Capítulo 28.

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Sentada de lado con las rodillas dobladas encima de la piernas de Harry en el sillón de su departamento, después de haber tenido un ajetreado día en la escuela y mentirle a mamá sobre estar en casa de Valerie. Estábamos viendo Mean Girls, a mi petición, riéndonos del disfraz de Halloween de Cady.

- Har, el otro día pasó algo raro.

Se voltea hacia mí con una sonrisa y sus ojos pequeños haciendo notar sus hoyuelos, por la graciosa escena de la película.

- ¿Qué cosa?

Acaricia una de mis rodillas mientras su risa va cesando. Se da cuenta de mi seriedad y de inmediato frunce el ceño.

- ¿Te han hecho algo?

La preocupación en su voz hace que acaricie su mejilla esbosando una pequeña sonrisa. Adoraba que me protegiera tanto.

- No, no. Nada de eso sino que, me pasó algo raro con Liam, el fin de semana.

- Cuando salieron.

Asentí con la cabeza levemente. Tenía el labio entre los dientes indecisa en si  debería decirle sobre Cloe o no, tal vez no era tan importante o no me creería.

- ¿Qué pasó?

- Mmm... me pareció ver a...

No puedo decirle si no estaba segura de lo que había visto. Liam y yo habíamos acordado no hablar sobre el tema, sólo si era necesario pero ninguno de los dos lo había contado a otra persona.

- Me pareció ver a tu mamá, era muy parecida.

- ¿Enserio? -Sonríe de lado enfocandl su vista de nuevo al frente- de hecho el otro día me preguntó por ti. No le he dicho sobre nosotros, aún no, pero pronto.

Sé lo mucho que le incomodaba cualquier tema que involucrara a su familia, ya sea a su madre o padre, pero todavía no estaba segura de contarle a Harry.

- Descuida, te entiendo.

Inclino mi cuerpo hacia adelante para besarle la mejilla, pero eso no es suficiente. Con mi mano giro su rostro hacia mí, por la manera en la que me mira sé que también quiere lo mismo que yo.

Una sonrisa traviesa se planta en el rostro de mi novio. Ahora sus ojos están mas brillantes que antes, y una de sus manos comienza a subir lentamente por mi rodilla hasta llegar a mi muslo y de ahí al borde de mi blusa.

- Bésame. -Pido sin quitar la mirada de sus labios que me aclaman desde hace unos segundos-.

Con un movimientos rápido, Harry me sitúa sobre su regazo con mis piernas a cada lado de las suyas, sus labios devorando los míos y sus manos subiendo y bajando a través de mi espalda por debajo de la blusa.

- Te necesito... ahora. -Digo sin despegarme de sus labios-.

Me levanto de su regazo para poder deshacerme de la falda, pero no es necesario. En cuanto me levanto, sus manos hacen el trabajo, sin problema. Me quito los zapatos y las calcetas, y cuando estoy a punto de desabotonar la camisa, Harry me toma de la cintura y me acerca para subirla un poco y besar mi estómago, finalmente me deshago de ella y Harry me sienta de nuevo sobre él.

- Jamás me cansaré de ti, jamás.

Siento mis mejillas sonrojarse al escuchar sus palabras ¿Cómo podía decirme eso? Era la persona más atractiva que conozco, seguro había estado con mil más antes que yo y aparte de Clarissa.

De un momento a otro, él y yo ya estábamos fundiéndonos en uno solo sobre el sillón. No dejaba de jalar sus rizos y él no paraba de apretar sus dedos alrededor de mis caderas. Esparcía besos en todo mi cuello, pecho y cara. Estábamos llenándonos de placer y dejándonos llevar. Juro esta era de mis posiciones favoritas.

Secrets | h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora