"________"Me quede en silencio cuando sus labios golpearon mi mejilla delicadamente, el cálido roce de la textura en su boca me hizo sentir especial; una chica verdaderamente especial y que merece que un chico como él se fije en ella. El aire que recorría mi cabello sostuvo mi sonrisa alzada por unos cuantos segundos antes de terminar con las manos cerca del rostro de Justin. Nuevamente mis dedos recorrieron su piel tersa cubriendo desde su frente hasta su barbilla, cada detalle de sus expresiones se grabaron en mi mente, para que la próxima vez que lo vea de nuevo lo recuerde como la primera vez.
– ¿Por qué dudas de lo que eres? – pregunte temerosa mientras que sentía su boca desprenderse de mi cara.
– No entiendes lo que verdaderamente soy. – suspiro alterando sus respiraciones. – Soy un asco de persona.
– No lo eres. – añadí gritando.
– ¿No lo soy? Entonces dime ¿Cómo rayos estas aquí? – hizo una pausa; el fuerte golpe en el muro llamo mi atención. – Yo te traje aquí. Fui yo quien te eligió.
– No importa, me da gusto que hayas sido tú y no alguien más. – un par de lágrimas rodaron sobre mis mejillas. Las palabras que salieron de Justin me destrozaron completamente, la poca fe que tenía se acababa de esfumar como el humo del cigarrillo en un día ventoso.
– Lo siento tanto.
– Eso ya lo habías dicho. – intente ocultar lo que sentía, pero era evidente que estaba a punto de llorar como magdalena.
– No llores cariño, ahora estoy contigo. – susurro suavemente por encima de mi cuello. Antes de que pudiera darme cuenta sus brazos me sostenían mientras que enredaba sus piernas justo debajo de mi cintura.
– ¿De verdad estás conmigo? – pregunte, antes de apretar su torso con fuerza.
El momento no podía ser peor, yo con una pregunta estúpida e incómoda y él sin tener la menor idea de que contestar. Nos quedamos en la misma posición durante unos cuantos minutos, nadie emitió ningún sonido hasta que me soltó en un movimiento rápido aventándome delicadamente hacia la pared; mi espalda se quedó plasmada en el frió muro mientras que mis pies se inclinaban para intentar levantarme. El estruendo de la puerta al cerrarse alentó mis sentidos formando una pila de confusiones dentro de mi mente. Acaso era tan mala compañía o solo cometí el error de abrir mi bocota. Mordí mi labio inferior con tanta fuerza que pude sentir la sangre correr entre mis dientes, su sabor era tan áspero y agrio que hacía que mi garganta se quemara en cuanto se mezclaba con mi saliva y lograba tragarlo.
Y…entonces, en la soledad que me consumía lentamente me di cuenta de que era realmente lo que vi al abrir mis ojos, mire a ese pragmático y silencioso hombre que me observaba desde una distancia cercana a mi rostro. Era la persona más hermosa que haya visto en toda mi vida, durante estos dieciocho años he conocido gente bien parecida pero Justin rebasa los límites, su hermosa dentadura al sonreír, sus ojos brillosos que lloran al parpadear, la carnosidad en su boca pidiéndome a gritos que la bese; y su delicado y brilloso cabello color miel. Las cicatrices en sus pómulos no son más que marcas insensibles que cualquiera notaria si lo viera de cerca, pero no son nada comparadas con la perfecta manera en la que me mira. Además de ser la persona más sensiblemente fría que conozco, la única razón por la que deje de mirar su jodidamente precioso rostro fueron las heridas interminables en sus brazos tratando de cubrirse por tantos tatuajes como le fuera posible. La mayoría de su brazo izquierdo estaba repleto de tinta negra cubriendo sus músculos y mascullando las ligeras muestras de que alguna vez esas marcas existieron.
Me imagine de nuevo toda su figura, sus manos acariciando mi cuerpo mientras que sus palabras rebotaban sobre mi frente, haciendo que su aliento se sintiera tan lento; sin que el tiempo pasara. Solo él y yo; mi secuestrador y yo.Solo falta saber que pasaría, si todo esto termina. Si tiene que matarme o si no el terminaría muerto. ¿Qué pasara si reciben el dinero y me dejan ir? Terminará así de fácil; sin un adiós, sin nada que decir, más que un simple “Fue un gusto tenerte encerrada” o un “Jamás me importaste niña tonta” creo que cualquiera de las dos me dejaría hecha mierda.
