Capítulo 4

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La mirada intensa de la albina recaía sobre la de cabello azul, que ni siquiera le daba la cara.

Y en medio de esa tensión estaba Peridot, mirando pasmada la escena, sin querer preguntar siquiera el nombre de la gran chica. El miedo había hecho de su lengua un nudo.

–Lapis.–la voz fuerte de la chica la llamó, pero Lapis seguía ignorándola.–

La gran mujer frunció el ceño y apretó los puños, asustando aún más a la pequeña Peridot. A pesar de todo, le relajaba que las dos chicas actuaran cómo si ella no estuviese allí.

La gran mano morena de la chica se posó con brusquedad en el brazo de Lapis, haciendo que ésta apretara el puño.

–¿¡Qué!?– la chica chilló esto exasperada, con algo de rabia.–

–¿Por qué no estabas en el lugar en el que siempre quedamos? ¿Y quién es ella?– la mirada amarillenta de la albina se posó sobre la de ojos verdes, haciendo que un escalofrío recorriera toda su espalda.–

–Entramos aquí porque habíamos llegado demasiado temprano Jasper. Y ella es Peridot, es una nueva amiga mía.

La más alta parecía estar analizando lo que acababa de decir la chica. Suspiró con algo de pesadez y volvió su vista de nuevo a los ojos azulados de Lapis.

–Nunca cambias...– dijo la muchacha con algo de nostalgia. Volvió su cuerpo hasta quedar frente a la rubia.–Bueno, yo soy Jasper, encantada.– se presentó la chica alta extendiendo su mano frente a la de ojos verdes, aún con esa voz severa.–

–Y-Yo soy Peridot. Es un gusto.– respondió la chica tratando de sonar lo menos nerviosa posible.–

Las tres chicas salieron del establecimiento sumergidas en un silencio que tan sólo rompían el resto de personas del lugar que ya estaban hablando tan animadamente como antes.

El frío chocó con el rostro de Peridot al salir a la calle. Apenas había ya un rayo de sol que iluminara la ciudad. La gente ya iba de camino a sus casas, tras una larga jornada de trabajo, a pasar el resto del día con su familia.

Sin embargo, los adolescentes, como ellas, ahora salían de sus hogares, dispuestos a ir a una buena fiesta o a simplemente hablar con sus amigos tras una agotadora semana de exámenes y estudio constante.

–Bien, ¿vamos a donde siempre?–le sonrió Jasper a la de cabello azul.–

Lapis tan sólo asintió levemente. Ella iba entre Peridot y Jasper, y la rubia tenía un mal presentimiento sobre esa tal Jasper. Por lo que había visto era violenta y muy impaciente, era agresiva, asustaba bastante al que la viera.

Caminaban a paso tranquilo en ese mismo silencio de antes. Jasper sujetaba el brazo de Lapis con fuerza y ella tan sólo se sentía fuera de lugar. ¿En serio eran esas las quedadas de las chicas malas de la escuela? Porque ella se imaginaba algo mejor. Quizá era por su presencia, aún no lo sabía y eso de cierta forma la tenía inquieta.

Llegaron a una zona abandonada, con algunas casas a medio hacer. El resto,  era mayoritariamente llano, con césped suave.

Jasper comenzó a caminar con paso decidido a una de las casas. Las otras dos jóvenes tan sólo la siguieron por detrás.

Entraron y se quedaron en una de las salas. Por la ventana entraba algo de luz, pero la albina, con apenas trabajo, cogió un envase de metal, redondeado y grande, que contenía en su interior papeles, ramas y otras cosas.

Jasper sacó un mechero de su bolsillo y encendió una de las ranas, haciendo que se hiciera una pequeña hoguera y se iluminara la sala.

–Joey y Mark llegarán más tarde. Por ahora, podemos empezar nosotras.

Lapis sacó un cigarrillo de su bolsillo y lo encendió con un mechero. Aspiró el humo, cerrando sus ojos para luego sacarlo de su cuerpo.

Se sentaron las tres en el suelo, Jasper y Lapis fumaban y Peridot tan sólo miraba a una de las esquinas de la habitación, sumida en sus pensamientos.

–Conque Peridot, ¿eh?– interrumpió el silencio la albina.– He oído hablar de ti.– añadió.–

–¿En serio?– la rubia no trató de esconder su extrañeza.–

–Sí, eres una de las más listas del cole, ¿no? Empollona.– masculló esto último la gran mujer.–

La de ojos verdes suspiró con cansancio. Todo el mundo la conocía por eso, la cerebrito del colegio.

–No le gustan que la llamen así Jasper.– la regañó Lapis.–

La de ojos ámbar rodó los ojos con cansancio.  Se escuchó algo de ruido en el exterior, haciendo que las tres chicas se sobresaltaran. Dos chicos entraron al lugar, pegando gritos y riéndose a grandes carcajadas.

Mientras que Lapis tan sólo rodó los ojos, Jasper se levantó del suelo, dispuesta a saludar a ambos chicos, por lo cual Peridot supuso que eran esos tales Joey y Mark de los que habían hablado antes.

–¡Eeeesa Lapis!– gritó uno de los chicos, castaño y algo bronceado, señalando con sus dedos a la de cabello azul.–

La morena tan sólo levantó la mano y la movió levemente, con una sonrisa ladeada.

–¿Y quién eres tú?– preguntó el otro chico, de cabello negro con algunos mechones rojizos, que parecía algo más calmado que su amigo.–

–Yo soy Peridot, es un gusto conoceros.– se presentó la chica con una leve sonrisa, dejando los nervios que había tenido antes con Jasper de lado.–

–Yo soy Mark y él es mi amigo Joey.– le respondió el pelinegro de forma educada, señalando a su amigo que estaba charlando con Jasper.–

El grupo de chicos se sentó en el suelo, formando un círculo alrededor de la improvisada fogata. Hablaban animadamente de todo un poco.

Peridot entabló una conversación con Mark, haciendo que el exterior fuera lejano a sus oídos. Y tan sumergida estaba en la charla que no se dio cuenta de que Jasper y Lapis habían desaparecido de un momento a otro.

Lo único que la hizo salir de su trance fueron los ronquidos de Joey, que hicieron a ambos mirar al frente y claro, encontrarse con que tan sólo estaba el moreno durmiendo apoyado en una pared y el resto del lugar solo.

–¿Dónde se habrán metido estas dos?– preguntó Mark posando su pulgar en su barbilla.–

La rubia se encogió de hombros y se levantó del suelo.

–Voy a mirar fuera. Vuelvo en un momento.– le sonrió la de ojos verdes.–

La joven salió de la casa, haciendo que el cielo estrellado la cubriera.

–¿Chicas?– preguntó a la nada, esperando recibir una respuesta.–

No escucho nada, así que decidió mirar alrededor de la casa, y si no encontraba nada, volvería al interior junto a Joey.

Comenzó a caminar, llegando a uno de los laterales de la casa.

Y ahí vio una escena que la marcaría. Una posesiva Jasper cogía con brusquedad la mano de Lapis a la vez que sus labios chocaban de forma explosiva.

Al otro lado del jardín [Peridot X Lapis] Steven Universe. AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora