Capítulo 13. Descontrol.

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Camila's POV

—¿Creíste que me había olvidado de ti? —Preguntó aquel fantasma que llevaba acosándome desde hace muchos años. —Yo nunca me olvido de nada y te aseguro... —Miró su arma y una sonrisa diabólica se formó en sus labios. —Que te perseguiré hasta el día de tu muerte. —Apuntó su arma hasta mí y soltó el disparo sin remordimiento.

El sofocante despertar de esa pesadilla me hacía ahogarme una y otra vez, con ese dolor en el pecho que una alguna vez formó parte de mí en el pasado. Traté de levantarme, pero lo único que pude hacer fue empujar un vaso de vidrio y gritar por ayuda. —¡Lauren!

No podía respirar y la paralizante pesadilla que me acechaba muchas noches, no se detenía y formaba parte de mí como ese pasado horroroso del que me quería librar. Escuché los pasos de Lauren por las escaleras y dejé de luchar. Sabía que ella me ayudaría a salir de esto.

Cuando llegó, su primera expresión era de miedo y no cambió hasta que me tuvo entre sus brazos. —¿Qué sucedió? —Preguntó aterrorizada mientras me rodeaba con sus brazos. —¡Camila, responde!

—Yo... Yo... —Tartamudeé mientras recuperaba la fuerza de mi cuerpo lentamente. —Volvieron las pesadillas. —Su mirada y la mía coincidieron para demostrar que ambas estábamos muy asustadas.

—Pero el médico... —Se detuvo un segundo. —¿Estás tomando tu medicamento? —Me miró fijamente y yo negué. —Camz...

—Ya lo sé, pensaba que estaba mucho mejor. —Bufé. —Ayúdame a levantarme, ya no quiero dormir más. —Le respondí con desgana y Lauren me ayudó a sentarme en la cama. —Las volveré a tomar, lo prometo.

8 meses antes...

¡Señorita Cabello! —Me saludó el psiquiatra al que Lauren me había convencido de ir. —Jauregui, me alegra que vinieran. Tomen asiento. —Nos indicó aquel hombre de cabello canoso y tez pálida. —¿Qué sucede?

—Preferí esperar a llegar para que ella misma le dijera lo que sucede. —Lauren me miró confiada y tomó mi mano para apoyarme. Lo que tenía que contar era una historia muy dura.

Cinco minutos después, contenía mis lágrimas y me aferraba con fuerza a la mano de Lauren, como si ella se fuese a ir o formara parte de mis sueños. —Hay veces donde no puedo distinguir entre mi realidad y mis sueños. —Le respondí al doctor con preocupación. —Sólo quisiera deshacerme de las pesadillas.

—Está bien, probablemente sean causadas por un trauma y detonadas por el estrés. —Se acomodó sus lentes en el puente de su nariz y pensó unos segundos antes de escribir sobre uno de los récipes que poseía. —Toma esto, solamente cuando estés bajo gran estrés y evitarás que vuelvan las pesadillas.

—¿Cómo sabré cuando esté mejor? —Pregunté con temor a la respuesta y como si Lauren supiera, apretó un poco mi mano.

—El tiempo lo dirá, señorita Cabello. —Me aclaró. —Pero lo más recomendado es tomar sus pastillas y alejarse del gran estrés hasta que pueda superar ese trauma.

—¿Camila? ¡Camz! —Volví a la realidad. Había estado divagando en mi mente con el recuerdo de hace ocho meses, donde me había convertido en una persona dependiente de las pastillas para la ansiedad. —Amor, ¿estás bien?

—Sabes que no lo estoy. —Con la fuerza que había recuperado, me logré levantar de la cama y caminé hasta el baño. —No quiero seguir con esto. —Miré mi reflejo en el espejo y por un segundo, deseaba desaparecer.

—Lo sé, pero ya acabará. —Lauren me abrazó por la espalda y dejó sus besos por mi hombro. —Yo pasé por lo mismo y aquí estoy. —La miré por el espejo y poseía una gran sonrisa que me derretía por dentro. —Estoy para ti y eso es lo que importa.

SEDUCTION | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora