Capítulo 22. Desacuerdos.

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Mi cuerpo estaba totalmente paralizado ante la cantidad de sangre que emanaba del rostro de Harry  como cascada. Lauren comenzó a empujarlo repetidas veces contra el auto hasta que no pude tolerar más la escena y decidí interferir. —¡Basta Lauren! —Grité con desesperación. En medio de los empujones, mi cuerpo quedó entre ella y el de Harry, recibiendo uno de los impactos y golpeando el vehículo de Harry con fuerza.

Solté un leve gemido de dolor y tan pronto como sostuve una de mis costillas, Lauren se detuvo en seco. —¡Lo siento mucho! —Se acercó a mi para tratar de ayudarme y me miró con preocupación. Con desdén quité sus manos de mis caderas y me hice a un lado con un gesto de dolor. —Camila...

—Basta ustedes dos. —Expresé y di un paso hacia atrás. —Harry... Lamento esto. —Harry apretó sus puños con fuerza y bufó.

—No quiero volver a saber de ti, Jauregui. —Limpió su nariz ensangrentada con la manga de su camisa y advirtió a la ojiverde. —Solo te salvas porque no quiero herir a Camila, o presentaría cargos.

—Eres un desgraciado. —Replicó la ojiverde dispuesta a acabar lo que empezó. Esta vez sin éxito, pues logré atravesar mi cuerpo para evitar sus golpes. —Camila, quítate.

—¡Dije que basta! —Grité exasperada. —Nos vamos. —Tomé a Lauren del brazo y la dirigí con fuerza hacia el auto. —Esta discusión es entre tú y yo.

La ojiverde miró de reojo a Harry, siguiendo el camino que yo trazaba para ella con quejas. —Es un hijo de... —Comenzó.

—¡Basta, Lauren! —Exclamé. —Sube al jodido auto. —Repliqué y la solté del brazo. Su mirada nunca dejó a Harry y sabía que si no me quedaba en medio, ella volvería a él. De lejos pude observar como limpiaba su rostro y entraba en su auto, dejándonos solas en aquel lugar. Había perdido a mi mejor amigo y sabía que no había vuelta atrás.

—No puedo creer que lo defiendas. —Dijo golpeando el volante una vez que estuvimos adentro. —No me digas que sientes lo mismo...

La miré sorprendida. —¿En serio es tan fácil dudar de mi? —La ojiverde soltó una risita sarcástica y encendió el auto antes de acelerar con fuerza.

—Ya no sé qué pensar. —Me miró de reojo y apretó el volante con intensidad.

—Debes estar de broma. —Bufé. —¡Harry es mi mejor amigo! —Mis palabras salieron con cierta amargura. —Era.

—Al fin, no lo tendrás encima nunca más. —Escupió con enojo y comenzó a sonreír cínicamente. —Sabía que no era de fiar. Sabía que te miraba de otra manera. Si él hubiese tenido la oportunidad...

Suspiré con cansancio. —Él tuvo la oportunidad y no porque yo se la diera. —La miré con molestia. —Aún así te puse primero, Lauren.

—No sé qué pensar. —Susurró apretando su mandíbula y siguió con la mirada perdida en el camino.

—En serio no puedo creer esto. —Reí con sarcasmo. —Déjame en el parque más cercano. —Miré por la ventana. —No tengo intenciones de verte en este momento.

—Ni lo creas. —Me miró con una sonrisa burlesca. —No pienso dejarte sola para que él termine buscándote y me dejes.

—¡¿Puedes dejar de exagerar?! Si hubiese querido irme con él, no estaría aquí. —Expliqué tratando de calmarla. En su lugar solo conseguí que acelerara más, denegando mi solicitud de dejarme en un lugar lejano a ella. —Y baja la puta velocidad, vas a hacer que nos matemos.

—¡No me digas qué hacer, Camila! —Gritó acelerando aún más, como si tratara de ganar una carrera. Mi corazon latía con fuerza y el miedo de un accidente se apoderó de mi. Lauren no estaba ni cerca de estar en condiciones para conducir y tenía que bajarnos del auto lo antes posible.

SEDUCTION | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora