–Ah...– suspiró la chica con algo de pesadez.– Todo vuelve al pasado, cuando yo entré a este instituto. ¿Recordáis cuándo empecé a juntarme con vosotros?
–Más o menos a mitad de curso si no me equivoco.– respondió algo pensativa la rubia, sin estar del todo segura.–
–Exacto.– respondió la de cabello lila, señalándola con el dedo índice.–
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Una alumna nueva en un instituto lleno de grupos. Y, ¿qué hace una alumna nueva rodeada de gente sin saber muy bien con quien irse? Se junta con las populares.En aquel entonces ella era Amatista, la niña que acababa de entrar, y con su personalidad extrovertida ella confiaba que podría hacer amigos con rapidez.
Recuerda la primera vez que se encontró con Garnet. Una chica razonable y muy alta, de pocas palabras. Ella fue la que le animo a salir con su grupo de amigas. Y así lo hizo.
Era un grupo de chicas y chicos. Además de ella y Garnet había dos chicas más, Lapis y Jasper. Los chicos eran otros cuantos, pero Amatista no los llegó a conocer muy bien ya que ellos salían con varios grupitos.
Pasaron unos seis meses aproximadamente desde el momento en que se conocieron, pero cada vez sentían como si congeniaran aún menos con ellas, así que Garnet y la de hebras lilas decidieron cortar el contacto con ellas. Y fin.
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–¿Y por qué?– preguntó la curiosa Peridot. ––Ya te lo he dicho, porque no nos gustaba su actitud. Así acabé juntándome con vosotros además de Garnet y Perla.
La rubia decidió guardar silencio y no preguntar más. Si su amiga había dado esa respuesta era porque no quería que le preguntaran más y ella era precavida, no quería meterse en problemas ni andar de cotilla.
Perla y Garnet aparecieron por el patio entre risas. Vieron a lo lejos a su amiga junto a Steven y Peridot así que no dudaron en ir a hablar con ella.
–Chicos.– saludó Garnet con su habitual tono monótono.–
–¿Qué tal estáis?– preguntó Perla con una leve sonrisa, con su característica amabilidad y respeto.–
– ¡Hemos acabado con los exámenes! ¿Cómo quieres que estemos?– dijo una emocionada Amatista, sacándole un suspiro a la más alta.–
–No cambias.
Peridot y Steven rieron al unísono. Les hacía gracia las discusiones entre sus dos amigas.
El recreo llegó a su fin, indicándole al grupito que debían volver a sus correspondientes clases. Tras varias quejas de Steven y Amatista y unos cuantos regaños por parte de Perla, todos volvieron a sus aulas.
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La rubia ya estaba llegando a su casa, cuando se encontró de nuevo a la misteriosa peliazul apoyada en la valla que separaba a las dos casas.–Hey Peridot.– saludó la joven con tono despreocupado.–
–¡Hola Lapis!– saludó con alegría la contraria, haciendo que la de cabellos azules esbozara una leve sonrisa.– ¿Qué tal todo?– añadió.–
–Como siempre. – respondió con simpleza, encogiéndose de hombros.– ¿Y tú?
–¡Oh! Pues bien.– sonrió la rubia.– ¡Me ha ido bastante bien en la prueba de geografía así que no me puedo quejar!
–Como no, eres una empollona. Apuesto a que pasas por lo menos una tarde entera sin apartar la vista del libro.– dijo con sorna la de ojos azules, posando un cigarrillo sobre sus labios.–
–¡Oh no! La verdad es que me es fácil estudiar, no tardó mucho en memorizar las cosas.
–Vaya. Bueno, paso de hablar del colegio, la verdad es que yo estoy lo suficientemente cansada de toda esa mierda.
– La verdad es que yo también. No puedo esperar a que sea fin de semana.– suspiró con algo de cansancio la de gafas.–
–¿Para estudiar aún más?
—¡No! ¡Que tengo también vida social!
La de pelo azul se rió ante el comentario de la chica.
–Bueno, pues entonces, ¿por qué no sales el viernes conmigo y mi grupo de amigas en vez de quedarte en casa estudiando?
–Pues vale.
–Entonces es un hecho. A las ocho en el muelle. No llegues tarde.– y esto fue la despedida ya que Lapis se dio la vuelta y sacó las llaves, abriendo la verja del jardín de la casa que estaba justo al lado de la suya.–
Sus ojos se abrieron como platos y sintió la boca seca.
"¿Ella es mi vecina? ¿La vecina de la que mamá siempre me ha tratado de alejar?"
Entró a su casa tratando de alejar la maraña de pensamientos que se estaba formando en su cabeza. ¿Por qué su madre siempre había evitado que se acercara a ella? ¿Acaso es porque ella es una chica mala?
Sin darse cuenta, tenía a su madre enfrente de ella, moviendo la mano frente a su rostro, tratando de sacar a su hija de sus pensamientos.
–¿Querida?– la voz dulce de su madre entró a sus oídos.–
–Mamá. ¿Por qué nunca me has dejado juntarme con la vecina?– la pregunta fue directa, llegando a su madre como un balde de agua fría.–
La expresión de su madre calmada, apacible y tranquila se desvaneció, dando paso al desconcierto y algo de temor.
–E-Es por tu bien mi amor. No debes juntarte con niñas como ella, con una familia como la suya.
La rubia alzó una de sus cejas, expectante. Pero su madre cambió de tema directamente, tratando de evadir posibles preguntas.
–Bueno cariño, tu almuerzo está sobre la mesa. Anda y cómetelo antes de que se enfríe.
Entró no muy convencida al comedor, aún con la duda. Pero se sentó en la mesa sin rechistar, tratando de no tener ninguna pelea con su madre.
Miró a la casa de al lado, vagando entre sus pensamientos y suposiciones, preguntándose:
"¿Qué es lo que sucede con Lapis?"
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Al otro lado del jardín [Peridot X Lapis] Steven Universe. AU
FanfictionElla desde que tiene memoria, recuerda que su madre siempre la había alejado del jardín de los vecinos. Peridot siempre se había preguntado, ¿quién era la que vivía al otro lado del jardín?