Capítulo 8 "Ascensión"

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"Cuando esté listo para borrar mis heridas, dame tu palabra de que dejarás de matarme..." –S.L.


Su respiración era acompasada y tranquila mientras yacía desnudo entre las telas de seda que jugaban a ocultar su desnudez de la mirada ajena; salió de la cama procurando que el silencio fuera suficiente para no ser sorprendido y se acercó a un rincón donde la espada del príncipe yacía en su mayor esplendor. Desenvainó la hoja de acero cuando se halló frente a la cama y dejó caer la funda para tomar el arma con ambas manos.

"Termina con su vida y recuperarás tu cuerpo y tu libertad"

Elevó el acero tomando una respiración profunda, pero pronto perdió el coraje que le había acompañado cuando regresó a esa habitación; trató de ser rápido y silencioso, pero la hoja afilada se detuvo mucho antes de acercarse a su piel. El príncipe sabía, estaba seguro de que por ello le había dejado descansar a su lado; sabía que si trataba de hacerle algo sería asesinado mucho antes de que pudiera abandonar el palacio y probablemente su hermana sería arrastrada a ello debido a su traición a la corona.

–Ha ganado por última vez, príncipe –susurró.


~°~


"Dale solo lo que tú desees y hazle creer que es lo que necesita"

Sus pasos hicieron un eco casi silencioso sobre la tierra.

"Un hombre poderoso cree no necesitar a nadie, pero ignora el peso de la soledad, por ello debes volverte indispensable para él, demuéstrale que eres el único en el que puede confiar, que solo te necesita a ti y entonces, él será tuyo"

–¡Aaah! –gruñó y la espada chocó con fuerza contra la de su oponente, provocando que retrocediera con pasos torpes mientras trataba de no ceder contra la fuerza del impacto.

"Recuerda, él puede tener el cuerpo que desee, pero nunca tendrá uno como el tuyo; en la guerra la apariencia no importa siempre y cuando el arma pueda acabar con el enemigo y tú debes ser esa arma... mortífero, salvaje y delicado al mismo tiempo"

Le empujó con su escudo y blandió su espada con un hábil movimiento, comenzando a crear un sonido metálico casi como un chirrido.

"Pasión, comprensión e inteligencia... si los dominas, cualquier hombre o mujer será tuyo, incluso el más desalmado, porque en el fondo, todos desean ser comprendidos aun cuando saben que se equivocan"

La espada continuaba buscando desgarrar el acero del escudo, se detuvo fingiendo darle un respiro y cuando el arma contraria se elevó en el aire, le empujó con el escudo, movió su hoja buscando dañar su agarre y sonrió con triunfo cuando la hoja de aceró cayó sobre la hierba, por lo que entonces le derribó, puso su pie sobre su brazo impidiéndole usar su escudo para protegerse y apuntó la cresta de su espada hacia su cuello antes de que pudiera intentar algo para defenderse.

–La batalla la gana el lobo de la montaña.

Miró hacia el pequeño público y sonrió de medio lado al encontrarse con la mirada del príncipe sentado a un lado del rey sobre la plataforma. Hizo una inclinación cordial hacia él y le perdió de vista cuando fue momento de retirarse del campo de batalla para que los siguientes contendientes se acercaran.

"Todos piensan que vender su cuerpo es sencillo, que la unión de ambos sexos es suficiente para satisfacer a todo hombre o mujer, pero no es así... al igual que la herrería, la prostitución es un arte que no todos pueden dominar; la seducción es una gama compleja y extensa de detalles porque incluso un olor, una mirada o un color de labios pueden convertirte en el objeto de deseo más terrible de una persona"

Enslaved {KyuSung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora