Capítulo 5. Desafíos.

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Camila's POV

El sonido terriblemente cercano de la campana me hizo saltar en mi puesto causando una gran carcajada de parte de Alexa, la pelinegra se encontraba dibujando tonterías en el borde de mi libreta mientras la clase terminaba. No podía creer que era el segundo día del nuevo semestre y no quería venir más. —No te rías. —Dije pegándole en su hombro y ella continuó riendo mientras recogiamos nuestras cosas. —Es desesperante ver clases con estos profesores. —Miré al hombre canoso que guardaba los marcadores en su portafolios antes de cerrarlo.

Llevaba una camisa blanca con líneas azules, un pantalón color beige algo arrugado y una chaqueta azul rey, su cabello canoso y corto mostraba las arrugas que había dejado la edad en su frente, estaba segura de que pasaba los cincuenta. Dio una sonrisa cansada antes de salir del auditorio mientras caminaba con pasos descoordinados. —Divorciado, cuatro hijos y una que otra recaída al alcohol. —Mencionó Alexa como si de un perfil se tratara. —Hace años que no sonríe realmente.

—Los profesores o son muy tristes, o son demasiado amargados. Ugh. —Me quejé y tomé mis cosas antes de salir con Alexa a mi lado. —Necesitan un cambio de urgencia. —Sonreí observando el largo pasillo de la facultad y mi mirada se encontró con unos ojos marrones fijos en mí. —Oh, mira a Shawn.

—No sé tú, pero me parece gay. —Alexa y yo comenzamos a reír hasta que Shawn se acercó a nosotras y me dio un beso en la mejilla como saludo. —Hola, Shawn.

—Alexa. —Saludó a la pelinegra con hipocrecía. —Hola Camila, te ves más hermosa este semestre. —Dijo sonriente y yo me sonrojé.

—¿No tienes a ninguna chica nueva a la cuál asustar? —Pregunté irónica y Shawn me miró ofendido. —Digo, sin ti pueden perderse. —Recordé que cuando llegué a esta universidad, Shawn se había hecho pasar por un nuevo ingreso para coquetear con las chicas nuevas, para mi suerte Alexa me orientó.

Alexa no pudo contener más la risa y Shawn la fulminó con la mirada. —Buena esa, Mila. —Dijo entre risas limpiando una lágrima falsa de su ojo. —Te mereces un premio.

—¿Qué pasa, drogadicta? ¿Se te pasó el efecto? —Preguntó molesto y Alexa cerró los puños con fuerza antes de acercarse a él para enfrentarlo. Shawn no cedió la mirada en ningún momento haciendo que Alexa soltara una risa irónica.

—No vales la pena. —Respondió pasándole por un lado haciendo que sus hombros se chocaran. —Vamos. —Alexa me llamó y yo suspiré sonriendo.

—Perra. —El comentario salió con doble filo de los labios de Shawn causando que apresurara mi paso, no quería que Alexa se le enfrentara porque conocía las consecuencias. —Hasta luego, Camila. —Eso último lo escuché como un susurro desde lejos con cierto tono irónico.

—¿Por qué Shawn y tú se odian tanto? —Miré a la pelinegra con curiosidad y ella se encogió de hombros.

—Una historia demasiado larga para contar. —Noté que la conversación le incomodaba y para cortar la tensión del aire decidí pasarlo por alto y, olvidar el tema. Caminamos juntas hasta la biblioteca central y empujé las puertas de madera escuchando el chirrido de las viejas bisagras. —En unas horas tenemos clases de dibujo técnico. —Ambas caminamos entre las mesas hasta llegar a los grandes estantes de libros.

—Sólo necesito un libro para hacer el trabajo de historia moderna. —Le aclaré. MIré los grandes nombres de los libros en la portada mientras deslizaba la mano por la estantería de madera oscura. —¿Podrías ayudarme? —Dije graciosa al verla observando el techo sin decir nada. Ella me dio una mirada como si esperara que bromeara y yo me crucé de brazos.

—Ya voy, ya voy. —Dijo bufando, arrojó su bolso a la alfombre rojiza con decoraciones doradas y comenzó a buscar entre las grandes enciclopedias frente a nosotras. —Hay mil quinientos libros en este pasillo únicamente, Camila. Y todos empiezan por "H". —Subió a una escalera rodante mientras buscaba en el estante superior. —Tardaremos toda una vida aquí.

SEDUCTION | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora