Líquido

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Martín suspiro, mientras sentía el líquido caliente bajar por su garganta.

—¿Y? ¿Qué tal está? —Preguntó Arthur tiernamente, esbozando una sonrisa.

El argentino no respondía.

—Bueno, quizás debo probar yo —El inglés sintió como el líquido dulce y caliente bajaba por su garganta, otorgándole un pequeño escalofrío, debido al placer.

—Para mí está rico —Sentenció lamiéndose los labios. —¿Martín? —El argentino seguía callado, algo extraño en él.

—Ayyyyy —. Se quejó fuertemente,haciendo sobresaltar al inglés — ¿Vos sos boludo? ¿¡Cómo va a estar rico si esta re caliente!? —Sacó una botella de la heladera y bebió agua fría.

—¿Eres idiota? —Dijo Arthur sarcásticamente —Es té, encima que también lo hago dulce, te quejas.

—¡Cállate! —El argentino cerró la heladera y se acercó a Arthur, lo tomó por los hombros y le plantó un fuerte beso en los labios. —Listo, ya probé el té.

El inglés se sonrojó.

Treinta días en nuestras vidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora