Capítulo 15 "Las quimeras de la corona"

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"Nunca te dejaré ir, nunca me cansaré de ti..."


Lo observa desde la distancia mientras entrena en el campo de batalla del castillo y no puede evitar sentir su corazón ansioso cuando el arma contraria se blande contra él sin temor, sin importarle si la carne es cercenada con aquellos movimientos bruscos y feroces; es un guerrero e incluso él lo es detrás de sus ornamentos y sus títulos, pero algo cambió, definitivamente, algo lo había hecho, porque no había otra razón que pudiera explicar la sensación que percibía en él mientras observaba aquel encuentro.

–¿Siempre haces esto? –Había seguido otro camino después de terminar el entrenamiento, por lo que siguió sus pasos en silencio hasta encontrarle a medio vestir en las caballerizas con el cuerpo acalorado y un par de depresiones cada vez más notorias en su vientre mientras usaba una roca para machacar algo que creyó reconocer.

–No debería estar aquí –dijo siguiendo con lo que hacía.

–No soy el único que no debería –respondió acercándose, viendo un par de enrojecimientos que estaba seguro habían sido causados por aquellos ataques en el campo–. Le diré a Jungsoo... –y calló al verse sorprendido cuando el castaño rechazó su toque apenas sus dedos iban a alcanzar su hombro mientras estaba sentado en aquel trozo de madera con rastros de heno usado para alimentar a los caballos.

–Mi cuerpo estará bien para esta noche igual que siempre, majestad –dijo–, así que ahora que ya sabe que su concubino cumplirá con su papel, regrese al interior del castillo o los sirvientes comenzarán a hablar sobre su ausencia.

–Le pediré a Jungsoo que hable con el médico real, así que deja eso, no quiero sentir ese desagradable aroma mientras me acompañas en mis recorridos.

Vio la pasta verde esparcirse en el suelo después de que el pelinegro la apartara de un golpe de sus manos y pudo ver al mayor abandonar el establo sin decir una palabra más.

Su mirada era severa y no necesitaba mirarlo para saberlo porque podía sentir aquellos profundos y penetrantes ojos negros sobre él mientras el sirviente principal llevaba a cabo la tarea de una doncella del palacio, poniendo aquellos cataplasmas en su cuerpo a pesar de su deseo de no necesitar la ayuda cuando se le había dejado claro en el pasado que no podía tenerla a menos que su vida estuviera en riesgo.

–Haz tu tarea rápido, Jungsoo. –Comenzaba a sentirse molesto y le tomó un momento entender que no le agradaba que las manos de otra persona acariciaran la piel de alguien que le pertenecía solamente a él.

–He terminado, su majestad –dijo haciendo una venia en señal de respeto y aunque no estaba seguro del todo, creyó reconocer un sentimiento que los ojos del rey Jonghoon nunca habían reflejado hacia él.

–Retírate –el mayor obedeció y salió de la habitación en silencio, cerrando las puertas detrás de él.

Kyuhyun conservó el silencio que había creado desde que ingresó a la habitación y pudo sentir una mano deslizarse por su cuello y su hombro hacia su pecho después de que los pasos le avisaran del rey aproximándose al lugar donde se hallaba sentado.

–Tu cuerpo comienza a moldearse con el paso de los días, ¿acaso no eres ya lo suficiente seductor? –podía notar los estragos del entrenamiento en su figura y aunque antes delgada y pulcra, ahora poco a poco se volvía más similar al cuerpo de un joven guerrero; su vientre parecía un nuevo paisaje formándose por las lluvias en torres de arena y su pecho se alzaba más, mostrando con orgullo un par de botones que florecían al toque ajeno. No deseaba que le mostrara eso a nadie más salvo a él, temiendo que la tentación de su cuerpo le hiciera la fantasía culpable de cualquiera lo suficientemente loco para mirar algo que pertenecía al rey.

Enslaved {KyuSung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora