Capítulo 25: Mr. Problemas

5.8K 294 3
                                    

NOAH PERKINS

Tomo de mi batido con lentitud mientras miro fijamente a Ashton y a Kate a unos metros de distancia, hablan tan animadamente que siento ganas de ir a separarlos de una vez por todas. No sé que pretende Ashton, no me gusta la idea de que hable con ella. No es por ser egoísta pero ¿cómo quieren que me sienta? Ashton solo lleva puesto un short deportivo, su dorso se encuentra totalmente descubierto. Y lo peor de todo es que el short deportivo se encuentra mojado lo cual hace que se ajuste a su trasero. A veces siento envidia por ese detalle, sé que por más que valla al gimnacio no tendré ese cuerpo.

Miro de reojo al coach, se encuentra tan entretenido con los chicos que no se ha dado cuenta de lo está haciendo su hija. Con discreción me hacerco un poco más a la pareja, nesecito escuchar que es lo que están hablando.

—Sí, fue algo totalmente vergonzoso— habla Kate mientras ríe con diversión, Ashton ríe también. ¿De qué diablos hablan?

Aún no entiendo, en tan solo unos minutos hablando y ya se tienen tanta confianza ¡y yo llevo un año intentando hablarle y que no me rechace! Ashton Green, te estas metiendo en un grave problema.

—¡¿Qué coños pasa aquí?!— grita el coach desde la piscina, haciendo que bote mi batido del susto. Ashton y Kate rápidamente lo volvieron a ver, imite su gesto, trago duro al ver la cara del coach. Parece un búfalo totalmente furioso, el cual sale a paso rápido de su lago pero en este caso es la piscina.

Hasta aquí llegaste Green.

—¿Qué haces con mi hija Green? — pregunta el coach llegando frente a Ashton y haciendo a un lado a Kate. Ashton se ha puesto totalmente palido, creo que ni respira.

—Yo... — fue la única palabra de salió de la boca de Ashton, todos a mi alrededor observan el espectáculo.

—Bill, contrólate— ordena Kate a su lado, el coach deja de mirar a Ashton y posa su mirada en ella.

—¿Cuántas veces te tengo que repetir, que con mis muchachos no te metas? — pregunta el coach, si la mirada matara Kate estaría más que muerta.

—¡No me puedes prohibir nada! — gruñe encaprichada Kate, creo que esto no vá a terminar bién.

—Bién, creo que es hora de irnos a bañar— hablo haciendo señas con mis manos para que todos nos vallamos, ellos asienten con la cabeza y se comienzan a retirar. Hago lo mismo pero al pasar al lado de Ashton lo tomo fuerte de su brazo derecho.

—Tenemos que hablar— hablo casí en un susurro, antes de jalarlo hacia dentro de la casa.

[]

—¿Pretende que te crea tanto cuento? — inquiero con aburrimiento, Ashton se encuentra frente a mí. Me ha explicado todo sobre lo ocurrido con Kate pero ¿en serio cree que le crea que lo hizo por mí? Sé que Ashton no son de esos chicos que pasan ligando con todas la chicas pero hay algo que no me cuadra.

¿Porqué lo hace?

— No hace falta que me creas, cuando veas el resultado te responderas tu solo las preguntas— habla frente a mí, ruedo los ojos. Creo que pelear por una chica, es lo más estúpido que podemos hacer.

—Bién y según tú ¿cómo pretendes ayudarme con Kate? — pregunto con curiosidad, no debería de dudar de él. Ha sido uno de los mejores amigos que tengo, no sé que me pasa y porqué me llegué a comportar tan mal.

—Fácil— dice mientras se acomoda mejor en la cama— cuando hablé con ella, me contó que le gusta como la trates, le llama mucho la atención el buen humor y sobre todo el físico— me dice, lo miro con atención. Talvez con el físico estoy salvado pero ¿buen humor?

—¿Cómo pretende que tenga buen humor, sí ella es más amargada que yo? — inquiero con fastidio, Ashton se ríe desde su lugar. Tomo un balón de fútbol americano en mi mano y lo comienzo a lanzar hacia arriba para volverlo a atrapar.

—Has el esfuerzo, talvez así tengas puntos de tu parte— habla Ashton, sigo jugando con el balón sin decir nada.

—Hay algo que no entiendo— opino ganandome así la atención de Ashton— ¿Porqué ella es amable con todos, menos conmigo? — pregunto confundido, veo de reojo como Ashton se encoge de hombros.

—Eres la excepción, eso es bueno— opina Ashton, atrapo el balón en mis manos y lo miro con cara de pocos amigos.

—No me estas ayudando— hablo mientras vuelvo a jugar con el balón, oigo una carcajada por parte de Ashton.

—En lugar de quejarte deberías de darme las gracias, ahora mismo estoy en un grave problema con el coach y lo peor de todo es que nosé si pueda escapar de ésta— habla Ashton, detengo de nuevo el balón y poso mi mirada en él.

—Tendrás mi ayuda en todo momento— le digo, él posa su mirada en mí y me sonríe sastifecho con lo que acabo de decir. Señor problemas, eso es lo que realmente eres Ashton Green.


AMBER CLAYTON


Me dejo caer con pesadez en mi cama, el día de hoy se me hicieron las clases eternas. En Filosofía el profesor no para de hablar y de escribir, estuve a punto de quebrar el lápiz por escribir muy rápido. En este momento lo que quiero es darme una ducha y dormir sin límite.

—Toma— oigo la voz de Connor pero después un objeto golpea mi cabeza y cae a mi lado.

—¡Auch! — me quejo, mientras sobo la parte golpeada, me incorporo en la cama y lo fulmino con la mirada.

—Solo, no lo maltrates— dice para después salir de mi recámara, lo miro confundida. ¿Que no maltrate a qué? Creo que Connor habla en claves. Giro mi cabeza en dirección donde había caído el objeto pero para mi grata sorpresa es una llave, rápidamente la tomo en mi mano y la examino con lentitud.

Diablos, es la llave del auto de Connor. Bueno por lo menos cumplió lo que me dijo, ahora mismo él goza de un auto del año mientras a mi me toca usar el de él. Rápidamente tomo mi celular y marco el número de Ethan, creo que desde el día de hoy necesitaré las clases de manejo.

—Clayton, estoy algo ocupado— contesta al tercer timbre, ruedo los ojos. Bonita forma de contestar, típico de Ethan Hamilton.

— Cuando te desocupes, necesitaré que me des clases de manejo— le digo algo emocionada, cuando oigo un suspiro de frustración de su parte me apresuro a hablar— Y no quiero un no de tu parte— hablo, sé que soy un peligro en la carretera o eso es lo que me dijo Ethan la primera vez que me dió mis clases de manejo.

—Bién, cuatro de la tarde— me informa, sonrío con victoria.

—Gracias— me despido para después colgar. Me prepararé mentalmente para los regaños de Ethan, la primera vez casi me deja sorda y sobre todo traumada.

La Hija Del Presidente [editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora