Capítulo 18

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Narradora Claire.

Ando hacia ellos y veo como ella se ríe y le toca el brazo. Frunzo el ceño y la escucho hablar.

-Solo una cena.-dice haciendo que mi sangre hierva. Mi padre al verme abre mucho los ojos y esta se gira y me sonríe.

Me acerco mucho a ella y levanto mi mano haciendo que impacte en su cara.

-Eres una guarra.-digo y esta se toca la cara y sonríe.-Fuera de aquí Teresa.

-¿Tú quien eres para echarme?.-dice y yo le sonrío.

-La hija de él. Vete si no quieres que te saque yo de los pelos.-esta se pone seria y mira a mi padre, me vuelve a mirar a mi y se va hacia su coche. Se mete dentro de el y sale del parking.

Miro a mi padre con lagrimas en los ojos y este me mira con tristeza.

-Claire tiene una explicación. Ella vino a pedirme trabajo y le dije que no pero no ha parado de insistir...-dice y yo niego.

-Si no para de insistir por algo será papá, ¿sabes? Venia a contarte una de las mejores noticias que me han dado, porque eres lo que mas quiero en este mundo y lo mejor que tengo pero me has defraudado.-veo como sus ojos se llenan de tristeza y desesperación he intenta agarrarme de la mano. Lo esquivo y me echo para atrás.

-Claire espera...-niego con la cabeza y empiezo andar. Me paro y me seco las lagrimas. Me giro y lo miro.

-Vas a ser abuelo papá.-digo y este abre mucho los ojos sorprendido.



Llego a mi casa y me quito los zapatos. Ha sido un día un poco duro. Respiro hondo y suelto las bolsas en la cocina. Entro en mi habitación y empiezo a quitarme la ropa cuando siento unas manos rodearme la cintura. Frunzo el ceño y sonrió al pensar que es Stephen.

-Stephen...-digo mordiéndome el labio pero de repente me tapan la boca apretándome.

-No mi amor, soy Sergio.-abro mucho los ojos e intento soltarme pero este es mucho más fuerte que yo.-Ahora no vas a poder escapar de mi.-dice y todo se vuelve negro al taparme con algo la boca y la nariz.




Siento un dolor muy fuerte de cabeza y abro los ojos. Miro a mi alrededor y no reconozco nada. Me miro y veo que estoy sentada en una cama amarrada al cabecero. Intento soltarme pero es imposible. Mis ojos empiezan a llenarse de lagrimas y siento un dolor muy fuerte en el pecho.

-Mi amor te vas hacer daño.-dice la voz de Sergio y miro a mi derecha, dónde está sentado en una silla.-Esta va a ser nuestra habitación, y nuestra casa.-dice sonriendo y yo niego con la cabeza.

-Sergio suéltame por favor.-digo y este niega.

-No mi amor, aquí vamos a ser felices tú, yo y nuestro bebé.-de mis ojos empiezan a caer lagrimas sin parar y este se acerca a mi.-Tranquila o le harás daño al bebé.-este me acaricia la cara y yo la aparto.

-No me toques.-digo entre dientes y este se pone serio. Me coge de la barbilla haciendo que gire la cara y así lo mire.

-Hay dos opciones, la primera es que te comportes como una buena mujer y madre, y vivimos en esta casa apartados de todo como una gran familia o la segunda que es la que menos me gusta mi amor, es que sigues con este comportamiento que no me gusta y tú y tu hijo viviréis en un infierno el resto de vuestra vida. Y elijas la que elijas quiero que sepas que nunca te encontrarán porque lo tengo todo muy bien planeado. Así que piénsatelo muy bien.-me sonríe con malicia y yo asiento.

-Elijo la primera.-digo y se acerca a mi.

-Así me gusta mi amor.-dice y une nuestros labios.

Renaciendo de la OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora