AMBER CLAYTON
Miro una última vez hacia atrás, nada de Ashton. Una sonrisa de victoria se me dibuja en los labios, pero se me borra al instante que mi cuerpo choca contra algo sólido y fuerte haciéndome caer de trasero y dándome un gran golpe en mis núcleos. Levanto lentamente la mirada pero eso fue un gran error, unos intensos ojos azules me miran con diversión.
—Claro, se me había olvidado que estoy tratando de escapar de un jugador de fútbol americano— digo mientras ruedo los ojos, oigo una carcajada de su parte.
—¿Te ayudo o prefieres quedarte sentada en el suelo? — pregunta mientras extiende una de sus manos para ayudarme a levantarme, lo pienso por unos segundos pero al final acepto su ayuda. En un jalón rápido hace que en segundos me encuentre de pié pero ese gesto, ese mini gesto hace que mi rostro quede a centimetros del suyo, esto es super incómodo.
¡Dios! ¿Tan perfectos son sus ojos de cerca?
Sus ojos azules examinan mi rostro con atención, mi corazón a comenzado a latir a un ritmo sobre natural. Mis fosas nasales están inhalando su perfume, creo que ya sé porque dicen que el perfume de un hombre es la droga de una mujer.
¡Su perfumes huele a gloria! Bueno no, te estamos perdiendo Amber.
—¿Ahora si vas a dejar que te lleve a la Universidad? — pregunta haciéndome volver a la realidad, rápidamente pongo distancia entre los dos.
—No entiendo porque te empeñas a no dejarme ir en taxi, no soy tu hermana para que me cuides— me quejo mientras lo reto con la mirada, veo como su cuerpo se tensa ante mi comentario.
—Si quieres una respuesta ante eso, sígueme y la tendrás— fue lo único que dijo antes de echarse a andar hacia su auto, lo miro confundida. ¿Qué quizo decir con eso? ¿Que me suba a su auto y me valla con él a nosé dónde? Oh vamos, tiene que estar loco.
Aunque pensándolo bién me quitaría un peso de encima, las ganas de saber el porqué de sus actos hacia mí me comen viva. Además que tiene de malo faltar una vez a clases, sé que cuando llegue voy a tener a Connor encima mío como un Agente del FBI. Me doy media vuelta y camino hacia su auto, una vez en el asiento del copiloto lo fulmino con la mirada.
—Espero que tengas una buena razón para que pierda mis clases— le digo, una sonrisa se le dibuja en sus labios. Ojalá no me arrepienta después de la desición que acabo de tomar.
[]
Miro a travéz de la venta ¿Qué coños hacemos en medio de un busque? ¿Duramos una hora solo para esto? Oh vamos me tiene que estar jodiendo.
—No pongas esa cara y camina señorita Clayton— ordena Ashton antes de salir del auto, lo miro con cara de pocos amigos y repito su acción. Pero este es el momento donde maldigo el hecho de aver traído tacones bajos.
—¿Qué se supone que haremos? ¿Cazar o jugar al escondite? — me burlo mientras intento quitarme mis zapatos, siento su mirada en mí pero no le pongo mucha atención.
—¿Eres buena caminando? — pregunta, levanto la mirada confundida.
—Depende— le contesto, él me mira serio.
—Eso no es una respuesta— inquiere con obviedad— Deja esos zapatos en el auto y pon esos pies a andar— ordena, ruedo los ojos y hago lo que me pide. Que más dá, en éste momento lo único que puedo hacer es lo que él me diga.
—Espero que valga la pena— le digo, él me mira por última vez y comienza a caminar adentrándose al bosque, me pongo en marcha atrás de él y con forme caminamos no puedo evitar mirar a mi alrededor, árboles y más árboles es lo único que se vé. Pero gracias a mi torpeza choqué contra un árbol grande haciéndome caer de trasero, eso fue exacto como lo hice con Ashton. Miro a Ashton rápidamente para confirmar que aún no se a dado cuenta de lo sucedido, pero gracias al cielo él sigue caminando normal.
ESTÁS LEYENDO
La Hija Del Presidente [editando]
RomanceAmber Clayton es una jóven que no le gusta la política y mucho menos ser una chica fresa. Por desgracia su padre es el Presidente de los Estados Unidos, Amber se ve obligada a asistir a fiestas elegantes y a cenas. Llega un día en el que se cansa d...