(…)
La noción de tiempo se pasó volando, y mis muslos aún seguían en el suelo manteniendo un equilibrio para no caer en el profundo sueño que terminaría tirándome en algún momento. Mis parpados estaban a punto de caer hasta que unos enormes dedos de introdujeron debajo de mis piernas para elevarme, no espete ni una sola palabra, y puse mi brazo alrededor de sus hombros. Estaba segura de que era él.
– Estoy contigo. – menciono haciendo que mi cabeza quedara justo en el centro de su cuello, mientras que acariciaba mi cabello lentamente.
La sensación de felicidad recorrió mi cuerpo no dejando sin un solo lugar advertido de que Justin me correspondía. A pesar de todos los problemas que pudiera llegar a tener, él sentía algo por mí, algo verdadero.
Respire y mi sonrisa no se desvaneció sino hasta que deje de sentir su corazón cerca de mi pecho, mis pies tocaron el suelo dejando caer el peso completo de mi cuerpo; sus manos rozaron delicadamente las yemas de mis dedos logrando hacerme sentir un escalofrío. Y la peor parte llego, mis manos estaban libres, mis tobillos dejaron de arder con la soga alrededor de ellos, y mis ojos sabían lo que observaban. El cielo azul y un hermoso sol radiante frente a mis ojos, haciéndome sentir libre. Mis piernas querían correr, pero mi corazón quería quedarse justo donde estaba. Mis respiraciones se hicieron cortas y pesadas, me gire y lo mire derramar una lágrima sobre su camisa. Algo andaba mal.
Mis nervios incrementaron en el momento en el que se acercó y me abrazo, no se sentía como un “hasta luego” se sentía como un “adiós”. Logre que me soltara para mirarlo fijamente, esperando una respuesta; una sola palabra que me dijera que significa todo esto.
– Tienes que irte. – soltó antes de secar rápidamente una lagrima que estuvo a punto de salir de su ojo derecho.
– No. – dije negándome rotundamente. La posibilidad de escapar y salir corriendo dejo de invadirme en el instante en el que me di cuenta de que él es la única persona que ha estado conmigo más de dos segundos, diciendo lo mucho que le importo.
– Vete ahora que puedes. – contesto. – Antes de que me arrepienta.
– ¿Quieres que me valla? – pregunte como última alternativa.
– Vaya que eres estúpida. – el nudo en su garganta hizo que me diera cuenta de lo difícil que le resultaba insultarme. – Por supuesto, no tienes nada que hacer aquí.
La forma en la que me hacía señas, lograba que pareciera una típica despedida entre un perro y su dueño, mientras que le grita que ya no lo quiere para que se aleje sin sufrir. Pero esto no funciona conmigo, esto me está doliendo como ninguna otra cosa en mi vida.
– De acuerdo. – dije evitando llorar. – Pero antes de irme…
Después de la última palabra me acerque para besar su frente, mis piernas se alargaron completamente para lograr llegar al nivel de altura correcto, mis labios recorrieron un camino largo lleno de besos hasta llegar a su boca en donde me detuve para marcar uno pequeño en su comisura. No rebase esa línea; me detuve justo a tiempo. Por mucho que me doliera y por más que no resistiera la tentación de regresar y ser suya en un cálido beso por primera vez, tenía que ser fuerte.
Uno de mis pies dio el primer paso fuera de aquel lugar, el aire sostuvo parte del otro en el instante en que mi muñeca fue atrapada por su mano. La manera en la que nos miramos el uno al otro tiro los límites a la basura.
– Necesito solo uno, solo un beso... – dijo.
No basto más que un segundo para que mi boca sintiera sus labios. Esas ganas inmensas de que querer besarlo me invadieron, no pude más, ni siquiera deje que terminara de hablar cuando ya tenía su rostro entre las palmas de mis manos y mi boca fundida junto sus labios.
Su boca me hizo volar, era la primera vez que lo besaba, la primera y última vez que lo tendría solo para mí.
Sus manos se incrustaron en mi espalda mientras que nuestros cuerpos se juntaban cada vez más, esto me parecía un sueño, la manera en la que me lo pidió, en como tenía su cuerpo junto al mío.Y entonces la ilusión se quebró cuando se alejó de mí rápidamente…
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Stockholm syndrome (Justin Bieber y Tu)
Fanfiction"Un beso a la persona equivocada, lo convirtió en el rehén de su propio secuestro"