De alguna forma, aquel raro remedio había logrado que las fuerzas comenzaran a regresar poco a poco a su guardia y fue en aquellos momentos donde se preguntaba por qué lo había hecho simplemente y no le había alertado, él debió saberlo si supo de qué veneno se trataba, ¿pero por qué había tenido que ir tan lejos? Y aunque le había dicho que era a causa de él se preguntó si realmente tenía que ver con sus obligaciones o había intentado cruzar una línea que no debía con la intención de obtener su libertad a pesar de lo horrible de la opción.
Le miró en silencio mientras estaba a horcajadas entre sus piernas y a pesar de que el menor era quien no llevaba ropa, se sintió vulnerable incluso con sus ropajes ostentosos. Sostuvo su rostro con su mano izquierda mientras usaba la derecha como apoyo en aquella posición y se acercó lentamente hasta sentir su aliento, anunciando la cercanía de sus labios a los suyos. Lo besó.
Le había dicho que deseaba que se curara pronto para poder tenerlo en la cama, pero en el fondo eso no era del todo cierto, no quería verlo morir, así que tenía que hacerlo, aunque fuera para cumplir con sus órdenes. Llevó sus manos a su pecho y deslizó las telas por sus hombros una vez que se deshizo de las piezas que la mantenían aferrada a su cuerpo; se desnudó mientras estaba sobre su regazo y no apartó su mirada de la suya en ningún momento, esperando poder ver algo que le dijera que algunos de sus pensamientos estaban equivocados.
–Dime, ¿qué es lo que causa que me complazcas? –cuestionó antes de acercarse a su cuello para besarlo–, ¿es acaso mi palabra o hay alguna clase de deseo oculto por el cuerpo de tu rey?
–¿Qué desea escuchar? –preguntó, sintiendo las manos del moreno tocando su cuerpo–, temo que de equivocarme las consecuencias sean muchas.
"Quiero que me desees de la misma forma extraña en que yo lo hago"
–Quiero... –y se arrepintió apenas comenzar su diálogo– que satisfagas a tu señor como no lo has hecho antes.
–Lo haré entonces.
Si el antiguo rey supiera lo que sucedía detrás de las puertas de sus aposentos, estaba seguro pensaría que era humillante que su hijo y el rey le permitiera a un simple concubino tomarlo cuando debería ser al contrario, pero por alguna razón, creyó que no podría de ser otra forma.
–¡Aaah! –gritó de placer y disfrutó de la extraña sensación del menor reclamando su intimidad con su propia semilla.
Lo besó hasta que sus labios enrojecieron y acarició su piel blanca hasta que sintió que estaba colmado de él esa noche.
–Me perteneces, lo sabes, ¿cierto? –dijo mientras veía su cuello desnudo y percibía el metal frío en sus dedos debido a la lejanía con su dueño.
–Su marca así lo dice, majestad –sus palabras eran frías al igual que el metal que sujetó a su cuello y a pesar de eso, su deseo de posesión no cambió en absoluto.
~°~
El viaje había transcurrido en silencio y pese a ser el guardia de la princesa, su condición masculina le impedía acercarse en muchos momentos donde las mujeres necesitaban privacidad, por lo que Jiyoung parecía ser la persona que más tiempo pasaba con ella y podía preguntar acerca de lo sucedido en el castillo de los regentes de Maljut.
Los guardias se sorprendieron cuando la caravana completa regresó y fue el rey quien pareció mucho más confundido por la situación porque lo único que esperaba de su parte era una invitación para la celebración del matrimonio de una de sus hijas.
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Enslaved {KyuSung}
Hayran KurguHabía conocido la tentación en el pasado y pese a ser un fuerte opositor de los caprichos, pronto se dio cuenta que deseaba tener el poder de manipular aquel temple que se mostraba sin temor y una firmeza que pocos poseían en su posición; deseaba es...