Capítulo 17. |Mi universo|

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"_______"

Levante la mirada mientras intentaba remplazar mis gritos ahogados con un silencio, mordiendo mi lengua. Justin me miraba culposo, intento tomar mis manos pero lo solté rápidamente.

– Explícalo. – dije molesta. Me gire para apretar mis puños por detrás de su mirada.

– Es una larga historia. – intento excusarse repentinamente.

– A juzgar por el cuerpo del hombre en el suelo, tenemos mucho tiempo. – ironice moviendo mi pie de abajo hacia arriba. – Entonces, habla de una buena vez.

– Mira, no sé cómo empezar. – tomo un respiro.

– Todo era tan confuso en ese momento y yo no quería perderte.

– Pero si aceptaste ese dinero. – contraataque con un entrecejo en el rostro.

– Lo hice por ti. – grito tomándome de ambos brazos.

– Eso no te hace una mejor persona. – conteste moviéndome descontrolada. – Suéltame Justin, no quiero hacerte daño.

– Jamás lo harías. – dijo suspirando.

– ¿Quieres apostar? – pregunte mirándolo a los ojos. Intente soltarme una vez más pero me detuvo tomándome por la cintura. – Ésta bien, tú te lo ganaste. – le advertí metiendo mi mano por su camisa y pellizcando uno de sus pechos.

– Eso es un golpe bajo. – se quejó sobándose.

– No te portes lindo, no intentes si quiera pretender que esto es un juego. – chille cruzando mis brazos en señal de molestia.

– No quiero que te molestes más, solo necesito que olvides todo. – espeto observándome triste.

– No tengo memoria de corto plazo, Justin. – respondí tocando mi cabeza.

– Desearía que la tuvieras. – añadió acercándose para tocar mi mejilla.

– Vale ¿Quieres que te arranque un pezón? – dije defendiéndome para señalarle que se alejara. – Sigue hablando antes de que me vaya.

– No, por favor no. – suplico.

– Entonces no me hagas enojar. – gruñí molesta.

– De acuerdo linda. – comento, lo mire alzando una ceja. – Perdón, no puedo evitarlo.

– Pues más vale que trates. – dije casi gritando; me altere en el instante que note que Peet (como Justin lo había nombrado antes) estaba a punto de levantarse.

– Justin. – susurre casi temblando.

– ¿Qué? – respondió preocupado al verme levantar mi dedo para señalar justo detrás de él.

Me quede totalmente pasmada y no pude abrir la boca. El temor estaba irradiándome; tenía tanto miedo y no exactamente por mí. Aparte a Justin del frente para que el enorme hombre no le cayera encima; caímos al suelo un encima del otro e ilusamente Justin creyó que ya todo estaba perdonado e intento besarme.

– No. – le asegure cortante.

– Vamos _______ solo uno. – menciono deseoso, tomo mi rostro entre sus manos pero me aleje aventándolo hasta el otro lado.

– ¿Pero qué diablos? – se quejó apretando su estómago, había olvidado por completo que las heridas de bala aun seguían frescas. Justin se giró para ver al frente y se percató de la advertencia de hace unos segundos, se levantó para ponerse enfrente de mi cuerpo, todavía en el suelo. Como una barrera intentando protegerme.

– Hazte para atrás, pequeña. – me advirtió cambiando totalmente de actitud; nunca lo había visto molesto, a decir verdad solo escuche aquella pelea hace unas semanas. Y justo ahora me arrepentía de no haber noqueado a ese estúpido.

– Pero... – intervine, deseando que Justin le diera una paliza.

– Nada mejor; sal de aquí. – menciono. – ¡Que te vayas!

– No, esta vez no te haré caso. – respondí alterada, no tenía la intención de dejarlo solo; no ahora que está en peligro, estoy consciente de que no lograre mucho pero esta vez luchare.

– Querías irte; pues ahora te estoy dando permiso de hacerlo. – contesto e intente no malinterpretar sus palabras para tomarlo bien.

– Nunca espere a que me lo dieras. – le advertí tratando de que me mirara y no siguiera con esta absurda pelea.

– Lárgate, no quiero que te pase nada. – susurro mirando a Peet levantarse del piso, valla que ese hombre era lento.

– Olvídate de mí por un segundo, no soy el centro del universo. – añadí regañándolo.

– Por supuesto que no lo eres. – replico. – Tú eres mi universo.

Intente no sentirme obligada a contestar; me sentía presionada; entrecerré los ojos y evite cualquier contacto con los ojos de Justin.
Me quede en el mismo lugar, cuando vi que Peet clavo un golpe en el abdomen de Justin, él se quejó silenciosamente pero en el fondo estoy segura de que esta gritando de dolor; ambos comenzaron a rodar por la casa alternando golpes, claramente el hombre sin un ojo llevaba la delantera gracias a la debilidad de Justin. Tape mi boca sorprendida ante la sangre que sobresalía de su camisa.

– Oh Justin, para ya por favor. – grite tratando de no sonar alarmante. – Estas sangrando.

– Y sucederá más que eso, linda. – contesto Peet mirándome de pies a cabeza con una cara de pocos amigos.

– No la llames de esa manera. – Justin se alejó brincando en pose de boxeador. Dejo llevar sus implacables puños sobre el torso del hombre, observe su ADN resbalar por sus dientes y de un momento a otro ya no veía de pie al tipo, solo quedaba su rastro en el piso.

Él se acercó a mí tambaleándose y al término de un par de pasos se derribó; corrí hasta Justin con lágrimas en mis mejillas, grite asustada antes de arrodillarme para asegurarme de que estaba bien. Me miro sonriente después de ver que mis brazos lo rodearon.

– Lo siento. – comento sufriendo. – Te explicare todo lo que sucedió.

– No hables. – le suplique. – ¿Por qué siempre tiene que suceder esto Dios?

Limpie mi rostro no dejando caer a Justin, pero su cuerpo comenzó a sentirse tan pesado como una caja de pescado fresco, no es que lo comparara pero mi mente no me daba para pensar en un mejor sobrenombre. Los nervios estaban a flor de piel.

– Creo que no está de nuestro lado. – bromeo un poco adolorido; intercambie la pierna con la que lo sostenía, acaricie su mejilla y plasme un delicado beso sobre sus labios.

– ¿Estoy perdonado? – pregunto tratando de elevar una sonrisa.

– Perdonado. – asentí animándolo. – Te amo.
– Te amo, mi niña. Solo mía…

Cerró los ojos, y no podía creer que esto estuviera pasando de nuevo. Una vez más la vida se está llevando a lo más importante. Atraje su cuerpo hasta mí y solloce sobre su pecho.

“Pierdes, pierdes todo de una u otro manera; sin pensar que pudiste disfrutar de aquello últimos momentos con esa persona. Pero la necedad te domino dejándote caer en solo una pieza pero por dentro, rota en mil pedazos.”

Stockholm syndrome (Justin Bieber y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora