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Todo se fue a la mierda en un par de minutos, literal.

Días después de cumplir los 14 años, las cosas se pusieron muy mal para mí. Exactamente el 27 de diciembre de 2014, todo lo que pasó desbarató más mi familia y de paso, desbarató aún más mi amistad con Azul.

Azul y yo tuvimos que pasar juntos cientos de cosas dolorosas cuando estábamos pequeños (¿se imaginan tener que pasar por algo sumamente doloroso cuando solo eres un crío de 8-9 años y la única persona que tienes para ayudarte y entenderte es tu amigo de la misma edad?) Todo fue una puta mierda y nosotros jamás hicimos nada para que la mala situación se arreglara, vivimos muchos años con ello hasta que finalmente, la verdad salió al aire.

No entraré en detalles sobre lo que pasó, pero fue realmente malo, muy malo. Azul cayó en depresión meses antes del 27 de diciembre, en una de las sesiones con la psicóloga le contó la verdad y la psicóloga tuvo que hablar con sus padres, una vez su madre lo supo, habló con mi tía y esta, a su vez, con mamá.

Ese día, el 27, mi tía llegó a casa llorando por lo que la mamá de Azul le había contado, todo el mundo estaba destrozado. Mi tía le contó a mi madre lo que había pasado, yo mientras tanto escucha atento a lo que Azul había dicho, todo era cierto y cuando mi tía hubo terminado con mamá, lo único que pude decir fue "sí, todo es cierto" y ese fue el principio del fin.

Relatos de un chico trans Donde viven las historias. Descúbrelo ahora