Capítulo 23. Sin esperanza.

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¡ESTOY DE VUELTA!  Quiero recompensar a cada una de ustedes con un pequeño detalle. A partir de hoy, el mejor comentario se lleva el capítulo dedicado (incluyendo los antiguos). Créanme, adoro leer sus opiniones y estoy muy agradecida por el tiempo que se toman para apoyarme.

También quiero informar que es probable que después de terminar esta novela me retire como escritora. Sin embargo, quisiera crear un grupo de WhatsApp para conocer más de ustedes, por lo menos mientras se termina esta historia. Pueden dejar su número al privado para más seguridad.

Una vez más, gracias por leer y comentar, disfruten.

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Sentir el vacío en mi estómago ante la respuesta de aquella pregunta me causaba un intenso dolor. —¿Qué haces aquí? —Evité tartamudear mientras mi cuerpo palidecía.

—¿Te molesta ver a tu suegra? —Murmuró entre risas mientras me miraba con mucho desdén. Clara sabía que tenía todas las oportunidades de asesinarme ahora mismo y me preguntaba si en algún punto lo dudaría. —No es muy lindo de tu parte, Camila.

—¿No ha sido suficiente para ti todo el daño que nos causaste? —Pregunté sintiendo a mi corazón latir desbocado.

—Nunca será suficiente. —Suspiró con alegría. —No hasta que pueda verlas morir frente a mi. —Movió aquella arma en medio de una carcajada, evitando que pudiera concentrarme en una forma de salir.

—Clara... —Supliqué. —Vete, no diré que estuviste aquí. Sólo déjanos en paz. —En aquel momento mis ojos se llenaron de lágrimas y rogué encontrar una salida.

—¿Crees que tengo miedo de que me atrapen? —Respondió con confianza acomodando sus lentes y miró un segundo por encima de su hombro, justo hacia la puerta cerrada que daba directo al pasillo del hospital. —Para cuando lleguen será muy tarde y gracias a ti... —Me miró sonriente. —Lauren está casi muerta también.

—Eres una... —Traté de hablar.

—No, no, no... —Dirigió la mirada hacia el arma y sacó el seguro. —Un insulto no es la mejor manera de inspirar confianza, Camila.

—¡Entonces dispara de una vez! —Mi corazón latía tan rápido como podía y mis puños se cerraron con fuerza, dejando que mis uñas se clavaran sin sentido en las palmas de mis manos. —Acaba con esto de una buena vez y déjame libre.

Claro soltó una risa sarcástica y negó. —Sería muy fácil para ti. —Una vez más, movió el arma apuntando directamente en mi cabeza. —Me aseguraré de que sufras, Cabello. —Murmuró. Cerré mis ojos con fuerza y contuve la respiración hasta que no sentí el arma cerca de mi. —¡Bam! —Masculló imitando el sonido de un disparo y luego se alejó entre risas. —Yo siendo tú dormiría con un ojo abierto.

Y tan pronto como dijo aquello, salió de la capilla logrando escapar sin problemas. Me moví con dificultad de mi lugar, acercándome con piernas temblorosas a la puerta. Una vez ahí, pude notar que ella se había ido y yo había quedado vulnerable una vez más, sin nadie que pudiera protegerme.

Y sin pensarlo dos veces, comencé a llorar con todas las fuerzas que tenía. Mi corazon se arrugaba en mi pecho con tanto dolor y mis piernas fallaban dejándome de rodillas frente a aquella capilla. No podía seguir soportando el peso de todo lo que me rodeaba. No podía seguir respirando de esta manera.

Cada momento, cada recuerdo impactó mi mente, haciendo brotar mis lágrimas con más fuerza. Estaba perdiendo la batalla, la guerra y no sabía cómo levantarme. No sabía cómo enfrentarme a mis demonios y superar tantas adversidades.

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⏰ Última actualización: Oct 01, 2023 ⏰

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