pero me emociona cuando votan rápido, así que aquí esta su capítulo largo. Lean la nota al final del capítulo.

Perrie entró en la casa. Faltaban dos días para Navidad. Era el momento en que las casas se llenaran de vida y alegría, no de silencio. Se dio cuenta de pronto de que Debbie ni siquiera se había molestado en poner un árbol. Había adornos, pero el árbol no estaba donde solía estar siempre, junto a la chimenea.

Había algo melancólico en ello.

—¿Perrie? —era la voz de Debbie. Se volvió y la vio en la puerta del salón.

Apenas habían hablado desde el altercado del domingo anterior. Las pocas veces que había tratado de iniciar una conversación, ella la había cortado de raíz. Era más fácil buscar refugio en la pastelería o en el cuarto oscuro.

O la casa segura de Niall. Iba allí a sentarse en los escalones y se quedaba mirando los árboles.

—¿Necesitas algo mamá?— Tal vez fuera su imaginación, pero le pareció ver un conato de mueca de dolor en Debbie.

—¿Podemos hablar un momento? —hizo un gesto hacia uno de los sofás. Después de una pausa, Perrie se sentó. Debbie dejó escapar el aire de la garganta—. Quiero disculparme.—

—No más que yo. Perdí los estribos el otro día. No debería haberlo hecho—dijo Perrie.

—Tenías motivos —respondió Debbie.

—Se supone que he venido a ayudar, no a pelear contigo cuando estás en un momento de bajo de moral.—

—Soy una mujer adulta. Debería empezar a aprender cómo ayudarme a mí misma —se miró las manos—. No es fácil admitir que tenías razón. He pasado mi vida dejando que David se encargara de todo, y cuando él se fue hice lo mismo con Niall.—

—Fue un momento difícil.—

—Dejé que pasara demasiado tiempo. En lo más profundo sabía que no tenía que hacerlo, pero era mucho más fácil dejar que Niall se encargara. Y era reconfortante tenerlo aquí. La vida no se me hacía tan... vacía —miró a su alrededor—. Es una casa grande. Demasiado para una persona sola. No quería venderla porque es la casa de la familia y porque, bueno, siempre esperé que Niall o tú la quisieran. Pero tu vida no está aquí. Ahora me doy cuenta. Y desearlo no lo hará posible.—

—Mamá —dijo ella, impotente.

—No —levantó las manos en un gesto que le habían hecho hacer muchas veces—. Tengo que ocuparme yo sola de mis propios asuntos.—

—Puedes —le aseguró ella—. Lo harás. Si puedes organizar esa gala, puedes hacer cualquier cosa.—

—¿Eso crees?—

—Sí.— El esbozo de una sonrisa iluminó los ojos de Debbie.

—¿Sabes? Creo que voy a poner en práctica esa teoría tuya. He llamado a Bill Harley —hizo una pausa—. Voy a ocupar ese puesto en el consejo de administración.—

—¿Qué vas a hacer qué?—

—Ocupar ese puesto en el consejo de administración.— dijo Debbie con voz más firme.

—Ésta es mi chica —dijo Perrie, abrazando a su madre—. En tres años serás la directora jefe de todo aquello.—

—Dos y medio —dijo Debbie con una sonrisa y entonces a Perrie se le ocurrió una idea.

—¿Tienes que ir a algún sitio ahora mismo? —le preguntó.

—No. ¿Por qué? —Debbie frunció el ceño.