El hijo perdido

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Dinámica al final del capítulo. Los invito a leerla. Leer con atención al texto en negritas dentro del capítulo.


A Jade se le erizó el vello de la nuca cuando ascendió de nuevo a la carpeta llamada VCTÑ. La contraseña del servicio de voz IP, tenía que serlo.

Se puso en pie de un brinco sin pensarlo siquiera. El corazón le martilleaba en las sienes.

—Jade, ¿adónde vas? —preguntó su madre, sorprendida.

—Al ordena... —se detuvo. No había luz. Eso significaba que ninguno de los ordenadores de la casa funcionaría. Necesitaba un portátil. No podía esperar.

—¿Puedo usar el coche? —preguntó sin aliento.

—¿Adónde vas a estas horas? No hay luz en gran parte de la ciudad.—

—Me llevaré una linterna. Tengo que comprobar algo. Volveré enseguida.—

* * * * * * * * * * *

Debbie estaba sentada en el escritorio del despacho de David, con una taza de té junto a su mano. En el equipo de música sonaba un concierto de Mozart. Tranquilizador. Los generadores de emergencia habían saltado unos segundos después de que se fuera la luz. Sin embargo, la iluminación de la casa era más tenue que de costumbre. Sin Perrie ni Corinne, que había ido a pasar las fiestas en familia, el lugar se le hacía cavernoso y vacío. Le provocaba cierta desazón.

El ruido del timbre poco después de irse la luz no debería haberla hecho dar un brinco, pero había sido una sorpresa. Aunque más la sorprendió encontrar a Jade Thirlwall al otro lado. Aunque agradable también. Perrie se habría sentido orgullosa por lo agradable que fue al dejarla pasar al despacho de David sabría Dios para qué.

Desde luego no pensaba hacer preguntas. Todavía se resentía por la bronca que le había echado a Perrie la semana anterior. No era fácil que un hijo le plantara cara a uno.

Y menos aún cuando tenía razón.

Trató de concentrarse en el Informe Anual de Edwards Technologies que tenía delante. Si de verdad iba a hacerlo, lo haría bien, y eso significaba seguir los movimientos de la compañía desde que David se hiciera cargo de ella.

Desde el vestíbulo llegó el sonido de la puerta de entrada al cerrarse. Debbie se levantó, aliviada. Estaba decidida a llevar a cabo su nueva aventura empresarial, pero era humana. Era Nochebuena y prefería estar relajándose en compañía de su hija.

—Perrie, estoy aquí. ¿Te has encontrado mucho tráf...?—Se detuvo en seco. Relajarse con su hija.

Desde luego era su hijo el que tenía delante, pero no Perrie, sino Niall, pálido y ojeroso. A su lado había un hombre fornido e impasible que no conocía.

—Niall —susurró y avanzó hacia él para darle un abrazo. Él se apartó ligeramente de ella, de manera que ésta se quedó frente a él, mirándola confundida—. Has vuelto. Hemos estado muy preocupados.—

—Todo va bien —dijo—. Feliz Navidad.—

—Feliz Navidad —dijo ella con un hilo de voz, mirándolo.

—Éste es...—

—Nada de presentaciones —ordenó el otro hombre con acento extranjero. Tenía el rostro implacable de un hombre acostumbrado a usar la fuerza y su tamaño para intimidar.

—No puedo quedarme mucho. Estoy seguro de que lo comprenderás —dijo Niall a su madre.

—¿Qué has hecho? Se han estado diciendo cosas horribles de ti. ¿Te llevaste de verdad todo ese dinero? ¿Por qué huiste?—

—Demasiadas preguntas, mamá —sus labios se curvaron en una débil sonrisa y Debbie lo supo de pronto.—

Todo era cierto.

—Entrégate —lo instó ella—. Podemos contratar a un buen abogado, al mejor...—

—No puedo hacer eso —le rodeó los hombros con un brazo y la condujo hacia el salón—. Y ahora, ve a sentarte...—

—Vendrá con nosotros —lo interrumpió el otro hombre.

Niall giró la cabeza hacia él.

—Está bien.—

Se le puso la carne de gallina mientras los acompañaba al despacho y esperaba en la puerta mientras Niall entraba en la habitación. Entonces lo oyó lanzar una imprecación.

—¿Dónde está? —exigió saber, levantando la vista del contenido del cuenco de cristal que había volcado sobre la mesa.

—¿Qué? —preguntó Debbie.

—Ya sabes qué. La llave.—

—No sé de qué me estás hablando.—

—¿Quién ha estado aquí?—

—Niall, eso no importa. Tienes que entregarte. Tienes que dejar que te ayudemos.—

—Pues ayúdame —le espetó—. ¿Quién ha estado aquí?—

—Perrie —dijo ella, impotente—Jade. Corinne, para limpiar. Pero...—

—No necesitamos la llave —dijo su compañero—. Nos vamos.—

—¿Puedes...?—

—Nos vamos —repitió.

Niall asintió escuetamente y salió del despacho.

—¿Adónde vas? —dijo Debbie corriendo tras él—. Así no te ayudas. Tienes que entregarte. Podemos conseguir un equipo de buenos abogados, llegar a un trato.—

—No puedo hacer ningún trato, mamá. Es demasiado tarde —dijo Niall volviéndose desde la puerta.

—Pero...—

—Tengo que irme —le dio un beso en la frente—. Feliz Navidad.—


Lamento la demora, justo estoy en el último mes de clases y muero lentamente. Gracias por su paciencia los quiero. 

DINÁMICA: Los últimos capítulos (como ya se los he dicho antes) están inevitablemente a la vuelta de la esquina, que tal si ustedes me cuentan sus TEORÍAS sobre lo que creen que va a pasar y la persona que más creativa le dedicaré el último capítulo y puede que haga una aparición especial en ese. 

Dejenme sus teorías. Los leo.

***38 Votos y actualizo.

All I want for Christmas it's you|| Jerrie ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora