Algunas veces, las apariencias nos pueden engañar y quien menos creemos, resulta ser nuestro mayor enemigo. Era un dicho que mis abuelos me habían enseñado antes de morir, para que supiera elegir a mis verdaderos amigos y ahora que había encontrado el amor, era un dicho que no podía tener mayor sentido.
Mi cuerpo reposaba en una silla mientras sentía el ardor de una herida punzante en mi costado. Podía decir una vez más que había logrado salir ilesa de una bala, pero no estaba segura de que siempre sería así y la simple opción de pensarlo, me aterraba.
En un arrebato de miedo tomé las manos de Camila y la obligué a mirarme fijamente mientras nuestros rostros quedaban a sólo centímetros de distancia. —Si algún día no estoy… Te amo. —Susurré con una voz temblorosa mientras sus ojos se llenaban de lágrimas y me regalaba un beso reconfortante.
—No te va a pasar nada mientras yo pueda evitarlo. —Sus manos cálidas acariciaban mi mejilla mientras trataban de evitar lastimarme. La bala me había rozado el rostro y por suerte, no hizo falta que colocaran puntos en la herida, porque no había sido profunda. —¿Duele? —Preguntó mientras su pulgar se deslizaba con delicadeza sobre la venda.
—Quema. —Le aclaré con una sonrisa de medio lado. —Creo que más me dolió la idea de perderte. —Entrelacé nuestras manos y dejé repetidos besos en sus nudillos, para que notara la atención que le estaba dando y finalmente pudiera ver que, sin ella mi vida no tendría un verdadero sentido.
—Es una locura lo que acaba de pasar. —James habló con sutileza mientras se acercaba y me tendía un pañuelo más. El café se había impregnado en mi ropa recién lavada y ahora tenía una gran mancha marrón sobre mi blusa de color blanco. —Lo tenemos.
—Gracias por salvarme la vida. —Susurré entrecortada y James asintió. —Todo fue muy rápido. —Miré hacia el ascensor, justo el lugar en el que me encontraba antes de que Alex Cabello decidiera dispararle a Camila y yo me atravesara en el medio.
El arma que Alex llevaba sólo poseía una bala y su puntería se vio perjudicada en el mismo momento en el que James disparó una descarga eléctrica al verlo sacar un arma. La bala sólo me había rozado la mejilla, pero de haber tenido más balas, estoy segura de que hubiese disparado hasta vaciar el arma.
—Señorita Jauregui, tenemos el arma y la bala que se incrustó en la pared. Esperamos que se recupere para que testifique en la comisaría en estos momentos. —Un jefe policial me explicó. Su mirada dura y su falta de expresión me ponían nerviosa sin saber por qué.
Camila se detuvo a mirarme unos segundos y pude observar el mismo miedo en sus ojos, por lo que tuve que reaccionar. —No presentaré cargos. —Dije observando a la castaña a mi lado y pude sentir como su mano apretaba el agarre que tenía sobre la mía. —Por ahora.
—¿Disculpe? —El policía exclamó impresionado. —Acaban de atentar contra su vida y, ¿usted no quiere presentar cargos? —Elevó una ceja dispuesto a refutar cualquier excusa que tuviera para evitar los cargos contra Alex.
—Eso es correcto, mi jefe de seguridad le indicará la salida. —Le aclaré levantándome con cierto temblor en mis piernas, sin mostrar expresión alguna al tenderle la mano. —Gracias por venir, contrataremos los servicios privados de investigación para este problema. —Estreché su mano y sin más, el oficial parpadeó un par de veces antes de darse la vuelta y dejar el lugar rápidamente.
—Disculpe que me meta, señorita Jauregui. Pero… —James trató de descifrar lo que pasaba por mi mente y me adelanté a decirle.
—Quiero que traigas a Alex contigo hasta la sala de seguridad, lo vamos a interrogar. —Ordené segura de que podríamos encontrar una verdadera razón para esto. —Si es necesario, llamaremos a la policía de nuevo.
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SEDUCTION | Camren
Fanfiction"No hay nada más peligroso y excitante que el juego de la seducción... Y yo jamás pierdo." Todos los Derechos Reservados. ® Copyright 2017©