Hide and seek

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Sino lo encontraba pronto, Antonio lo iba a matar, estaba seguro.Rebanaría su cuerpo con el hacha que siempre llevaba consigo.

Debía calmarse y dejar de pensar estupideces, para encontrar a Martín. Y así, Antonio no lo mataría.

<<Dios...¿Dónde mierda se habrá escondido?...>>Se preguntaba el inglés.

Suspiró,al fin y al cabo todo era su culpa, ¿Por qué, de todos los juegos que hay en su país, le tenía que enseñar el escondite?

Flash Back

-¡Padrino Arthur!, ¡Padrino Arthur! -exclamo felizmente Rio de la Plata,mientras corría hacia Arthur, quien lo recibió en sus brazos. Le agradaba que su padrino viniera a visitarlo, muchas veces lo cuidaba cuando Antonio se ausentaba o se centraba en los otros niños.

Conversaban plácidamente, el rubio mayor le contaba a la colonia sobre el fútbol. Martín ya conocía aquel deporte, no era que le disgustase,al contrario, le encantaba; pero tenía curiosidad sobre qué otros juegos existían en la casa de Inglaterra, así que se lo preguntó. Kirkland le nombró varios, pero uno llamó su atención: hide and seek.

Escondite.

El pequeño Martín le rogó a Arthur que le enseñara aquel juego, el europeo al principio dudó...Pero la carita y el puchero de Martín no tardaron en convencerlo.

Fin Flash Back

Lo que no se esperaba era encontrarse con esta situación, el niño había logrado comprender el juego a la perfección, tanto que era incapaz de encontrarlo.

Maldición.

-¡El jefe ya llegó!, Fusososososo, ¿Dónde está mi queridismo Plata? - Exclamó España.

Athur trago duro, además de que Antonio lo iba a descuartizar, no había podido encontrar a Plata ¿Dónde estará?Comenzaba a preocuparse.

-Oh, hola Inglaterra -. Saludó el moreno -.¿Dónde esta Martincito?, Suele andar mucho contigo cuando vienes.

-Hola Antonio -, Correspondió cordialmente el saludo - Ah, respecto a Martín, Antonio, él y yo, estábamos,bueno...-El español lo miro extrañado. No era común en Inglaterra dudar y atropellarse con sus palabras al momento de hablar.

-Kirkland, ¿Qué paso con Martín? -Objetó, serio.

El inglés no tuvo opción, le explico la situación al español, quizás buscándolo juntos lo hallarían.

-Oh, así que es eso -. Sonrió ampliamente el castaño, cuando el rubio finalizó su relato.

El de habla inglesa parpadeó un poco sorprendido -¿No estas molesto, Antonio? -

El nombrado negó -Ven, acompáñame -. Ambos caminaron hasta un pequeño bosque.

-¿Para qué me trajiste aquí, Antonio?

-Presta atención, escucha bien todo tu entorno -.

El inglés, confuso y preguntándose la razón y en qué ayudaría en la búsqueda de Plata lo dicho por Antonio, suspiró y cerró sus ojos, tratando de escuchar bien todo su entorno.

Abrió sus ojos.

Escuchó pasos y saltos en...¿Los árboles? Miró hacia arriba.

El español sonrió -Martín suele hacerme esto -.Mencionó con pesadez -No es un niño problemático, ni mucho menos sabía jugar al escondite antes de hoy, pero suele esconderse para jugarme bromas o no irse a dormir. Lo suele hacer en los árboles,sabiendo que no es fácil para mí encontrarlo.

El de ojos verdes, decidido a encontrar al rubiesito,utilizó sus sentidos como lo hacía en su época pirata: para encontrar a su enemigo.

-¡Martín! ¡Ahí estas! -Señaló con sus dedo índice a uno de los árboles más altos -Martín, sé que estas ahí, baja -. Pidió, entre molesto y aliviado.

Río de la Plata, saltó, para caer en los brazos de Arthur, quien lo recibió. Un tanto alarmado por "el salto mortal"que había efectuado el menor.

El ambiente era tenso.

-Bien, hola mi pequeño, iré a prepararte algo para comer. Te dije que no sería difícil encontrarlo, Arthur¡Fusososososo! -Dijo Antonio, apretándole los cachetes a Martín,para luego irse.

El inglés miraba molesto al pequeño entre sus brazos.

-¿Estás enojado, Arthur? -Preguntó con la voz finita.

-Sí -. Afirmó -Hiciste trampa -. No recordaba haberle explicado todas las versiones del juego: pero sí que al esconderse se mantuviera quieto en un solo sitio. No solo había hecho trampa, lo había preocupado.

-Lo siento. Es que, vi, mientras me escondía en unos arbustos que entrabas a la casa, y pensé que recogerías tus cosas y ya te irías. Y no quiero...¡Siempre te vas rápido, padrino! ¡No me gusta! Así que quise esconderme un rato más, sabiendo que no te irías hasta encontrarme...Y así lo hiciste -. Expresó con una cálida sonrisa, y sus ojos verdes brillosos.

A Arthur se le subieron los colores al rostro. Tembló.Miró la carita tan dulce de Martín.

No podía enojarse con él.

-Aún si no quieras que te encuentre lo haré,ahijado. Nunca nos separaremos. Sin importar qué -. El rubiesito sonrió, mostrando sus pequeños dientitos y besó en la mejilla a Arthur, quien parecía un tomate a punto de estallar.

Curvó sus labios en una reluciente sonrisa, y le devolvió el beso en la otra mejilla. El pequeño, rió dulcemente ante el tacto suave de los labios del inglés sobre su rostro.

-Martín...-Pronunció embelesado.

-¿Qué ocurre, Arthur? -

-I feel as if I've been seeking for you all my life -.

"Siento como si he buscado por ti toda mi vida".

Treinta días en nuestras vidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora